Los días habían sido maravillosos hasta entonces, la vida juntas parecía perfecta para Jennie y Lisa. Disfrutaban cada momento, les gustaba su nuevo trabajo y estaban listas para regresar a la universidad cuando acabaran las vacaciones. Además de eso, Lisa había estado preparando todo para el tan anticipado recital; había hecho reservaciones para dos noches en el mejor hotel de la ciudad a la que iban, había apartado una mesa en uno de los mejores restaurantes y había hecho un pedido de flores para la habitación del hotel la noche después del evento, pues no iban precisamente a un recital.
Ese día despertaron muy temprano, habían puesto las alarmas a las 6:00 a.m., considerando que tenían que viajar 4 horas y arreglarse para el evento. Prepararon el desayuno, comieron juntas y luego tomaron una ducha juntas. Al salir, Jennie se puso una sudadera negra, una blusa celeste, unos tenis blancos y dejó su cabello suelto. Lisa, por su parte, escogió unos vaqueros claros, una blusa blanca y recogió su cabello en una cola de caballo alta dejando el flequillo sobre su frente. Para hacer las maletas, cada una empacó un vestido de gala y unos vaqueros y una blusa extra para el día después del evento, además del resto de cosas indispensables.
Estuvieron listas a las 8:30 a.m., le pusieron a Louis comida suficiente para 3 días, en caso de que cualquier emergencia ocurriera y le pidieron a Rosé que fuera una vez al día a verlo. Dejaron la casa a las 9:00 a.m. y, durante todo el camino, fueron cantando las canciones de una lista de reproducción que habían hecho durante 3 días. En cada oportunidad que había, Jennie tomaba la mano de Lisa durante algunos segundos, la besaba y luego la descargaba suavemente sobre la palanca del auto diciéndole que la amaba. Pasaba largos ratos mirando a Lisa, contemplándola y pensando en lo afortunada que era de haberla encontrado y de que ella la amara de vuelta.
Una vez llegaron a la ciudad, fueron al hotel donde Lisa había hecho las reservaciones, el valet estacionó su auto y ellas fueron a la recepción por las llaves de su habitación. Descargaron sus pertenencias y bajaron al restaurante del hotel, eran casi las 3:00 p.m. y no habían comido nada desde el desayuno. Lisa pidió un plato de su pasta favorita, Jennie ordenó una ensalada de pollo y ambas comieron mientras hablaban de lo ansiosa que Jennie estaba por conocer al gran pianista de esa noche. Al finalizar, Lisa ordenó un postre de chocolate para las dos, estaba realmente feliz por aquella noche tan especial que estaban a punto de tener.
De vuelta a la habitación, se acostaron en la cama, estaban algo cansadas por el viaje. Jennie se acostó al lado de Lisa y puso la cabeza sobre su pecho, cerro los ojos, podía escuchar los serenos latidos de su corazón. Con los ojos aún cerrados dijo:
- Lisa, nunca había sido tan feliz como en este momento - Empezó a dar pequeños toquecitos rítmicos sobre el costado de Lisa mientras la abrazaba.
- Yo tampoco había sido tan feliz nunca, estoy tan agradecida de tenerte, y me siento tan orgullosa de ti - Respondió Lisa para luego tocar el brazo con el que Jennie estaba tamborileando en su costado - ¿Y esto? ¿Ahora soy tu batería? - Preguntó divertida.
- Es el sonido que más me ha hecho feliz en la vida - Jennie aún no abría sus ojos ni paraba de dar los toquecitos.
- ¿El mío siendo tu tambor?
- El de tu corazón. Quiero escucharlo cada vez que despierte - La abrazó fuerte.
Lisa no pudo responder nada más, estaba completamente conmovida por lo que Jennie acababa de decirle. La abrazó fuerte y llenó su cabeza de besos. Permanecieron allí acostadas al rededor de dos horas, no tenían intención de levantarse, pero el evento se acercaba y Lisa no iba a permitir que llegaran tarde a esa noche tan importante. Con cariño levantó a Jennie, le dio un largo y apasionado beso y le dijo:
- Báñate, mi princesa, ya casi es hora de irnos.
Jennie entró al baño mientras Lisa sacaba los vestidos, los tacones y las carteras de las maletas. Cuando terminó, Lisa entró a bañarse. Jennie se puso su elegante vestido verde, acompañado de unos tacones negro y una cartera del mismo color de sus zapatos. Se maquilló y arregló su cabello en un rodete que la hacía ver muy sobria. Lisa, por su parte, llevaba un vestido negro largo, unos tacones y una cartera blancos, maquillaje muy natural y había dejado la cola de caballo en su cabello. Cuando estuvieron listas, Jennie se aseguró de poner los bolestos en su cartera, fueron por el auto y condujeron hasta el teatro principal de la ciudad.
En el teatro no había mucha gente, lo que para Jennie fue muy extraño, un evento de aquella magnitud debía estar completamente vendido. Se acercaron a la entrada y el empleado que estaba allí preguntó sus nombre, rápidamente Lisa respondió "Jennie Kim" y el empleado las acompañó adentro a una mesa que tenía una tarjeta con el nombre de Jennie.
- Lisa, es un recital muy exclusivo, mira la rededor, únicamente hay unas 10 mesas ¿Cuánto pagaste por esto?
- No te imaginas lo exclusivo que es, ya te darás cuenta. Te amo mucho y estoy tan feliz de estar contigo acá.
Mientras conversaban, uno de los camarero se acercó a ellas y les ofreció una copa de vino que ambas aceptaron. Algunos minutos después, las luces se apagaron y un reflector iluminó el escenario, se escucharon algunos pasos antes de que el pianista saliera y se sentara en la silla frente a su instrumento. Respiró hondo y empezó a tocar las teclas con suavidad. Después de un par de segundos, Jennie reconoció la melodía, era "Kiss the rain"; cerró los ojos y tomó a Lisa de la mano.
- Gracias - Susurró apretando con fuerza la mano de Lisa.
El pianista interpretó 4 más de sus composiciones y al finalizar se puso de pie frente al público, hizo una reverencia mientras todos aplaudían y salió del escenario. La voz de un maestro ceremonias se escuchó justo antes de que el reflector lo enfocara, era un hombre de mediana edad vestido de paño.
"Gracias a todos por estar aquí esta noche. Gracias al gran maestro Yiruma que nos ha deleitado con algunas de sus obras y quien ha sido el jurado para nuestro tan esperado concurso. Como ya deben saber, las universidades y los conservatorios más importantes del país nos envían los videos de sus mejores músicos cada año para participar por uno de los 3 cupos en la orquesta sinfónica nacional. Cada año, escogemos un maestro diferente que es el encargado de decidir quiénes de estos jóvenes talentos son los acreedores de tan alto honor, así que invitamos nuevamente al escenario al maestro Yiruma para que presente a cada uno de los finalistas del concurso".
El pianista regresó y empezó a nombrar uno por uno a 10 estudiantes de diferentes universidades del país, de cada uno de los cuales se proyectaba un video de 1 minuto interpretando su instrumento. Cuando había nombrado a 8 de ellos, lo siguiente que dijo fue: "Jennie Kim, de la universidad...". Jennie no entendía muy bien lo que sucedía, Lisa la miró con los ojos llenos de lágrimas mientras el video de su solo en el recital de final de semestre se proyectaba. Jennie cubrió su boca con ambas manos, no podía creer lo que estaba pasando y no podía creer que Lisa no le hubiera dicho nada hasta entonces.
Cuando terminó la presentación de los finalistas, Yiruma tomó nuevamente la palabra y dijo:
"Ha sido una decisión muy difícil, como pudieron apreciar, cada uno de los músicos que tenemos acá esta noche es extremadamente talentoso. Estoy seguro de que todos tienen grandes caminos por delante y sea cual sea el resultado, haber llegado hasta aquí, es un triunfo al que deben aferrarse para conseguir muchas más victorias".
Lisa tomó a Jennie de la mano y le susurró: "Estoy orgullosa de ti, te amo".
"Las tres personas que tienen un cupo en la orquesta sinfónica nacional este año son: - Dijo el músico haciendo un pausa dramática de algunos segundos - Jennie Kim..."
Jennie y Lisa dejaron de escuchar todo a su alrededor y sólo se miraban sonrientes sin poder creer lo que estaba pasando. Al terminar de nombrar a los ganadores, Yiruma agregó:
"Por favor, que nuestros ganadores se pongan de pie".
Jennie se levantó de su silla y al oír los animados aplausos de la sala, hizo una reverencia como señal de agradecimiento. Cuando regresó a su asiento, Lisa la besó y le dijo en el oído: "Siempre supe que ibas a ser tú".
Perdón por no haber subido capítulo ayer, estuve todo el día sin internet. Los amo, gracias siempre por leer.
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Por primera vez. [Jenlisa]
FanfictionLisa es una popular y conocida estudiante de danza en la universidad. Jennie es una estudiante de música que pasa desapercibida. Llevan vidas separadas hasta un día en que Jennie descubre a Lisa rapeando en la sala de danza y decide indagar más acer...