¿Ahora qué?

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Siendo cualquier otra situación, habría esperado a que el teléfono estuviera completamente cargado para usarlo, pero su ansiedad era tanta, que lo encendió inmediatamente. El logotipo de la marca apareció en la pantalla, lentamente se volvió a poner negra y el fondo de bloqueo con una foto de ambas se mostró. Jennie deslizó la pantalla hacia arriba para desbloquearla pero se dio cuenta de que tenía por contraseña un código de 4 dígitos. Sólo tenía 3 oportunidades para que el teléfono se bloqueara nuevamente durante media hora. Su primer intento fue obvio, el día del cumpleaños de Lisa, sin embargo, la contraseña fue incorrecta. El segundo intento, el día del cumpleaños de Louis, pero tampoco funcionó. El último intento fue la fecha de su aniversario con Joe; el corazón le latía con fuerza al introducir los números, lo hizo despacio, como si hacerlo de ese modo hiciera el resultado menos doloroso en caso de que fuera correcta su sospecha. Cuando tuvo los 4 números escritos, respiró hondo y presionó la tecla aceptar, el teléfono se tomó un instante en reconocer la contraseña, el instante más eterno de su vida, pero, para su fortuna, esa tampoco era la correcta.

Ahora, luego de esos 3 intentos fallidos, debía esperar 30 minutos para poder intentar nuevamente desbloquear el teléfono ¿Cuál podría ser la contraseña? ¿Qué era tan importante para Lisa como para hacerlo su número de bloqueo? Incluso más importante que Louis. Pasó esa media hora recostada en la cama, con la mirada perdida en el techo de la recámara pensando únicamente en cuál podría ser la respuesta. Llegado el momento, creía saber exactamente lo que podía ser tan importante como para estar por encima incluso de Louis. Se puso de pie, tomó el teléfono con una mano  se pasó la otra por la frente en señal de ansiedad, repitió sus acciones una vez más pero esta vez usando como contraseña el día en que se habían conocido, aquella hermosa tarde que habían pasado en ese mimos hotel. El teléfono se desbloqueó de inmediato y el corazón de Jennie dio un vuelco, era ella lo más importante, entonces ¿Por qué Lisa le había hecho eso? ¿Por qué seguía teniendo una relación con Joe? o tal vez ella estaba equivocada y realmente sus impresiones eran apresuradas cono Sophie decía, sólo tal vez Lisa no estaba saliendo con él y todo era un gran mal entendido. Estaba a punto de averiguarlo.

Lo primero que hizo fue mirar el registro de llamadas, tenía muchas llamadas perdidas de teléfonos desconocidos, además del teléfono de Rosé, pero la última llamada entrante era la de Joe. Agendó su número y revisó el historial de sus llamadas, había por lo menos 20 llamadas sin responder, la única contestada era la última. Acto seguido, revisó Whatsapp donde encontró que no había mensajes y que el número estaba bloqueado. Finalmente, entró a la conversación con Rosé y buscó la palabra "Joe", pero todos los mensajes que encontró fueron de Lisa quejándose con Rosé porque Joe la llamaba de forma insistente y contándole cómo deseaba que ya la dejara en paz. Fue en ese momento que lo entendió, Lisa no tenía idea de nada de lo que Joe había hecho, y tampoco había tenido contacto con él desde que comenzaron a salir, tal como se lo había dicho. Sin embargo, no estaba lista para regresar, necesitaba por lo menos una noche más para aclarar sus pensamientos.

Al terminar de revisar el teléfono, Jennie decidió que era momento de hablar con su madre, hacía un par de días que no la llamaba y ya era hora de reportarse con ella y decirle que estaba bien.

- Hola, mamá ¿Cómo estás?

- Hola, amor, estoy bien, tú cómo sigues, háblame de ti.

- He estado mejor, mamá, quiero hablarte de lo que pasó con Lisa porque quiero tu consejo ¿Tienes tiempo ahora?

- Así es, amor, para ti siempre tengo tiempo, cuéntame.

- Ma, estábamos en casa una tarde cuando el teléfono de Lisa sonó con tanta insistencia que decidí contestarlo. Sin embargo, para mi sorpresa, quien llamaba era Joe, el exnovio de Lisa a decir que por qué no atendía sus llamadas. Cuando colgamos, la puerta sonó y allí estaba él, en la entrada de la casa con un ramo de flores y una blusa de Lisa. Cuando vi eso, decidí que tenía que irme, así que subí por mis cosas y me fui.

- Entiendo, amor ¿Ha pasado algo más?

- Sí, ma, Lisa me dio su teléfono antes de que me fuera, y lo acabo de revisar y no encontré nada de Joe, sólo conversaciones donde le dice a Rosé que no quiere que la siga llamando y su contacto bloqueado en Whatsapp ¿Crees que todo haya sido un plan de Joe, ma?

- Amor, lo cierto es que Lisa vino a hablar conmigo ayer, parecía estar muy mal por lo que había pasado entre ustedes dos, me contó su parte de la historia y me juró que no sabía nada de Joe; dijo que pensaba que lo había hecho para vengarse de que ella ya no estaba enamorada de él. Parecía sincera, amor, parecía decir la verdad, y sabes que soy una experta en detectar mentiras. Pienso que todo fue un gran malentendido, amor, y no creo que debas dejar a la persona que amas por alguien más ni mucho menos darle a Joe la satisfacción de arruinar tu relación con Lisa ¿Tú qué piensas, hija?

- Estoy de acuerdo contigo, mamá. No sabía que Lisa había ido a verte, pero luego de lo que me dices, estoy completamente segura de que todo fue un plan de Joe para separarnos. Permaneceré esta noche acá y mañana iré a casa a hablar con Lisa de todo lo que ha pasado.

- De acuerdo, amor, te amo. Ven a verme cuando soluciones todo con Lisa y dale mis saludos.

- Te amo, mamá, claro que sí, mañana te veo.




Lisa estaba desesperada, pero después de su conversación con la señora Kim había recordado el único lugar donde Jennie podía estar y en el que no la había buscado. No tenía mucha esperanza de encontrarla allí, pero se arregló para ir a agotar su último recurso. Se metió al baño y mientras tomaba una ducha pensaba en lo infeliz que era sin Jennie y los vacíos que eran sus días sin ella. Terminó de bañarse sin ganas y decidió que iba a usar ropa cómoda por si no la encontraba allí, poder llegar a casa a pasar el resto del día tirada en la cama sin moverse. Sacó del armario unos vaqueros claros desajustados, una blusa negra un par de tallas más grande que ella y unos tenis nike negros con los que solía ir a trotar. Se vistió despacio tratando de darle largas a su salida, pues sus esperanzas de encontrar a Jennie en el restaurante al que fueron el día en que se conocieron no eran muchas, teniendo en cuenta que en ese momento debía estarla odiando.

Una vez vestida, tomó las llaves del auto, le dio un beso a Louis antes de salir y se dirigió a aquel restaurante hotel al que por primera vez habían ido a tomar el almuerzo. Durante el camino no tuvo ánimo de escuchar música ni realizar otra actividad que no fuera conducir lo más rápido posible para descubrir de una vez por todas si Jennie se encontraba en aquel sitio. Luego de un largo trayecto, por fin arribó al hotel donde estacionó el auto y se dirigió a la recepción de inmediato. Estando allí habló con la recepcionista.

- Hola, Claudia, qué gusto verte de nuevo.

- Señorita Manoban, qué bueno tenerla por acá otra vez ¿Desea una habitación sencilla?

- No, Claudia, hoy vengo a pedirte un favor muy especial. Necesito saber si Jennie Kim se está hospedando aquí.

La recepcionista sonrió amablemente y asintió mientras decía:

- Así es, señorita Manoban, ha sido de nuestros huéspedes favoritos, después e usted, por supuesto. Cada mañana nos deleita con su hermosa habilidad para tocar el piano y es tan amable.

El corazón de Lisa latió desesperado como si quisiera salirse de su pecho. Ya había encontrado a Jennie ¿Y ahora qué?

Por primera vez. [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora