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Al despertar, mi cuerpo me duele en toda su extensión, como si hubiera peleado con los mil infiernos sin morir, me levanto con dificultad, miro por la ventana, está lloviendo, como si fuera de que la naturaleza está enojada con los humanos, el rio se inunda, la luz de los rayos me sobre exaltan, y su sonido ni que decir, me gusta el sonido de la lluvia, pero no el de sus acompañantes, los rayos.

Camine hacia la cama de mi madre, no está, siempre cuando había una tormenta me tiraba en sus brazos asustada, y esta no sería la excepción, miro que, al lado de su cama, sobre la mesa de noche descansa una carta, la abro y la letra casi inentendible de mi madre esta estampada en ella, con mucha dificultad, logro descifrar lo que dice su letra junta.

''Hija, sabíamos que no despertarías después de nadar ayer, así que preferimos no despertarte solo para que descanses y también, para que te quedes atrapada en medio de una tormenta junto a tu ser amado, no volveremos hasta la noche, estas sola con Wooki, compórtense, para que no te alegres demasiado comeremos pizza y no te invitaremos, solo quiero que seas más feliz de lo que ya eres, siempre fue mi anhelo, así que, o arreglas las cosas con él, ¡o te haremos un casamiento forzado e incluso un amarre!, sin más que decir suerte y te quiero''

Que rayos acabo de leer, ¿casamiento forzado?, con que así me quiere mi madre, no le daré el gusto, me doy vuelta y entro en el baño, me doy una ducha con agua tibia bien duradera, al salir me visto y abro la puerta de mi cabaña, las nubes grises hacen que parezca de noche y peor aún, los árboles golpean fuertemente el suelo, esta tormenta sí que quiere extinguirnos, al escuchar un trueno corro a la cama asustada y me tapo con la sabana, tapo mis oídos y abrazo mi almohada.

Al parecer me había dormido un buen rato, despierto y la tormenta sigue, pero ya es de noche, no quiero levantarme, pero al sentir que algo me está observando, no puedo quedarme tranquila, saco un poco mi rostro de la sabana veo una sombra con una forma extraña parada enfrente de mi ventana, estoy temblando, tengo miedo, bueno, mientras tenga luz estaré segura.

Y como si fuera que se puede poner peor, se corta la electricidad lo último que veo es la sombra, todo está oscuro, intento calmarme, no quiero empezar a gritar, hasta que escucho como golpean mi ventana, el miedo recorre, una vez más mi cuerpo, me paro de golpe de la cama y me alejo de la ventana, me pego a la puerta, mirando la ventana, el sonido de algo rasguñando el vidrio no me ayuda en nada, miro fijamente la ventana, de repente la luz de un rayo alumbra la oscuridad, la sombra se mueve sin piedad.

Eso fue la gota que colmó el vaso, grito con todas mis fuerzas y abro la puerta, cierro mis ojos y corro por el pasillo que conecta con la cabaña de los chicos, y ustedes dirán ¿cómo puedo correr con los ojos cerrados?, verán, si se me aparece el coco, me da el infarto, choco con algo bien firme, caigo al suelo de cola, no quiero abrir mis ojos y encontrarme con un monstruo, así que me arrastro hacia afuera, aun con los ojos cerrados, al sentir el contacto de la tierra húmeda en mis manos, me arrastro más rápido, la lluvia me moja por completo, pero mientras sobreviva todo estará bien, no, nada está bien cuando siento una mano grande y fría tomándome de mi tobillo derecho, a correr se ha dicho señores.

El Mundo De Los Sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora