Jennie salió al balcón de la habitación de Rosé, hacía algo de frío, ya eran las 7:00 p.m. y su madre debía estar próxima a llegar por ella y Sophie. Aunque habían sido un par de horas, ver a Lisa la hacía sentir feliz, viva y en paz. La dicotomía de sus sentimientos en ese instante la afligía, estaba triste por tener que irse de nuevo a estar en casa todo el tiempo, extrañaba compartir sus días con Lisa y Louis, pero agradecía que su novia estuviera bien y hubieran podido compartir esa tarde juntas.
Lisa salió también al balcón y, al ver a Jennie apoyada en la baranda, la abrazó por la cintura y le dio un beso en la mejilla. Jennie sonrió y se giró para verla, la tomó de las manos y le dijo:
- No sabes lo mucho que agradezco tu presencia en mi vida.
Luego, cruzó los brazos por encima de su cuello y se acercó a besarla. Justo en ese momento, Sophie entró en la habitación de forma intempestiva interrumpiendo el beso, Jennie y Lisa se asustaron y la miraron perplejas. Sophie respiraba agitada, venía corriendo y cuando pudo articular palabra, dijo con preocupación:
- ¡Mierda, Jen! Tu mamá está en frente, mira.
Jennie giró su cabeza y miró la calle en frente de la casa, el carro de su madre estaba estacionado y ella la miraba fijamente desde el asiento del conductor ¿Hace cuánto estaba allí? No podía ser mucho tiempo, porque cuando ella salió, la calle estaba vacía ¿Cómo no se había dado cuenta de que había llegado? Tenía miedo, no sabía qué iba a pasar ahora, su madre había sido clara, no quería volverla a ver con Lisa nunca y ella había desobedecido. Sin embargo, no se arrepentía y no tenía intención de alejarse de Lisa así su madre no pudiera comprender.
Jennie tomó a Lisa fuerte de la mano y le dijo antes de irse:
- Te amo, el amor es más fuerte. Te contacto en cuanto pueda.
Sophie y Jennie bajaron las escaleras preocupadas, las manos de Jennie temblaban, estaba llena de miedo pero no iba a permitir que su madre siguiera controlando su vida. Se despidieron de Rosé, tomaron sus cosas y salieron de la casa rumbo al auto de la señora Kim. Jennie se sentó junto a su madre que no la volteó a mirar y Sophie se hizo en el asiento trasero sin decir una sola palabra. Condujeron en absoluto silencio a la casa de Sophie y luego a la suya, una vez allí, la señora Kim por fin dijo:
- Jennie Kim, dame tu celular.
- ¿Qué? ¿Por qué? - Dijo Jennie algo alterada.
- Fui clara cuando dije que no quería que volviera a ver a esa mujer y tú desafiaste mi autoridad ¿Piensas que soy tonta, Jennie? ¿Que no me iba a enterar de tu plan? Eres una mentirosa y una vergüenza para esta familia, te voy a quitar ese capricho con esa niñita antes de que arruines mi reputación y la de tu padre.
- No puedo creer lo que me estás diciendo, ma. Toda mi vida, lo único que he hecho es honrarlos, siempre he sido la mejor de mi clase, siempre me he comportado bien, salgo poco, nunca me opongo a nada de lo que ustedes me digan y ahora, por querer amar a una persona que también me ama ¿Me dices esto? No, mamá, ya no vas a controlar mi vida. Yo te amo con todo lo que eres, aunque seas controladora y autoritaria, desearía que tú hicieras lo mismo, porque esto no es un defecto.
- Ya me escuchaste, Jennie Kim, dame el teléfono ahora mismo y no vas a salir de tu habitación hasta mañana. Revisa en internet qué otras universidades de la ciudad ofertan tu carrera y empieza a hacer los trámites, el semestre que viene no vas a ir a esa universidad.
- ¡Mamá, estás loca! Ya estoy terminando mi carrera, cambiarme de facultad me atrasaría por lo menos un semestre y mi universidad es la mejor de la ciudad. Además este teléfono lo compré yo, no tengo por qué dártelo.
- Entonces vas a tener que irte de esta casa y dejar de usar nuestro apellido, no quiero una hija como tú, eres una vergüenza - Dijo la señora Kim, convencida de que después de eso, Jenni no tendría más remedio que seguir sus órdenes.
- Perfecto, pues me voy, pero no te atrevas a decirle al mundo que soy una rebelde y me fui por ser impulsiva. Ten el valor de admitir que me acabas de correr de la casa porque para ti, nunca nada es suficiente. Así has tratado a Max también, siempre lo presionas aunque sea el físico más brillante de la ciudad. Te vas a quedar sola - Dijo Jennie mientras caminaba a su habiación.
Tomó la maleta de viaje, abrió el armario y empezó a empacar toda la ropa que pudo. Tomó el dinero y las tarjetas que tenía en la mesa de noche, sus implementos de aseo y llevó todo a su auto. La señora Kim estaba desesperada, no sabía qué hacer para que Jennie atendiera sus palabras, no sabía cómo quitarle esa idea de la cabeza, sólo lloraba y musitaba frases ininteligibles mientras Jennie paseaba de un lado a otro con sus pertenencias.
Cuando tuvo todo lo que creyó necesario en el auto, entró a casa y le dijo a su madre mirándola a los ojos con tenacidad:
- Espero que no se arrepientan tú y mi padre de esta estupidez.
Se subió al auto, lo encendió y empezó a conducir sin rumbo. Estacionó al lado de un puente y se sentó a ver el río que pasaba debajo, permaneció allí casi por una hora, escuchando la corriente del agua y los animales que vivían alrededor. Ya no le temblaban las manos, el miedo había pasado, ahora sólo le quedaba dolor, el dolor más profundo que había sentido. Toda su vida había querido que su madre estuviera orgullosa de ella, por eso su rechazo se sentía como el peor fracaso de su vida.
Regresó al auto y lo encendió, manejó nuevamente, esta vez, rumbo a la casa de Lisa. Una vez llegó, estacionó el auto y tocó la puerta, era tarde, las luces de la casa estaban apagadas. Lisa apareció en la puerta poco después, tenía su pijama puesta y estaba sorprendida. En cuanto la vio, Jennie empezó a llorar, estaba muy triste, sentía mucho dolor y mucha impotencia. Lisa la abrazo y la hizo pasar a la sala, le dio un poco de agua y la consoló hasta que Jennie se calmó suficiente para contarle todo lo que había pasado.
- No tengo dónde ir, Lisa, perdóname. Te prometo que sólo será esta noche y mañana le pido posada a Sophie.
- No tienes por qué hacer eso. Estoy feliz de que estés acá, quédate, por favor. Ven a vivir conmigo, me gustaría mucho tu compañía.
- ¿De verdad no te molesta que me quede?
- ¿Jennie, no me escuchaste? No quiero que te quedes, quiero que vengas a vivir conmigo ¿Sí?
- ¿A vivir contigo? ¿A vivir como una pareja?
- Así es, si no te molesta y te parece apresurado. Además dijiste que no tienes dónde ir. Esta es tu casa, cualquier lugar en el que yo esté siempre será tuyo también ¿ Qué dices? ¿Te quedas a vivir conmigo y con Louis? Te prometo hacerte los mejores desayunos del mundo.
- ¿Lisa estás segura de lo que me estás diciendo?
- Jennie, yo te amo y nada me harías más feliz que poder compartir cada momento contigo. Quédate.
- Te amo, gracias por hacer esto por mí.
- Nuestro amor es más fuerte. Vamos por tus cosas.
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Por primera vez. [Jenlisa]
FanfictionLisa es una popular y conocida estudiante de danza en la universidad. Jennie es una estudiante de música que pasa desapercibida. Llevan vidas separadas hasta un día en que Jennie descubre a Lisa rapeando en la sala de danza y decide indagar más acer...