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~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Holaa, personitas hermosas, quiero aclarar algo, a ustedes, queridos lectores/as, me he dado cuenta de que el libro se subió con algunos capítulos mal ubicados, traté muchas veces de ordenar los capítulos, pero ...

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Holaa, personitas hermosas, quiero aclarar algo, a ustedes, queridos lectores/as, me he dado cuenta de que el libro se subió con algunos capítulos mal ubicados, traté muchas veces de ordenar los capítulos, pero raramente vuelven a cambiar su orden.
Por tal situación pido disculpas, si bien no es algo que pueda arreglar, recalco que ya lo intenté varias veces, pido su comprensión, y si quieren leer el libro, porque en mi opinión vale la pena leerlo, y si pueden tener la paciencia de ir ubicando los capítulos, para poder leerlos en orden, me refiero a que puedan ver el número del capítulo y de acuerdo al orden correcto, poder leerlo.
Muchas gracias por leer está nota, valoro mucho su tiempo, así que, cuídense mucho.
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Siempre me pregunto ¿por qué las calles de Asunción son tan desesperantes?, tal vez por el embotellamiento de vehículos en la ruta que cada cinco minutos avanzan dos metros y que los conductores tocan la bocina de sus autos a cada rato, nosotros no tenemos la bendita culpa de que haya tantos autos y calles sin semáforos.

—¡Muévanse! —gritó el señor en el auto de atrás, seguido por el sonido de su bocina.

Mi madre ya harta, decide hablarle con todo el respeto que una persona merece.

—¡Maldito, cállese de una vez o lo callaré yo! —exclamó mi madre.

Ya sé que mi madre no es tan buena en controlar sus emociones por lo general me castigaba pegándome, la razón de tener un buen crecimiento fue porque en la mesa había variedades de alimentos muy buenos en proteínas, y al lado de ellas no podía faltar la bendita chancla, hay que ver el lado positivo esta vez, no dijo groserías, ya es un gran avance.

—¿Y tú quién eres señora?, a mí no me calla nadie y mucho menos una anciana amargada —el señor gruñó, no sé qué paso por su mente para contestarle así a Mamá.

Mi madre se quedó como un minuto mirándolo a través del retrovisor, en sus ojos se podría ver el mismísimo infierno, quiero calmarla, pero tengo miedo de hablar y convertirme en su próxima víctima, respira hondo, cierra los ojos y dice lo siguiente.

—Elegiste el camino de la muerte. —Acto seguido ella se baja del auto y va junto al señor.

Esto se pondrá bien feo, tardo unos minutos en procesar lo que estaba pasando, el señor también salió de su vehículo dispuesto a discutir con mamá, sabiendo que ella sería muy capaz de moquetearse en la calle con él, entonces también voy yo a ser apoyo moral para mi queridísima mami.

—Si sigue así, créame que no me importara que sea mujer y nos rompemos la madre —exclamó el señor para luego sacarse la chaqueta que traía puesta y ¡vaya! que gordo esta.

—Y tú crees que yo te tengo miedo hijo de puta embarazado —habló entre dientes, en otra situación me reiría del comentario de mamá, pero esto ya es serio.

—Eres una maldita loca. —El señor se acerca a mi madre.

—Ven y dímelo en la cara perro —gritó mi madre.

La gente ya se estaba reuniendo al rededor contemplando la escena, dos muchachos se acercaron a controlar al señor y a mamá, grave error.

—¡Sáquense cositas sensibles no se metan, le daré una golpiza! - ordenó mi madre, los muchachos vuelven a sujetarla —. Ya tranquilos, tranquilos, ya me calmé, mi hija está aquí, solo tiene 17 años, no quiero hacerla pasar más vergüenzas. —Los chicos creyeron en sus palabras y la soltaron, por segunda vez, grave error.

En cuanto la sueltan se abalanza sobre el señor estirando su cabello, al instante los separan, el señor todo indignado trata de zafarse de los muchachos para golpear a mamá y lo logra, furioso corre hacia mi madre.

—¡Cristóbal, deja de hacer el ridículo y ven aquí! —dijo una señora anciana, parada cerca de la pelea.

El señor se detiene y la mira. —Pero mamá, me estiro el cabello —dice el señor en protesta.

—¡Que vengas aquí te digo! —la señora exclamó harta.

—Sí mami —dijo con voz dulce, es una situación seria, y yo lo siento, pero me tengo que reír, mi madre me da una golpiza en la cabeza.

Cristóbal tarda conversando con su madre, luego vuelve junto a nosotras con la mirada hacia el suelo, como un perrito al ser regañado.

—Me disculpo señora por causar todo esto, no debí faltarle al respeto —lo veo y no lo creo.

Mi madre dudosa no le contesta hasta que yo le doy un codazo, ella reacciona y mira al señor.

—Está bien —dice orgullosa.

—Nosotras también queremos disculparnos por todo lo que paso —digo apenada.

Arreglamos el problema y no hubo que llegar a los tribunales, el embotellamiento disminuyó lo suficiente para llegar rápido a casa, me espera el regaño de mi vida por disculparme con Cristóbal.

—¡Jael! —mi madre me llama desde la cocina, ya sé lo que me espera.

—Hola Dios, soy yo de nuevo...

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El Mundo De Los Sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora