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Viernes por la noche, por más loco que suene estoy en la casa de Louis arreglándome para ir al baile, como último toque a mi maquillaje me pinto los labios de rojo mate, salgo del cuarto, y me asomo en el descanso de la escalera, ahí está Louis, esta vestido con un pantalón negro, una camisa azul cielo pastel y corbata, se ver tan elegante, y peinado hacia atrás... creo que me deleito al verlo así, es hermoso... sobre todo como resaltan sus ojos. Bajo las escaleras, tengo una sonrisa en el rostro, me encuentro emocionada y todo porque iré a un baile con Louis, me encanta que estemos junto... me encanta la sensación cuando él me toma de la mano y salimos.

— Eres toda una reina—masculla.

— ¿y que es de una reina sin su rey?

El ríe y se acerca a mí y me da un pequeño beso.

Salimos de su casa y caminamos hasta el auto, el da media vuelta y abre la puerta para que yo entre, al yo entrar y acomodar mi vestido él la cierra. Él sube y enciende el auto para luego meter un cambio y ponerlo en marcha. Yo como de costumbre enciendo el radio y está sonando una canción con ritmos suaves y con una pequeña mezcla de rap.

— ¿cómo son estos bailes?—le pregunto.

Él se toma unos segundos para pensar y dice:

— Pues ellos... son algo desordenados, por lo general siempre se acuestan con varias chicas, tienen como un harem—explica.

— Interesante, espero que no me convoquen para ser parte de uno de esos—bromeo. Él me mira de soslayo, al parecer esta celoso— ¿Qué?—inquiero.

— Soy precavido... así que di una foto tuya para que sepan que estás conmigo.

— uao—digo.

— Eres solo mía niña mal—dice como un niño pequeño.

— Si ricachón, soy solo tuya—le confirmo.

Se detiene el auto, estamos frente al hotel. El chico que estaciona los carros abre la puerta y yo salgo, Louis se baja y se camina hasta donde estoy yo, me toma de la mano y luego le da las llaves al chico. El mismo hombre grandote de la vez pasada está ahí, cuando ve a Louis abre paso y nos deja seguir, seguimos por un pasillo hasta llegar al salón de eventos. Al entrar estamos entre el humo y el alcohol. Hay chicas con vestidos igual de elegantes o quizás más que el mío, hay algunos con máscaras otros simplemente las tiene en los brazos.

— Es de máscaras... ¿cierto?—digo.

— Ellos tienen una hora para ponérselas, es para no ver mucho a la persona con la que van a conformar su harem—aclara.

Las luces son rojas, seguimos hasta la pista y está sonando: de Fifth Harmony. Hago que ponga las manos en mi cintura y me empiezo a mover, de arriba abajo y lentamente, para que el quede con ganas de todo.

— Puedes trepar todo lo que quieras—susurro a su oído.

— Eso y hasta más—dice.

Le doy un beso lento y luego nos separamos.

— ¿Qué hay en ti Sídney?—pregunta—cada vez que te beso, quiero más y más, es como si tuvieras un encanto.

— Hmmm no sé, quizás el peligro hace todo más emocionante.

— Eres más caliente que fuego—ríe— creo que estoy loco por lo que voy a decir.

Me pongo algo nerviosa, no sé qué hacer.

— Eres maravillosa niña, y no me da miedo decir que te... te quiero.

Quedo helada y mi boca se abre.

— ¿salió todo mal?—interroga.

No le digo más nada y lo beso apresuradamente, nuestras lenguas se juntas como en un baile, el me apega más a su cuerpo y la temperatura va subiendo. Me separo lentamente de sus labios y lo miro directamente a los ojos.

— ¿eso contesto tu pregunta?—cuestiono.

— ¿sientes lo mismo?—contesta con otra interrogante.

Muevo mi cabeza de arriba hacia abajo en señal de que si siento lo mismo.

— Eres el único que en verdad me ha hecho sentir de esta manera—confieso—no sé si esto sea como especie de una ilusión, pero puedo sentir las mariposas que describen muchos enamorados.

Seguimos bailando hasta que nos cansamos, la noche pasa rápidamente, cada quien se pone las máscaras, lo harenes se forman y Louis y yo decidimos ir al apartamento de arriba, ninguno de los dos ha bebido nada, pues queremos que esta velada no sea arruinada por copas o algo así.

Al entrar al apartamento me quito los tacones y los dejo a un lado, camino hasta el balcón y me recuesto en la baranda, la brisa es fría y desordena mi cabello, lo más probable es que el invierno se acerca, estamos a principios de noviembre. Creo que es mi mes favorito, cumpliré veinticinco.

— ¿en qué piensas?—pregunta Louis a mis espaldas. En su mano tiene dos vasos de lo que al parecer en jugo de naranja, me da uno, tomo un trago y confirmo mis sospechas.

— Solo pienso... que ya viene el invierno.

— Y estaré yo para calentarte—ríe.

— Y eso me encanta.

Se recuesta en la baranda y toma su jugo.

— ¿Qué es lo más loco que puede pasar de nosotros dos?—pregunta.

— Era peligroso tener una aventura, lo supe desde el día en que nos besamos en la cocina y en el que me tocaste descaradamente—recuerdo—luego era peligroso que tan siquiera nos volviéramos a besar, nos acostamos... creo que fue un sexo salvaje—digo.

— Luego vi una bonita foto en una mesita de noche, me hizo creer cosas—agrega.

— Pues esas cosas son ciertas, creo que podemos hacer esto toda la noche.

— ¿hacer qué?

— Decirte todas las cosas o pequeñas razones por las cual me gustas, creo que me estoy volviendo adicta a ti.

— ¿y qué dices de mí? ahora mismo eres como mi droga.

Tomo un trago del jugo y lo termino.

— Quiero hacer algo, algo que debí hacer hace tiempo atrás—dice.

— ¿Qué? Tener control sobre tu bestia que podría hacer quesos.

— Tengo tanta leche que podría hacerte un queso o un hijo—dice y empieza a reír.

— ¿de dónde sacaste semejante cosa?

— Lo vi en Tumblr. Ahora mira esto.

El saca el celular de su pantalón, veo la hora y son las tres de la mañana, pero ese no es asunto. Entra a la aplicación de whatsApp, busca el contacto de Tina y empieza a escribir:

Louis: terminamos... lo siento, creo que estaba un poco confundido, siento si no es lo que esperabas, pero quiero darme un tiempo para reflexionar y aclarar las cosas en mi vida.

Tina: ¿estás hablando en serio? Pero bebe, yo amo, solo dime que quieres que cambie y lo hare.

Louis: ¿quieres una cirugía?

Tina: pues estaba pensando, quería decirte que quiero una rinoplastia y una liposucción, no son tan costosas.

Louis: ahí está, tu no me amas, amas mi dinero, el cual me lo gano con esfuerzos y no pienso desperdiciarlos en implantes de silicón, busca un mantenido o no sé, que te pueda costear todo eso. Bye.

Louis elimina el contacto y guarda el celular.

— Una de las mejores decisiones que he tomado—dice.

El novio de mamá [L.T.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora