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Ha pasado una semana desde que fue el baile, como he estado en parciales no he visto mucho a Louis, a veces voy a casa de papá y cosas así, ahora estoy diseñando un vestido para carlota, aproveche que el parcial era diseñar algo y bueno... que mejor modelo que carlota. Después de que organice todo me quedo el segundo cuarto como mi estudio, ahí tengo mi máquina de coser, telas, hijos, agujas y prendas de vestir.

El timbre de la puerta suena, dejo de coser en la máquina y me levanto. Camino hasta la puerta... espero por unos segundos.

Abro la puerta y me encuentro con una melena rubia, tetas grandes y unos labios carnosos... es Tina.

— ¿no te agrada que tu madre este aquí?—pregunta.

La miro por unos segundos.

— Te seré sincera: no, no me agrada para nada.

Ella me hace a un lado y entra al apartamento. Observa todo con detalle como si estuviera buscando algo, yo miro hacia todos lados para ver si no hay algo de Louis por ahí, el corazón me late con fuerza... pero tengo que disimular.

— Aún recuerdo el día que naciste—dice—tenías esos grandes ojos, habías llenado mi abdomen de estrías—cuenta.

— Interesante, gracias por darme la vida y eso, pero sabes tina, estoy ocupada en un proyecto para la universidad.

— ¿qué tienes malcriada?—cuestiona— solo serán unos momentos.

— Deja de hacerte la inocente conmigo—digo sin rodeo alguno— ¿Quién te dio la dirección?

— Pues... es administrador del edificio... tuve un romance con él, te conoció cuando eras pequeña—explica— en estos días revivimos viejos tiempos y me dijo que vivías aquí.

— De verdad, no quiero ser una perra malcriada, pero es que es la bonita realidad no te quiero ver la cara. Tú no me agradas, yo no te agrado—digo rápidamente.

Voy hasta la puerta de salida y me recuesto en el marco.

— ¿Qué esperas para largarte?—interrogo.

— Calma, que agresiva eres malcriada, ni si quiera te conozco bien del todo.

— Y tampoco te interesa.

Ella finalmente frunce el ceño, va a decir lo que se ha estado aguantando.

— Louis me ha dejado—dice de golpe.

Siento como si algo golpeara mi pecho, es nerviosismo.

— ¿y a mí que me importa? Me da igual, el tipo no me agrada mucho—digo.

— ¡escúchame de una maldita vez!—exige.

— No te equivoques conmigo tina, yo no te tengo miedo, no te considero mi mamá y no me costara sacarte a patadas de aquí a ti a tu culo relleno de silicona.

Ella se acerca a la puerta y me mira directamente a los ojos.

— Louis me dejo por una chica más joven, de pelo negro y buena figura, el otro día se los vio en un centro comercial juntos—cuenta y luego gruñe.

— ¿y tú vienes acá para contarme esa babosada? Deja de ser tan soquete, no seas mamerta.

Zapatea de la rabia pero no le doy mucha importancia.

— Eres la única golfa que puede llevar sandalias altas y correr o hacer cualquier pirueta—acusa.

— ¿o sea tu estas tratando de decirme que yo estoy con Louis?—le cuestiono, estoy que suelto la risa y le digo que todo los días me lo como completico sin dejar sobras.

— No eres tan tonta como pensaba—gruñe—lo dejare a tu criterio.

— Hay más zorras que pueden correr con sandalias altas, entre esas incluidas tus amigas, que son iguales de busconas que tu o peor.

La tomo de un brazo y la arrastro fuera del apartamento para luego cerrarle la puerta en la cara.

— ¡ERES UNA MALDITA DESCARADA!—grita de otro lado— ¡DETESTABLE VAGANBUNDA!

Yo empiezo a reír... sé que soy una descarada, que casi todos los días me acuesto con Louis, que me sacado a pasear en sus carros y yates, también me pago el diplomado y que me compra mucha ropa incluido lencería.

— ¡FUISTE MAS FUERTE QUE LAS PASTILLAS ABORTIVAS! ¡MALDICIÓN SOBREVIVISTE A LAS PASTILLAS ABORTIVAS Y NO NACISTE CON UN MALDITO RETRASO! ¡SIEMPRE HAS SIDO UN DOLOR DE CULO PARA MÍ! ¡SIEMPRE!—sigue gritando, mientras que yo no dejo de reír.

Siempre supe que estar con Louis era algo mal, bueno desde cierto punto. Pero seamos sinceros, yo no supe quera tener como una madre propia, crecí con mi abuela... para colmo de males ella ni siquiera era mi abuela, era la tía que había criado a Tina porque su mamá la había abandonado. Intento abortarme porque dañaría su figura, a final de cuentas las pastillas no le sirvieron y aquí estoy yo... a mí me crio su tía a la cual siempre le dije abuela, mi primera palabra fue: leche. Nunca la vi como una mamá, siempre era como esa compañera zorra de cuarto, además cuando reconocía por completo a tina como mi "mamá" creo que tenía como diez años, nunca me gusto estar cerca de ella, siempre la evitaba.

Los gruñidos han cesado, yo me dedico a lo mío: terminar el vestido de carlota. La tarde llega y con ella un frio casi invernal, es como si estuviera a punto de llegar... pero aun tardara. El timbre del apartamento vuelve a sonar, seguido de una voz ronca que grita mi nombre, la puedo reconocer: es la manzana de la discordia.

Abro la puerta y ahí esta él, dejo que pase, cierro la puerta y corro para abrazarlo por detrás y embriagarme con su perfume.

— ¿Qué pasa ricachón?—susurro cerca de su oído.

— Tina. Eso es lo que pasa, esa mujer me va a volver loco—responde.

— ¿Qué te hizo?—le pregunto, pobre.

Saca el celular del bolsillo, lo desbloquea, entra a la galería... Hay varias nudes mías, ambos reímos... pero ese no es el asunto. Después de unos segundo él me muestra unas fotos, hay una casa patas arriba... no cualquier casa, la casa de Louis esta vuelta un desastre.

— ¿Quién hizo eso?—digo asombrada.

— Lo hizo tina—gruñe.

— Por lo menos no te tiro un plato en la nariz.

— ¿un plato?—interroga él.

— Ella me partió la nariz una vez... me tiro un plato en la cara—doy media vuelta y quedo frente a él—mira ahí en mi nariz—me acerco a su rostro y él ríe.

— Lo único que puedo ver es un moco.

— ¡tonto! Siempre me limpio la nariz.

Le doy un pequeño beso y el sigue la corriente, mete las manos debajo de mi falda y empieza a frotar donde está la ropa interior.

— Tengo algo preparado para tu cumpleaños, solos tu y yo—susurra.

— Eso me encanta—digo y suelto un gemido.

— Lo que sea por mi niña mal.

El novio de mamá [L.T.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora