t r e i n t a y d o s

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"Otro mal día de muchos"

Los días pasaban, se sentía como el día y la noche transcurrían mas rápido de lo usual, y aunque la pelirroja quisiese añadir "con normalidad" lo cierto era que casi nada había cambiado.

Había vuelto al trabajo hace algunos días. Tenía que hacerlo, no podía seguir metida en su habitación con la excusa de sus alteraciones de por medio. No es como si fuera la primera vez que tenga que lidiar con sus ataques. El trabajo la esperaba y ella no seguir dándose el lujo de permanecer en reposo cuando claramente ya estaba bien.

Afortunadamente su jefa comprendió su caso y no le reprochó demasiado. Realmente su jefa merecía un premio por ser tan considerada y persistente con ella, considerando como había estado actuando últimamente.

Por otro lado, algo que jamás se esperó fue que, en uno de sus momentos de trabajo se encontrara con aquel chico que la salvó de aquel horrible suceso con aquel tipo, que de solo pensar en ello le traía malas sensaciones y la hacía temblar de miedo.

El solo hecho de que ahora supiera con total certeza que tenía a un psicopata acechándola le hacía querer cambiarse de identidad, de país y si pudiese de planeta. Podría aparentar como si nada sucediera al rededor de los demás, pero lo que no sabían era que Jisoo no bajaba su guardia ante todo, desconfiaba hasta de su propia sombra, siempre llevaba escondido con que defenderse cuando estuviese indefensa. Al llegar a casa se aseguraba de reforzar cada puerta y ventana, en especial en su habitación al dormir por la noche.

Ya nada la hacía sentirse serena.

En cuanto a Doyoung, desde el momento en que supo que la pelirroja trabajaba en aquella cafetería, comenzó a frecuentarla solo para poder interactuar más con Jisoo. No era tonta, el hecho de que siempre esperara a que precisamente ella lo atendiera, se fuera hasta sus horas de salida para acompañarla hasta a su casa y de vez en cuando invitarla a salir un rato por la cuidad, lo delataba en un dos por tres.

Y de hecho, no le molestaba, al contrario. Agradecía que el chico se tomara de su tiempo para intentar pasar un rato agradable con Jisoo, considerando como la pelirroja se comportaba últimamente, de paranoica, con delirios y muy desconfiada. Nadie la aguantaría de esa manera.

– Parece que a alguien ya le fascinaron las cafés que venden aquí – comentó una pelirroja postrada de pie frente a una mesa ocupada por un chico, con una pequeña libreta en mano junto a una pluma.

– ¿Yo? Por supuesto, me gustaría frecuentar este lugar al menos tres veces al día.

– Bueno, entre nos – Jisoo se acercó con una sonrisa socarrona al oído del chico no sin antes repartir miradas sospechosas a su al redor – los cafés de Stella's son mejores que los de aquí.

Aquel par había soltado un par de risas silenciosas sin querer llamar la atención. Se imagino en una situación donde ella soltaba algo como el que, los productos que vendía la cafetería rival de en la que trabajaba eran mejores, en los pasillos cuando su jefa pasaba y la despedía de trancazo.

– Bueno, entre nos – el chico imitó sus palabras y sus expresiones, se acercó peligrosamente al rostro de la pelirroja – yo no frecuento este lugar precisamente por sus cafés.

Por un breve momento, Jisoo lo observo con el ceño fruncido y una sonrisa confundida, sin haber entendido ninguna de sus palabras. Doyoung solo replicó con una risa divertida. Le divirtió verla confundida con su sutil declaración.

– ¿A que te refieres con-

– ¡Jisoo!

La susodicha fue interrumpida por el llamado de una de sus compañeras. No tuvo más que voltear hasta toparse con la chica frente a ella reconociendo su posterior uniforme rojo.

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