Las noticias.

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- Jennie estoy tan orgulloso de ti, te mereces todo lo bueno que la vida te traiga, eres maravillosa. Siempre has sido tan talentosa, esto es poco, hermanita, lo que viene para ti son todas cosas increíbles - Dijo Max.

- Maxi, no lo puedo creer. La sinfónica nacional. Si estoy soñando, no me despiertes - Respondió Jennie incrédula al otro lado del teléfono.

- Desearía haber podido estar contigo, como siempre, pero el proyecto en el que estamos trabajando en este momento es demasiado demandante, llevaba 3 noches sin poder venir a casa a dormir. Estoy tan cansado - Agregó Max mientras se quitaba los zapatos sentado en su cama.

- Me lo puedo imaginar, hermanito. Pero no te preocupes por no haber estado acá, dijo el anfitrión que van a pasar una nota en las noticias dentro de una hora, no creo que sea la gran cosa, además será en las noticias de media noche, pero puedes verla si te quedan energías.

- Para ti siempre tengo energías, Jennie Kim. Estoy tan feliz y tan orgulloso de ser tu hermano. Dile a Lisa que la quiero y que le agradezco por cuidarte tanto y preocuparse tanto por ti. Ella fue quien organizó toda esta sorpresa. Me alegra que estén juntas, se nota que se aman mucho, no debes dejar que nadie se interponga en eso.

- Gracias, hermano, le daré a Lisa tus saludos, te amo, trata de descansar.

- Te amo, maestra Kim - Dijo Max y colgó el teléfono para luego quitarse las medias. 

Al darse la vuelta para buscar su pijama, vio a su madre parada en la puerta de su habitación.

- Mamá, me diste un susto ¿Qué haces aquí?

- Escuché que hablabas con tu hermana y quise saber cómo está - Respondió la señora Kim cabizbaja y con un hilo de voz.

- Si quieres saber cómo está, pregúntale tú misma - Las palabras de Max eran crudas y serias -. No entiendo por qué tuviste que hacerle eso a mi hermana, tú y papá... Los dos están tan equivocados ¿Qué tiene de malo que Jennie se haya enamorado? Lisa es respetuosa, se preocupa por mi hermana, la cuida, la trata bien y ha hecho por ella todo lo que ustedes dos no han hecho durante este tiempo.

- ¿Qué quieres decir con eso? ¿Jennie está viviendo con esa mujer? - Respondió la señora Kim algo alterada.

- Y si vive con ella ¿A ti qué te interesa? Tú la corriste de esta casa ¿Qué esperabas? ¿Que durmiera en su auto en las noches? Por fortuna tiene a alguien que la cuida y que procura su bienestar. Tú y mi padre deberían sentirse muy avergonzados y arrepentidos. Nunca había conocido a una niña tan buena, tan juiciosa y tan dedicada como mi hermana. Es un ser maravilloso, sólo irradia luz; y ustedes dos, por no estar de acuerdo en sus decisiones como adulta, decidieron perderla. Me avergüezan.

- Es que no entiendo cómo para ti puede ser normal que tu hermana tenga una novia ¡Una novia, Max! No es normal. Lo normal es que tenga un novio.

- Evoluciona, mamá. Edúcate. Aún estás a tiempo de recuperar a mi hermana, pero no esperes mucho, porque cada día que pasa, ella se aleja más y más de ti, y cuando menos lo esperes, estará tan lejos que no la vas a poder alcanzar.

La señora Kim dio media vuelta y se fue a su recámara. Se acostó al lado de su esposo, las palabras de Max la habían hecho pensar mucho, tal vez era cierto lo que él decía, tal vez le estaba dando mucha importancia a algo muy pequeño. Encendió la televisión, no podía dormir. Su esposo tampoco podía dormir, así que ambos permanecieron un rato viendo las noticias de media noche. 

Luego de casi media hora de estar viendo la televisión, algo llamó la atención de los señores Kim, que en realidad no prestaban mucha atención al programa que veían, era la voz de Jennie. Ambos se incorporaron y observaron la pantalla con atención, Jennie subía a un escenario y decía unas palabras de agradecimiento mientras un hombre le entregaba una pequeña credencial, el titular en la parte baja de la pantalla decía: "Tres nuevos integrandes recibe la sinfónica nacional". 

Al ver aquello, la señora Kim no pudo evitar el llanto, se sentía tan orgullosa de su hija y tan triste de no haber estado con ella en ese momento. Jennie siempre había soñado ser reconocida por su música y lo estaba consiguiendo, pero sus padres no estaban con ella celebrando aquel increíble triunfo. El señor Kim, siempre de pocas palabras, la tomó de la mano y le dijo:

- ¿Habremos cometido un error?

- Yo creo que sí - Respondió la señora Kim sollozando -. Mírala, es hermosa y talentosa. Además, siempre ha sido tan buena niña. Debemos recuperarla.

- Pero eso significa que vamos a aceptar a esa muchacha con la que anda - El tono del señor Kim era serio.

- Si es lo que hace falta para recuperar a mi hija, lo voy a hacer - Finalizó la señora Kim decidida.




Jennie y Lisa estaban sentadas en una mesa para dos en un restaurante hermoso de la ciudad del evento. Habían tenido una cena deliciosa y ahora disfrutaban de un postre dulce para terminar de celebrar. La mirada de Jennie se tornó triste en un momento y dejó de hablar, Lisa la tomó de la mano, sabía lo que sucedía, para ella era muy difícil que sus padres no hubieran estado presentes aquel día. Lisa no dijo ni una palabra, sólo levantó a su novia de la mesa, pagó la cuenta y regresó con ella al hotel. 

Subieron de la mano en el ascensor y, cuando Lisa abrió la puerta de la habitación para que Jennie pasara, en la cama había un arreglo de flores de colores; Jennie se acercó, las miró, las olió y regresó al lado de Lisa, la abrazó fuerte y le dijo en el oído: "Te amo, eres lo mejor que tengo". Lisa la abrazó más fuertes y la llevó de la mano a la cama. Jennie permaneció sentada a la orilla de la cama mientras Lisa buscaba las pijamas entre el equipaje. Cuando las encontró, se sentó detrás de Jennie y abrió el cierre de su vestido, con delicadeza lo levantó desde la cintura y se lo quitó. Desdobló la blusa de la pijama y se la puso para luego abrazarla por la espalda.

- Te amo, princesa, sé que no fue un día perfecto, pero estoy muy orgullosa de ti - Dijo Lisa sujetando fuerte a su novia.

Jennie se giró y quedó a pocos centímetros de la cara de Lisa.

- Contigo todo es perfecto, Lisa - Respondió Jennie para luego inclinarse un poco y desabrochar el vestido de su novia.

Pretendía ayudarla a ponerse su pijama, tal como Lisa lo había hecho con ella, pero cuando le quitó el vestido, no pudo resistir. Tomó con firmeza la nuca de Lisa y la besó apasionada, poco a poco, se fue inclinando sobre ella cada vez más hasta quedar apoyada en sus codos sobre Lisa, besándola con desesperación. La mano derecha de Lisa apretaba los gluteos de Jennie, mientras la izquierda jugueteaba por su espalda bajo la blusa. Jennie comenzó a besar el cuello de Lisa y ella aprovechó para quitarle la blusa.

Lisa no aguantó más, tomó a Jennie de los hombros y la acostó en la cama para ella quedar arriba, los besos eran cada vez más intensos. Lisa mordió el labio de Jennie con fuerza, lo que la hizo soltar un pequeño quejido de dolor y placer; luego, inclinó la cara hasta su oreja y pasó la lengua por su lóbulo para después susurrar: "Ya sabes qué tienes que decir". Jennie, casi sin poder respirar, apretó el muslo de Lisa y dijo: "Soy tuya".

Por primera vez. [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora