El novio de mamá [L.T.]

20

Él me mira fijamente, sus ojos azules con un toque de gris examinan todo lo que tengo para dar, sé que no es solo estar juntos y tener un orgasmo, creo que llevamos un mes y creo que hasta más dentro de todo este rollo en el cual sus manos recorren mi cuerpo sin censura alguna, sé que puedo tenerlo frente a frente sin sentirme nerviosa o como una adolescente, también sé que no es bueno lo que estoy haciendo, pero hay algo que me incita a seguir adelante.

Sus manos bajan desde mi rostro hasta el bra de encaje que cubre mis pechos, baja un tango y luego el otro, luego va hasta la espalda y lo desabrocha.

— ¿y si aquí hay algo más?—masculla.

Yo sonrió y me acerco más a su rostro.

— Dejemos que las cosas se den—digo.

Atrapo sus labios en un beso profundo que poco a poco va calentando más las cosas, terminamos en la cama, en donde el baja hasta mi cuello dejando un camino de besos y luego sigue hasta el abdomen hasta llegar a la pelvis, luego toma la tanga con sus boba y la va quitando con lentitud hasta que la saca por completo. Pone su mano derecha en mi feminidad y empieza a frotar con movimientos circulares y cuidadosos hasta que hace la respiración se me vuelva agitada. Comienzo a gemir descontroladamente, él se posiciona arriba de mí y se introduce con lentitud haciendo que mi excitación se vuelva más grande, sus caderas se mueve a un ritmo suave hasta que poco a poco van tomando uno más violento, es algo bestial.

— ¡vamos niña mal!—gime y su voz suena aún más ronca de lo que es.

Me aferro a su espalda y cierro los ojos y me dejo llevar, lo abro y él los tiene cerrado mientras que de su boca se escapan gemidos ahogados, en medio del movimiento decido darle un beso, simplemente no me quiero detener. El abre los ojos y me mira, lo único que puedo hacer entre esa mezcla de sudor y fluidos es sonreír.

— Te has llegado a ganar parte de mí—confieso.

— Creo que me has sorprendido, no me equivoque al decir que puede haber algo mas—agrega.

Cambiamos de pose y procedemos a hacer la amazona, donde él se queda sentado mientras que yo estoy encima, me sostiene por la cintura y me ayuda a impulsarme, los besos abundan cosa que no había pasado antes, ahora es más significativo, los minutos pasan y nos ponemos de acuerdo para llegar juntos, el me estimula mientras que yo me muevo de arriba abajo, una corriente invade mi espalda haciendo que suelte un gemido y dándome una sensación placentera, poco a poco las envestidas se detiene y se recuesta en la cama mientras que yo quedo en su pecho.

Él besa mi frente y acaricia mi cabello.

— Eres la única con la que quiero estar—dice.

— ¿tanto?—cuestiono.

— Desde el primer día en que te vi, quería que fueras solo para mí—confiesa—sabía que tina solo era un capricho, así que con ella me he mantenido en abstinencia.

— ¿Qué? ¿abstinencia? Siempre creí que ella era como una ninfómana o algo así—digo.

— Hace unos días le dije que estaba agotado, total le di dinero para que hiciera compras y me dejara en paz.

— Hmmm.

— Eres toda una diosa Sídney, creo que estaría loco si te dejo ir, pues no dejo de pensar en ti y tus hermosos ojos o tu coqueta risa.

— Estas algo romántico, y creo que eso me gusta, puede ser peligroso.

Después de estar un rato hablando con Louis, la mayoría de cosas sin sentido, mi estómago empieza a rugir, me levanto de la cama y me pongo su camisa blanca... huele tan bien, creo que el perfume que usa debe ser caro... simplemente es enigmático.