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Ya casi era hora de que Cris venga entonces voy a preparar la sala, las películas y el tereré infaltable, no importa que sea de noche, siempre hay hora para el tereré.

—Y dime hija, cuando piensas hacerte novia de Chris. —Mi madre me está ayudando a arreglar la sala.

—Ya estuvo bueno mamá, deja de quererlo como tu yerno, él no se gusta de mí y yo tampoco —siempre menciona esto, y ya estoy harta.

—Tal vez tu no, pero él sí se gusta de ti. —Sonríe burlándose de mí.

—Y síguele con eso, ¿tienes pruebas? —Ella se pone a pensar.

—Solo piénsalo, siempre te consiente y la forma en que te mira es muy especial, además...

El timbre suena, miro a mi madre y le hago la señal de que no diga nada, abro la puerta encobrando a un Chris con pizzas y papas y con su infaltable sonrisa en su cara.

—¿Me dejarás entrar o quieres que se enfríen estos manjares? —Lo dejo pasar, coloca la comida en la mesa. —Hola señora, ¿cómo esta? —Le sonríe a mi madre.

—Estoy muy bien yer... —mis ojos se abren de par en par y ella se da cuenta de lo que iba a decir entonces corrige. —Chris, disfruten su maratón yo me voy a dormir. —Mi madre desaparece de muestra vista.

—Bueno, ¿empezamos? —Lo miro nerviosa, él sonríe y asiente.

La sala está llena de pura adrenalina, estas películas hacen que me emocione tanto, las amo al igual que Chris, en una parte el poderosísimo Capitán, aparece sin remera, yo lo disfruto al cien y mi amigo celoso al darse cuenta me tapa los ojos.

—Idiota, déjame ver si no quieres morir —Trato de forcejear, sin éxito, pasa un rato y luego me deja ver, cuando terminó la escena, él sonreía y yo estaba hecha furia.

—¿Cómo te atreves a hacerme eso? sabes bien que él es mi favorito, tienes envidia de ese dios o que te pasa, ¿por qué no me dejas disfrutar de unos bellos abdominales por una vez en la vida?, en serio los quería ver —ya estoy a punto de hacer una rabieta bien grande.

—No les tengo envidia Jael de verdad... —Trata de defenderse, pero yo estoy enojada.

—¡Entonces por qué rayos no me dejas ver pedazo de idiota! —solo quiero gritar.

—¿Quieres ver abdominales? —me pregunta alterado.

— Sí quiero ver, regresa un poco para que lo pueda ver. —Me acomodo para mirar bien el televisor.

Chris se para, lo observo extrañada, se saca la camiseta, dejando a la vista sus abdominales, están bien definidos, sus brazos eran grandes y su cabello desordenado le favorecía aún más, era precioso y me quede con la boca abierta tratando de procesar lo que estaba pasando.

—Los de Capitán América son mejores —digo apartando la mirada, alguna que otra vez lo veía sin camisa, pero ninguna vez se la había quitado por mí, era raro. —Estas bien guapo lo admito, pero entre el poderosísimo Capitán y mi mejor amigo, casi hermano, él me gusta más. —Chris suspira enojado, se vuelve a colocar la camiseta y se sienta lejos de mi escondiendo su cabeza entre sus piernas.

—Oye cachorrito, no te pongas triste, eres bien guapo, alborotarías las hormonas de muchas chicas, pero tú eres como mi hermano, ¿por qué te enojas? —Trato de tocar su hombro para consolarlo.

Chris levanta la cabeza y luego se pone de pie, pasa sus manos por el cabello y yo lo miro esta extraño, él no es de ponerse nervioso tan fácilmente siempre es una cosita tierna y amable, ahora tenía la mirada llena de enojo, solo me miraba a mí.

—No fue mi intención provocarte —me defiendo.

—Ya basta Jael —dice cerrando los ojos tratando de calmarse.

—Es que no, no entiendo tu enojo, sabes que no fue mi...

—¿¡Es que por una vez en tu vida no puedes verme como un hombre!? —me grita bien fuerte, me quedo callada, estaba muy exaltado —, dime Jael, ¿qué me falta para qué me mires como a un personaje de televisión? —Se acerca velozmente y se sienta al lado mío, todo fue tan repentino que al instante me alejo de él, en ese estado, sentía algo parecido al miedo. —¿Por una vez en tu vida puedo ser algo más que solo tu hermano o un cachorrito adorable? —Aparta la mirada y respira pesadamente. 

El Mundo De Los Sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora