Cuando Chris abandona enojado la habitación, me levanto dispuesta a seguirlo, no puede decir montones de cosas y dejarme confundida, además estoy preocupada por él, nunca me trato de esta manera, siempre era dulce, bueno con el trato hacia las personas, raras veces se enoja y últimamente se ha comportado más raro de lo normal, siento que no debo dejarlo solo cuando esta de mal humor, necesita sacar lo que le hace daño, quiero que lo exprese aunque esté en juego nuestra amistad, quiero intentar calmarlo. Busco por casi todas las calles que están cerca de mi casa y no lo encuentro, seguro ya llego a su casa y estoy aquí a media noche, caminando por las calles solitarias de mi barrio, con que me salga la llorona yo sí corro.
Me giro hacia el parque y me da tremendo susto al ver a una persona sentada en el banco, al visualizar que era Chris me calme, corro hacia su encuentro, está sentado mirando hacia un lado de la calle, ni siquiera me mira cuando llego, viendo en el estado que esta me siento al lado de él cuidadosamente.
—Lo siento Jael... —inicio hablando tristemente, pero lo interrumpo.
—No quiero que pidas disculpas ahora, —Busco su mirada, pero él esquiva la mía —dime todo lo que quieres decir, te escucharé sin juzgarte, solo escúpelo.
—Lo que pasa —veo como se pone tenso, toma aire para luego levantarse —no importa, vamos a tu casa, mira la hora, ya es bien tarde —dice mirando su reloj, camina esperando a que lo siga, al darse cuenta de que me quede sentada, vuelve, me toma de la mano, hace que lo siga hasta que me suelto de él, tiene, necesita sacar lo que siente, perdóname amigo.
—De verdad no tienes los huevos de decirme lo que quieres, —Chris se queda quieto mirándome, sé que necesitaré más para sacudirlo. —eres muy valiente para enfrentarte a chicos, pero con chicas no...
—Solo me comporto así contigo —exclamó.
—¿De verdad?, entonces dime, ¿por qué solo eres así conmigo?, ¿por qué solo cuidas de mí? —sé que está mal que presione a una persona a hablar cuando no quiere, pero Chris es una persona que no cuenta sus sentimientos, apenas me deja saber cuándo esta triste, y no me lo dirá, y sé que se siente presionado, solo quiero ayudarlo.
—Porque tu felicidad está por encima de la mía, y además soy feliz contigo—está progresando, vamos por más.
—Y ¿por qué? —trato de llegar hasta el fondo, mas, él no me deja.
—Ya vámonos, no debemos... —ya estoy harta.
—¡¿Por qué mierda solo quieres estar conmigo?! —le grito bien fuerte para que reaccione.
—Porque te amo —dice con la voz quebrada, es inevitable no sorprenderme, por fin puede decir lo que quiere en verdad —te amo Jael, fuiste mi primer amor en la primaria, cuando crecí eras solo una amiga, pero yo no te veía así, he madurado con esta necesidad de protegerte, de estar al lado tuyo, me prometí a mí mismo hacerte feliz siempre, fuiste la única que se quedó cuando pasaba momentos difíciles, desde que me diste el valor de denunciar a mi padre y me sacaste de ese infierno —está a punto de llorar, ambos, se acerca unos pasos a mí, agarra mis hombros y se agacha un poco para estar a mi altura, sin dejar de mirarme.
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El Mundo De Los Sueños.
FantasyCuando descubres que tu realidad no es la única, ¿podrás diferenciarla? Dicen que todos tenemos un destino, un hilo rojo, que nos une a nuestra alma gemela, la persona predestinada para ti, pero, qué tal, y ese destino o hilo rojo esta entrelazad...