Quédate a dormir.

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- Me gustaría darle un obsequio a tu hermana, para celebrar su presentación de hoy - Dijo Lisa aprovechando que Jennie había ido al baño - ¿Qué crees que le podría gustar?

Max sonrió, le gustaba la personalidad de Lisa, era cariñosa y al parecer se preocupaba por su hermana, eso era lo más importante para él.

- Le gusta mucho escribir, aunque casi no habla de eso. Escribe canciones y también algunas historias, además, le gusta escribir lo que le pasa en su blog. También le gusta leer, especialmente novelas de amor.

Justo en ese momento, Jennie regresó a la mesa. La cena transcurrió con tranquilidad, Lisa, aunque un poco tímida, habló con Max, le preguntó sobre su carrera, su trabajo, sus expectativas. Además, le preguntó sobre sus gustos y le contó algunas cosas sobre su danza.

- ¿Jennie ya te habló de cómo le gustaba robar todo lo que me enseñaban en el colegio? - Le dijo Max a Lisa en tono burlesco.

- No lo ha hecho ¿Quieres contarme?

- Bueno, soy un par de años mayor, así que empecé a ir a la escuela antes que Jennie. En el jardín de infantes, los profesores solían enseñarnos canciones y poemas, pero para mí era muy difícil aprenderlos, así que los leía varias veces en voz alta cuando llegaba a casa; sin embargo, Jennie, con su inteligencia musical desde que era un bebé, se los aprendía a las dos o tres veces de haberme escuchado y empezaba a cantar o a declamar los poemas antes de que yo los aprendiera. Eso me hacía enojar muchísimo, así que pasaba largas horas encerrado en mi habitación repitiéndolos una y otra vez ¿No es así, hermanita? - Dijo Max divertido - Jennie siempre ha sido una genio para el arte.

Jennie estaba apenada, sus mejillas se sonrojaron y se cubrió la cara con una mano. Lisa tocó su rodilla por debajo de la mesa y le sonrió para tranquilizarla.

- Además, canta precioso - Dijo Lisa guiñándole a Jennie.

- Así es, te dije, es una genio.

- Por Jennie - Dijo Lisa levantando su copa.

- Por Jennie - Respondió Max levantando la suya.





Lisa estaba en aquella librería artesanal en la que su padre había mando a hacer su álbum. Se acercó al mostrador y habló con Bob, el joven nieto del dueño de la librería que llevaba varios años ayudando a su abuelo en el negocio.

- Hola, Boby, qué grande estás.

- Hola, Lisa. Qué gusto verte. Han pasado casi 3 años desde la última vez que estuviste acá.

- Lo sé, me han hecho mucha falta. Dime ¿Está tu abuelo?

- Ya lo llamo.

Bob entró y luego de algunos minutos, regresó acompañado de un anciano delgado, con escaso cabello blanco y gafas. El anciano vestía camisa, pantalón y mocasines y caminaba lento. Al ver a Lisa, una sonrisa apareció en su rostro y extendió los brazos para abrazarla.

- Mi niña, qué gusto que has vuelto a visitarnos.

- Abuelo Bob, hace mucho tiempo no te veía. Te he echado de menos.

- Y yo a ti, mi Lisa. Sabes que eres como una nieta para mí. Cuéntame ¿Qué te trae por acá?

- Quiero una agenda, abuelo. Pero quiero que sea muy especial. Deseo que tenga 50 hojas rayadas y 50 hojas con pentagramas. Además, quiero que el exterior sea en cuero negro y tenga detalles plateados, y que en la portada diga "Jennie Kim".

Por primera vez. [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora