Cuando descubres que tu realidad no es la única, ¿podrás diferenciarla?
Dicen que todos tenemos un destino, un hilo rojo, que nos une a nuestra alma gemela, la persona predestinada para ti, pero, qué tal, y ese destino o hilo rojo esta entrelazad...
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—No lo niego estaba guapo, pero no quiero que alguien se fije en mi —digo llenando mi boca con helado, estoy sentada en una heladería junto a Aidan.
—Tal vez deberías salir con alguien, pero debe ser una persona que comprenda todo lo que has pasado y te entienda —me dice.
—No lo necesito, estoy bien —digo evadiendo sus palabras.
—No digas que está bien porque no está bien, por favor Jael. —ante sus palabras bajo la mirada, él tiene razón, de vez en cuando, me sentía sola, cuando estaba con mucha gente, la soledad y el vacío se hacía presente. — Aunque lo niegues quieres ser amada y amar —Lo miro a los ojos.
—Solo quiero ser más feliz, para derretir... —una lagrima se derrama de mis ojos —para derretir mi frio corazón.
—¿Lo intentara? —me pregunta.
—Sí, pero, ¿quién querrá a una persona tan rota como una muñeca de porcelana aventada en el piso? —digo mientras limpio mis lágrimas.
—Yo lo hare —lo miro a los ojos —querré cada parte rota de tu ser, me comprometo a conocer tu galaxia, porque tu sola existencia es arte —acaricia mi cabello —¿tienes idea de lo hermosa que eres incluso en este momento? —me pregunta, aun no entiendo nada y él lo noto —quiero decir, quieres intentar algo conmigo —me pregunta serio.
—Y si no funciona... —interrumpe mis dudas.
—Pues te dejare ir, y pase lo que pase, aun haremos nuestro consultorio, de acuerdo —sonríe, habíamos acorado abrir nuestro propio consultorio, nos complementamos mutuamente, debería intentar algo con él, me conviene en todos los sentidos, me enamoraré de él, eso es lo que quiero.
—Está bien —le sonrió.
—¿De verdad? —me pregunta sonriendo y exaltado.
—Sí, quiero intentar algo contigo —le sonrió, él solo, repentinamente se levanta de su silla y corre fuera de la heladería, yo lo sigo curiosa, corre de aquí allá.
—¡Jael March es mi novia! —grita lo más fuerte que pudo, todos lo observaron asustados, luego me miro y corrió hacia mi dirección, al llegar me agarro de las manos, sin decir nada planto un beso en mis labios, me desconcertó mucho la verdad, pero le seguí el beso.
—Qué suerte tienes amigo. —Un chico apareció al lado de Aidan y lo codeo, me sonrió y se fue.
—Entonces, ¿qué quieres hacer cariño? —me pregunta tiernamente.
—No lo sé, tal vez estudiar para el último examen —sugiero.
—Ese examen es en una semana —dice despreocupado.
—Justamente porque es en una semana debemos estudiar —lo estiro de sus manos, estar frías.
Iba a agregar algo más, pero siento como alguien me abraza de la espalda, me doy vuelta desconcertada y veo a mi hermana, me sonríe y yo el abrazo más fuerte.