La conversación.

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Jennie desocupó su maleta en la habitación, dejando los implementos de aseo ordenados en el baño y bajando la ropa a la lavadora. Mientra tanto, Lisa había dispuesto las rosas en un jarrón con agua fresca en la mesa de centro de la sala, donde fueran un permanente recordatorio de los momentos maravillosos vividos en esos dos días. 

Al acercarse a la sala, Jennie encontró sobre el sillón aquella nota que traían las rosas, en la que Lisa le decía que había algo de lo que quería hablar con ella. Se sentó un instante a pensar. Tomó su teléfono y llamó a su mamá para avisarle que estaba bien y de vuelta en casa.

- Hola, mami. 

- Hola, mi amor ¿Cómo sigue tu ánimo? ¿Ha mejorado un poco?

- Bien, mami, de hecho, te llamo para avisarte que ya no me quedaré más en casa de So. Estoy de vuelta en casas... Con Lisa.

- ¡Qué bueno escucharlo, mi vida! ¿Cómo pasó?

- Verás, mamá. Luego de que habláramos y de corroborar en su teléfono que Lisa, efectivamente, no había estado en contacto con Joe durante este tiempo, Lisa llegó a casa de Soph y decidí escucharla. Hablamos y nos dijimos todas las cosas que necesitábamos que la otra supiera. Pudimos entender todo lo que había pasado y ahora todo está claro.

- No sabes cuánto me alegra que ya todo esté bien. Ustedes se aman y merecen ser felices juntas, no permitir que nadie dañe lo que han construído por envidia o por celos.

- Así es, mami, gracias por tus palabras ¿Cómo están tu agenta y la de papá y Max esta senama? Me gustaría verlos.

- Mi vida, puedes venir mañana a cenar con Lisa. Las estaremos esperando.

- Gracias, ma. Te amo. Salúdalos de mi parte.

- Te amo, mi nena. Besos para ti, Lisa y Louis.

Al colgar la llamada, Jennie se encaminó a la cocina donde estaba su novia. Se aproximó a ella y la abrazó por la cintura recostando la cabeza en su pecho. Escuchó con atención unos instantes el latido de su corazón en calma y luego susurró:

- ¿Qué era eso de lo que querías hablarme?

Lisa besó su frente y la abrazó en su pecho un instante para después responderle:

- ¿Me acompañas a preparar el almuerzo? Entonces hablaremos ¿Te parece?

- Claro que sí. Sólo dime por favor si es algo malo.

- No, mi amor. No es nada malo ¿Qué te gustaría comer?

- ¿Qué te parece si preparamos salmón?

- Me encanta ¿Lo acompañamos con risotto?

- Suena perfecto.

Jennie se empinó a darle un beso y procedió a ponerse un delantal para luego ponerle a Lisa otro.

Lisa le indicó que ella se encargaría del plato fuerta para que Jennie pudiera hacer el postre. Se pusieron manos a la obra. Lisa puso un poco de sal y pimienta en los filetes que iba a usar para después freirlo por ambos lados. En otro sartén, agregó un poco de mantequilla, algunos dientes de ajo y un poco de cebolla, puso agua y tomates secos y dejó cocinar la salsa a fuego lento. Mientras tanto, derritió un poco más de mantequilla y le puso algo de cebolla. Al estar en su punto, le puso el arroz, algo de agua, vino blanco, sal y especias. Mientras el risotto se cocía a fuego lento, agregó los filetes en la primera mezcla y los dejo cocer un poco más. Regresó al risotto y le puso algo de queso parmesano y ralladura de limón. A la mezcla del salmón le agregó más parmesano y algo de espinaca y tenía listo su platillo especial.

Por primera vez. [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora