Cuando descubres que tu realidad no es la única, ¿podrás diferenciarla?
Dicen que todos tenemos un destino, un hilo rojo, que nos une a nuestra alma gemela, la persona predestinada para ti, pero, qué tal, y ese destino o hilo rojo esta entrelazad...
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Despierto llena de energía, corro a ducharme y me visto con ropa nueva que había comprado y voy directo a la cocina donde Aidan esta, salto sobre él y lo abrazo.
—¡Es hoy, es hoy! —grito muy emocionada.
—Por fin tendremos nuestro título, nuestra graduación, seguro te recibirás con honores —dice sirviendo el desayuno.
—Tal vez, estoy emocionada —digo feliz.
—Iremos a la fiesta de noche, ¿verdad?, dime que si —dice y estira mi brazo.
—Está bien —digo.
—Apurémonos entonces. —Tragamos rápido y salimos, él debe conducir, yo estoy muy emocionada, que seguro chocaría con alguien
La universidad está decorada por todos lados, con globos y comida, nos sentamos con los compañeros, todos se veían bien, al parecer se habían bañado, el profesor llega con los otros profesores, miro hacia atrás y veo a mi familia, los saludo con la mano.
—Hoy es un día muy especial —empieza hablando el director por el micrófono —hoy una generación de psicólogos se levanta contra el mundo, a ayudar, estoy muy orgulloso de todos ustedes, ahora verán el fruto de su arduo trabajo —dice y se retira.
Poco a poco llamaban a todos los alumnos, al final me toco a mí, como dijo Aidan con mención de honores, bajo y abrazo a mi madre toda mi familia esta ahí apoyándome, me siento muy bien.
—Tómenme una foto —digo y me alejo coloco el título en mis manos y me sacan fotos —¿cómo me veo? —pregunto.
—Yo te veo igual de tonta que siempre —Steve dice mirándome.
—No le digas así —dice Aidan.
—¿Como te atreves? —reprocha Chris.
—Amor de hermanos, no lo entenderían chicos —digo y golpeo a Steve.
—Tengo hambre mami —digo sonriendo, mi madre me abraza.
—Vamos a casa hija —dice sonriendo.
La familia se dispersa en tres autos, yo subo al de mi mamá, ya que ella conducía, Aidan y Steve conducen los otros vehículos, al llegar a casa nos espera una decoración inmensa y muchos platos de comida de cualquier clase, mi tía Liz aparece y me abraza, de inmediato nos ponemos a comer, solo puedo ver como todos sonríen y disfrutan el momento, aquí y ahora, me siento feliz de tenerlos a todos.
El timbre de la casa suena, ya se ha hecho tarde y ningún invitado llegaría a esta hora, al abrir la puerta no encuentro a nadie, en el suelo hay un ramo de flores, lo tomo, dentro hay una carta que dice lo siguiente.
''Felicidades, y lo lamento por no estar allí, te prometo que muy pronto me tendrás enfrente de ti.
