Rap en la sala de danza.

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Jennie despertó con dolor de cabeza, miro alrededor, no estaba en su casa ¿Dónde estaba, entonces? Era la habitación de Sophie. Se sostuvo la cabeza con una mano y se incorporó. Tenía una pijama de su mejor amiga ¿Qué había pasado en esa fiesta? Lo último que recordaba era que después de haber visto a aquella chica en el baño, se había ido a la pista con otra cerveza. Luego de eso todo era confuso en su memoria.

- Buenos días, Casanova - dijo Sophie divertida mientras se frotaba los ojos-.

- Buenos días, me puedes decir qué pasó anoche, por favor. No recuerdo nada.

- Te descuidé por un par de horas, no sé qué hiciste después de que dijiste que irías al baño. Lo siguiente que supe de ti es que te estabas besando con un desconocido a las 2 de la madrugada en medio de la multitud.

- Soph, no juegues con eso, por favor, dime en realidad qué sucedió.

- Jen, te estoy diciendo la verdad. Te estabas besando con un desconocido. Estoy segura que va en nuestra universidad, lo he visto un par de veces. Para tu tranquilidad, era bastante guapo.

- ¡Dios! No puede ser - Dijo Jennie confundida-. ¿Y luego de eso? ¿Por qué no me llevaste a casa?

- Estabas muy borracha, amiga. Creo que si tu mamá te hubiera visto así se habría preocupado mucho.

- Gracias, So. Me siento muy mal, me duele mucho la cabeza.

- Anda, levántate, prepararé el desayuno y te daré unas píldoras milagrosas que te harán sentir mejor en un instante. Hoy vas a ir a la universidad a ensayar para el recital ¿Verdad?

- Sí, tengo que. Aún no me sale perfecto el segundo movimiento.

- ¿No sientes a veces que es un poco ñoño estudiar música? Es decir, cada vez que le digo a alguien que estudio música sus caras cambian.

- Valoro mucho que nos tengan en ese concepto de superioridad - Dijo Jennie entre risas - . Dime ¿Has podido volver a ensayar con aquella chica de la que me hablaste? La que también hace su énfasis en guitarra clásica.

- ¿Te refieres a Rosé? No, antes de ayer, no la había visto en largo tiempo. Nos topamos en la fiesta.

- Todo el mundo estaba allá ¿Eh?

- Así es, Jen, pero Rosé es mejor amiga de Lisa desde los 5 años. Era lógico que estuviera allá.

- No lo sabía.

Las chicas bajaron al primer piso de la casa de Sophie y ésta se dispuso a preparar el desayuno, pero antes, le dio un par de aspirinas a Jennie con un poco de soda, limón y sal.

- Bebe esto, te hará sentir mejor.

Jennie tomó todo de un trago y se quedó sentada en la barra de la cocina observando cómo su amiga preparaba huevos, tocino, pan tostado y jugo de naranja. Entre tanto, pensaba en la noche anterior. Sí que se había divertido, al menos hasta donde recordaba. Sophie puso la mesa, hace unos años vivía sola, pues había tenido que mudarse para estudiar en la universidad, así que estaba acostumbrada a los quehaceres. Jennie pasó los platos y se sentaron a comer. Una vez terminaron, Jennie se arregló y se dispuso a ir a la universidad, eran apenas las 10:00 a.m., así que tenía suficiente tiempo para ensayar con el piano de la sala de música.

Al llegar a la universidad, recordó llamar a su madre para contarle que estaba bien y pasaría el resto del día ensayando. Se encerró en la sala de música y empezó a repetir una y otra vez aquel movimiento que no le salía perfecto. Pasada una hora y media de ensayo, cerca del medio día, Jennie se detuvo pues un perturbador sonido de bajos hacía retumbar todo el edificio ¿Quién podía ser, si lo sábados nadie tenía clase? Además, había que reservar las salas con varios días de antelación para poder ensayar.

Salió furiosa de la sala de música y siguió el sonido retumbante que la dirigió a la sala de danza. Una vez allí, tocó pero nadie atendió, quizá por el ruido de la música no la habían escuchado, así que intentó abrir. Para su sorpresa, la puerta no estaba asegurada, por lo que dio un paso adentro. En la sala sólo había una persona, una mujer. Alta, delgada, con su cabello recogido en una cola de caballo y una gorra. Estaba vestida con unos pantalones negros y un top gris; pero no estaba bailando. 

Las paredes de la sala estaban cubiertas por espejos que les permitían a los bailarines observar sus movimientos desde diferentes ángulos, pero esta chica estaba... ¿Cantando? No, estaba rapeando. Lo hacía con los ojos fijos en su reflejo, parecía bastante frustrada, sus rimas hablaban de estar viviendo una vida con la que no estaba conforme. Luego de unos 30 segundos de estar de pie en la puerta, la chica se percató de la presencia de Jennie. Aterrada, se calló y apagó la música.

- ¿Qué haces aquí? ¿Qué no ves que es un ensayo privado? -Dijo alterada-.

- Disculpa, no quise molestarte, pero también estoy ensayando y el ruido de tu música no me lo permite.

Cuando la chica se giró, Jennie la reconoció, la chica del baño de la discoteca.

- Perdóname - dijo Lisa en un mejor tono -, pregunté al llegar si alguien vendría hoy y me dijeron que era tarde y pensaban que la persona que había reservado la sala de música ya no llegaría. 

- De acuerdo, pero baja el volumen, por favor - Dijo Jennie a la defensiva -.

Y dio la vuelta, pero antes de que empezara a caminar, Lisa exclamó:

- ¡Espera! No quise hablarte así, me puse nerviosa porque llegaste en un momento muy íntimo.

- Está bien, no te preocupes - dijo Jennie con timidez -. En parte es mi culpa por no llegar a tiempo.

- Déjame invitarte a almorzar para disculparme por todo este escándalo - Dijo Lisa mirando el reloj de su muñeca -.

- No tienes qué hacer eso, no fue nada - Dijo Jennie incrédula.

- Entonces ¿Quieres acompañarme a almorzar? Como ves, no vine con nadie y no me gustaría comer sola.

- De acuerdo - Dijo Jenie con algo de timidez acomodando su cabello tras su oreja.

Lisa se apresuró a traer sus cosas, cerró la sala de danza y luego fueron al salón de música, donde Jennie recogió su bolso. Caminaron juntas hasta salir del edificio.

- Así que también fuiste a la fiesta de anoche ¿Verdad? - Dijo Jennie tratando de hacer conversación -.

Lisa la observó extrañada. "¿Realmente no sabe quién soy?", pensó. Luego de un pequeño e incómodo silencio respondió.

- ¿Cómo lo supiste?

- Te vi entrar en el baño. En realidad es lo último que recuerdo. Luego de eso, bebí mucho y es por eso que llegué tarde a ensayar.

Lisa se sintió aliviada de por fin conocer a alguien que no sentía ese interés infundado en acercarse a ella, por el contrario, esta chica ni siquiera sabía de su existencia. Le emocionaba poder ser quien ella quisiera, sin tener que guardar ninguna apariencia.

- Aún no me dices cómo te llamas - Reclamó Lisa-.

- Jennie ¿Y tú?

- Lisa.

- ¿Lisa? ¡Por Dios! ¡Qué tonta! La fiesta de ayer era por tu cumpleaños - Jennie se cubrió la cara con vergüenza-.

- ¿Así que asististe a mi fiesta sin saber quién era? - Dijo Lisa divertida -.

Jennie se sonrojó. No fue capaz de contestar más.

Por primera vez. [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora