Cuando descubres que tu realidad no es la única, ¿podrás diferenciarla?
Dicen que todos tenemos un destino, un hilo rojo, que nos une a nuestra alma gemela, la persona predestinada para ti, pero, qué tal, y ese destino o hilo rojo esta entrelazad...
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—¡Jael!, ¡Jael! —una voz dice, pero no podía abrir los ojos, ¿qué sucede? ¿Dónde estás? —, escúchame bien, despertarás en un sueño, pero tú no tendrás el control de despertar, ten mucho cuidado, no puedes quedarte por mucho tiempo —dijo, completo silencio luego de eso, lo que aumentaba mi ansiedad, esto no es real, no puede ser posible estar en un sueño y no poder despertar, esto no es real, a la cuenta de tres abriré mis ojos y estaré en mi cama... uno, dos, tres.
En efecto logré abrir mis ojos, lo primero que veo es mi pared, el color azul con mariposas de colores era evidente, me río al recordar cuando mi madre estaba tratando de dibujar una y le salió tan mal que quiso borrarla, pero yo la deje , para mí era bonita, mentira era una abominación nunca antes vista, pero la intención es lo que cuenta, así que aquí esta esa fea mariposa hecha por el amor de mi mamá, la toque, era real, siento mi manta aterciopelada de gatitos, el olor de mi almohada me daba tanta paz, mi perfume está impregnada en ella, hace rato que estay acostada entonces estire todo el cuerpo aliviando mis músculos, se sentía tan bien.
Me desconcerté mucho al sentir unos brazos que rodeaban mi cintura y un cuerpo acercándome a él, me trato de calmar, seguro es mi madre que otra vez se sintió solitaria en su habitación, entonces vino a acostarse conmigo, no hay problema, mamá necesita abrazar a alguien al dormir y sin mi padre con ella, se siente más sola en las noches, mi madre se levanta un poco y se acerca a mi oído, el aire caliente que sale de su nariz, choca con mi oreja, calentándola, yo me hago la dormida, no quiero tener sus charlas a esta hora de la noche.
—Te he estado esperando, sé quién eres, —hace una pausa para reír —sé que no estás dormida, no te vayas Jael —abro mis ojos velozmente, no puedo emitir ni una sola palabra, estoy asustada, nunca he sentido tanto miedo en mi vida, no puedo mover ni un solo músculo, solo puedo mover los ojos, su voz es tan gruesa, es de un chico, ¿cómo entro en mi casa? ¿quién era él? ¿qué hacía en mi cama? solo quisiera poder moverme y salir corriendo de ahí, pero, aunque lo intente no puedo moverme —.No tienes el control y eso te asusta, ¿verdad? —con solo sus palabras tiemblo del miedo.
El desconocido vuelve a su posición de antes, acurruca su cabeza entre mi espalda, pero, algo era raro, aún no puedo moverme, ''tienes el control, tienes el control'', me repito a mí misma, sin obtener resultados, escucho sonidos de pies que se arrastran, provienen de afuera de mi habitación, mamá suele hacer eso cuando va al baño, eso de alguna manera me da la fuerza de poder moverme, me levanto y me arrastro por la cama intentando llegar a pedir ayuda.
—¡Mamá! ¡ayuda, llama a la policía! —grito con todas mis fuerzas, el sujeto me atrapa y me tira en la cama, intento golpearlo, aun no puedo ver su rostro ¿será alguien que me odia?, ¿algún pretendiente que he rechazado?, ¿un asesino en serie?, muchas ideas pasaban por mi mente, mas, el intentar escapar y sobrevivir era lo importante, me arde la muñeca de donde me ha estado atajando, vi que la lámpara está cerca de mi alcance, decidida por descubrir quién es lo enciendo de inmediato el chico se hizo para atrás, lo que vi a continuación, hizo que sintiera mucho más miedo.
