q u i n c e

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"Extrañamente  familiar"

Gracias a que la cámara abarcaba una gran parte de su rostro, podía ocultar su identidad, sin embargo alcanzaba a ver que este tenia el cabello negro azabache, y la piel morena y era alto. Y si hacía memoria, nunca en su vida había visto a alguien con esas características.

Respira y exhala lentamente, no pierdas la calma...

A quien engaño, al carajo todo.

– ¡Jisoo!

– ¡¿Qué pasa, Seokjin?! ¡¿Que?!

Para entonces Jisoo no estaba midiendo su histeria, y tampoco pudo controlarse en el momento en el que le grito irritada a su mejor amigo en la cara. Sintiéndose culpable y avergonzable cuando reaccionó y se dio cuenta de lo que hizo, ignorando con ello las miradas de odio que sentía sobre ella de todos los demás subidos a la misma atracción.

– S-seokjin, lo siento... – la pelirroja trató de disculparse con el castaño, pero este solo negó con un "Olvídalo, no pasa nada" y se alejó de ella lo más que el asiento le permitió. Jisoo con tan solo ese simple acto sintió como si su pecho recibiera miles de punzadas, y su rostro inmediatamente se deformó en uno triste y culpable.

Ya había logrados lo que no quería.

Maldita sea, que estupida.

El juego mecánico gloriosamente había terminado, y ni siquiera había parado del todo cuando la pelirroja abrió su asiento y saltó el menos de un metro de donde se encontraba su asiento al suelo. Escuchó el grito preocupado de el castaño a sus espaldas y las quejas de susto de los demás, pero los ignoro completamente y corrió hacia su punto de partida.

Jin le perseguía desesperadamente la espalda, mientras ella trataba de pasar entre toda la multitud atravesada. El tipo ya se había percatado de que la pelirroja lo seguía intensamente, y como todo cualquier cobarde lo primero que hizo fue huir lejos de ella.

Pero Jisoo tampoco estaba dispuesta a perderlo y descubrir que jodidos hacia y quería sacándoles fotos solo a ellos dos. ¿Acaso no tiene ni idea de que es un delito sacar fotografías a alguien más sin su consentimiento?

– ¡Jisoo! – otra vez los a ladridos del castaño a sus espaldas tratando de seguir los pasos veloces y escurridizos de la pelirroja que lo único que estaba haciendo era pedir disculpas a todo aquel que tenía cruzado y empujaba, consiguiendo miradas de desagrado y confusión – ¡Maldita sea, Kim!, ¡detenerte ya!

La pelirroja no se perdió de vista cuando el tipo levantó la capucha de su cazadora, ocultando de nuevo su identidad, la cámara que usaba reposaba colgada sobre su cuello y torso. Jisoo se maldijo una vez más internamente por no ser más rápida y atraparlo.

– ¡Hey, tú! – grito al tipo, y aún que sabía que este la escuchaba nunca se digno a voltear – ¡Oye! ¡Detente, ahora!

Más nunca lo hizo.

Con solo una mirada que el tipo le dio a Jisoo mientras seguía huyendo por todo el parque tratando de encontrar alguna salida, no vio como un carrito de churros se cruzó en su camino, chocando de frente completamente con este y estando apunto de llevarse todo el puesto.

La pelirroja sonrió acelerando sus pasos, creyendo que ya lo tenía atrapado. Y ahora ya lo tuviera entre sus manos interrogándolo con la mirada dura y sin escape, pero desafortunadamente un cuerpo se interpuso en su campo de visión, llevándose consigo al responsable cayendo de bruces al suelo.

Tan cerca, pero tan lejos...

– Oh, no, no, no...

– ¡Jisoo, por Dios! – Jin alcanzó a la pelirroja, llevándose una exclamación asustada al ver a su mejor sobre el suelo arriba de otra persona – ¡¿Que demonios te sucede?!, ¡joder, chica!

OBSTINACY | t.s ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora