Jennie despertó temprano, había tenido una mala noche, no podía dormir bien, se despertaba constantemente y aunque intentaba no hacer ruido para que Lisa descansara, ella también se despertaba cada vez que sentía que Jennie no estaba durmiendo. Con los primeros rayos de sol decidió salir de la habitación e ir a la cocina por café. Se sentó en la sala sin hacer ruido y miró por la gran ventana que daba al jardín mientras bebía el café caliente. Louis se sentó en sus piernas y ella lo acariciaba con la mano que tenía libre, estaba absorta en sus pensamientos, temía por el futuro, más ahora, que no tenía siquiera un apellido.
Al finalizar su café, permaneció un rato más en la sala con Louis en sus piernas, luego se levantó y fue a la cocina a preparar el desayuno, hizo pan tostado, le puso mermelada, sirvió cereal con leche para las dos y preparó dos tazas grandes de chocolate caliente como remedio para la tristeza. Llevó el desayuno a la habitación, despertó a Lisa con un abrazo y las dos comieron mientras discutían lo que debían hacer con el cambio tan radical en la vida de Jennie.
- Lo primero que debemos hacer es pagar el semestre antes de que tu mamá bloquée las tarjetas - Dijo Lisa determinada -, el resto de cosas las podemos resolver por el camino, no te preocupes.
- Tienes razón, voy a hacerlo ya mismo - Respondió Jennie tomando el celular durante unos minutos. Al finalizar la transacción, agregó -. Ya pagué el semestre ¿No crees que deberíamos hablar con tus padres de todo esto?
- Tienes razón, sólo... No sé cómo decirle a mi padre. Mamá siempre ha sido muy tranquila y respetuosa con mis decisiones, en cambio papá siempre ha querido controlar mi vida. No sé cómo se lo vaya a tomar y temo que sea de mala manera y luego no tengamos dónde vivir.
- Tienes razón, Lili. Yo también tengo miedo de que eso pueda suceder. Pero quiero que hagamos las cosas bien, no quiero que alguien más le diga a tus padres o que algún día lleguen de sorpresa y se den cuenta de que nunca les contamos ¿Qué te parece si llamamos a la señora Manoban hoy, hablamos con ella y le pedimos consejos para decirle a tu padre? - Dijo Jennie acariciándole la cara a Lisa.
- De acuerdo, pero primero me gustaría ir a caminar para pensar un poco ¿Podemos?
- Claro que sí, amor. Termina de tomar tu chocolate y nos alistamos.
Terminaron de desayunar con calma y mientras Jennie bajaba a lavar los platos y arreglar la cocina, Lisa se bañaba. Una vez terminó en la cocina, Jennie subió, se bañó y se alistó para salir a caminar. Cuando estuvieron listas, salieron sin llevar nada más de sus teléfonos y algo de dinero. El día era gris y bastante frío, aún así ninguna de las dos llevaba saco. Caminaron en silencio alejándose cada ve más de la casa, la ciudad estaba solitaria, los fines de semana lluviosos eran el clima perfecto para permanecer en casa bajo las cobijas.
En alguna parte del camino, ya bastante lejos de casa, empezó a llover; era una lluvia fuerte, con gotas grandes y continuas y viento, de la que no se podía huir bajo un árbol o un parasol. En ese momento, Lisa dejó de caminar, se detuvo bajo la lluvia, luego de unos segundos, se dejó caer en el suelo y estuvo allí sentada mientras empezaba a llorar. Su llanto era cada vez más profundo, como si hubiera estado cargando un peso enorme y lo estuviera dejando salir. Jennie se sentó en el piso a su lado y la abrazó, le acarició la cabeza mientras se desahogaba y Lisa se aferró a ella con todas sus fuerzas.
Cuando Lisa se dejó de llorar, Jennie la levantó de suelo, aún llovía con la misma intensidad, la tomó de la mano y empezaron a caminar rumbo a la casa. El camino fue largo y no dejó de llover durante el resto del día. Llegaron a la casa empapadas. Se quietaron la ropa, la pusieron a lavar y se fueron a dar un baño de agua caliente. Estando sentadas en la bañera, Lisa se puso entre las piernas de Jennie y apoyó la espalda contra su pecho, Jennie la abrazó y le dio un beso en la mejilla para luego apoyar la cara sobre su hombro.
- ¿Qué te causa tanto dolor, mi amor? - Preguntó Jennie con ternura.
- Desde que mis padres decidieron irse, he pasado mi tiempo muy sola. Rosé siempre se preocupa por acompañarme y por estar conmigo todo lo que puede, pero también tiene sus ocupaciones, y ahora que te tengo, no sabes lo feliz que he sido. No porque te conciba como una cura a mi soledad, sino porque te amo y disfruto el tiempo a tu lado, nunca me había sentido así y no quiero que nada lo arruine, pensar en esa posibilidad me llena de dolor. Quisiera que estuviéramos así para siempre.
- Te amo, pase lo que pase, vamos a estar unidas, recuerda que nuestro amor es más fuerte. Cuando salgamos, llamamos a la señora Manoban y hablamos con ella. Todo nos va a salir bien - Respondió Jennie mientras la abrazaba fuerte.
Cuando estuvieron vestidas, llamaron a la señora Manoban. Lisa apretaba fuerte la mano de Jennie mientras estaban sentadas en la cama con el teléfono en altavoz.
- Hola, mi princesa, qué gusto escucharte.
- Hola mamá - Dijo Lisa asustada - ¿Qué tal los conciertos de estos días?
- Bien, mi corazón, por fortuna han sido maravillosos, el público nos ha adorado ¿Y tú cómo vas con Jennie? ¿Estás feliz de estar con ella? ¿Te trata bien? - Preguntó la señora Manoban con ternura.
- Así es ma, de eso quiero hablarte.
- ¿Lisa, pasó algo con Jennie? ¿Rompieron?
- No, mamá, por fortuna todo está muy bien, de hecho, está acá conmigo, escuchándote.
- Hola, señora Manoban, es un gusto saludarla. Soy Jennie Ki... Jennie - Dijo Jennie recordando que no podía usar su apellido. Al decir eso, su mirada se tornó triste.
- Qué gusto conocerte, Jennie, espero que tú y Lisa estén muy bien.
- Mamá, tengo algo qué decirte. Pero tengo miedo ¿Papá está cerca? - Preguntó Lisa nerviosa.
- No, mi amor, ha salido a hacer algunas compras. Pero quiero que, por favor, me digas lo que sucede, estoy muy preocupada.
- Mamá, La señora Kim se enteró de nuestra relación y no reaccionó bien.
- ¿Jennie está bien? ¿Su madre le hizo algo? - Dijo la señora Manoban muy angustiada.
- Mamá, Jennie está bien, pero la señora Kim la corrió de la casa. Le dijo que no quiere una hija así y que no puede usar su apellido nunca más. Jennie no tenía dónde ir, así que le dije que podía venir a vivir acá, ma. Pero quiero que se quede. Mamá, quiero que Jennie viva conmigo.
- Está bien, mi amor ¿Te hace feliz vivir con ella? ¿Disfrutas el tiempo a su lado y su compañía?
- Más que nada en el mundo, mamá. He sido muy feliz desde que ella y Louis llegaron.
- Y tú, Jennie ¿Eres feliz viviendo con Lisa? ¿Es eso lo que deseas?
- Así es, señora Manoban. Soy muy feliz con ella, es por eso que me opuse a lo que mi madre quería, porque mi felicidad está al lado de Lisa.
- Me alegra mucho escucharlas hablar así. Ahora que sé que están seguras de lo que están haciendo, quiero contarles algo. Cuando conocí a tu padre, Lisa, yo estaba con Martha, que había sido mi novia durante 3 años, pero nuestra relación estaba bastante deteriorada y llegando a su fin. Tu padre estuvo para mí cuando Martha decidió alejarse y casi sin darnos cuenta, nos enamoramos -Jennie y Lisa se miraban estupefactas, no podían creer lo que acababan de escuchar -. Te conozco, hija, sé que estás así porque tienes miedo de lo que él pueda decir, y quiero que sepas que no te tienes que preocupar por eso, de tu papá me encargo yo. Ustedes dos, encárguense de ser felices junto a Louis. Desde la semana que viene voy a depositar en tu cuenta dinero para las dos, Lisa. Bienvenida a la familia, Jennie, tienes mi bendición para usar nuestro apellido si lo deseas. Las amo, trátense bien, coman bien y manténganse en contacto.
- Te amamos, mamá, gracias por hacer esto por nosotras.
- Gracias, señora Manoban, es un ser grandioso.
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Por primera vez. [Jenlisa]
FanfictionLisa es una popular y conocida estudiante de danza en la universidad. Jennie es una estudiante de música que pasa desapercibida. Llevan vidas separadas hasta un día en que Jennie descubre a Lisa rapeando en la sala de danza y decide indagar más acer...