v e i n t i u n o

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"El último momento sereno antes del inicio de la verdadera pesadilla"


El sol ya había caído y su momento de serenidad también.

Su mente no paraba de maquinar cosas de los suceso que últimamente han estado sucediendo, y la pequeña amiga que hasta ahora ya le ha hecho de gran ayuda, lo noto, así que no dudo ni un segundo en invitarla a salir a hacer cualquier cosa aún que sea para que no mantuviera tan absorta, después de saber lo dañada que está quedando se sentiría todavía más culpable si no hacía algo.

Y pese a que Jisoo se negó tantas veces con excusa de que "tengo cosas que hacer" "estoy muy cansada" "¿qué tal otro día?" Al final acepto por que, estamos hablando de Jisoo, la chica que nunca puede negar ninguna petición de sus amigos por culpa. Además, sabía que no le vendría mal salir por lo menos a caminar un rato por las bonitas y soleadas calles de la cuidad.

– Aun no se como es que acepte salir.

– Vamos, no puede quejarse – replicó Lalisa, quien caminaba a un lado de Jisoo a la par. La pelirroja mantenía sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, su vista por lo bajo, y aún así, Lisa trató de buscarla con la mirada y sonreírle – no es como que estemos haciendo algo fatigante, o malo. Además, le hace bien caminar por sola una vez para tomar calma aún que se por un momento después de lo sucedido.

– Es que ni siquiera para mover las piernas tengo fuerzas, estoy tan exhausta – la pelirroja se quejó, y por un momento Lalisa se sintió mal, creía tal vez que despejar un poco a la pelirroja le haría bien, pero tal vez no fue tan apropiado casi obligarla a acompañarla a caminar un poco – ¿por que mejor no me cargas? – Jisoo sonrió, y estiró sus brazos hacia la pelinegra quien parecía confusa con su repentino cambio. Eso la hizo sonreír, y eso era lo que quería Jisoo.

– Probablemente la tumbe y nos caigamos las dos, ¿un así lo quiere? – Lisa parecía divertida observando a la pelirroja la cual asintió al instante.

Si nos caemos, nos levantamos de nuevo y si vuelve a pasar, nos volvemos a levantar ¿cual es el problema?

– Que podemos terminar con un brazo y una pierna rota de lo pesadas que estamos.

– ¡No importa! – exclamó Jisoo con entusiasmo caminando hasta posarse tras la pelinegra – Aveces es divertido tomar riesgos, ya sean pequeños o grandes, si no, ¿como sabrás como es vivir la vida? – comentaba con una sonrisa cuando pasó sus brazos por los hombros de Lalisa y mirarla sobre su hombro con una imborrable sonrisa.

– Bien, bien, ya se me puso filosófica y reflexionista sobre la vida – la pelinegra río quedito, por fin agachando un poco su espalda para darle la oportunidad a la pelirroja de que se subiera, y una vez que pudo la sostuvo por lo bajo de las piernas con sus brazos, mientras sentía los contrarios enrollando su cuello. – Vaya, es liviana de lo que pensé. ¿Cuánto pesa? Menos cincuenta kilos tal vez. Y eso que no es como se vea muy delgada. Raro.

– ¿Me estás diciendo gorda Lalisa?

– ¿Que? ¡Como crees! – Jisoo río cuando noto como por un momento la pelinegra se asustó al tomar tan enserio sus palabras – Tan solo decía que eres muy liviana para tener ese cuerpo, o sea, ¡es que cargas con un cuerpazo!

– Ya, ya, entiendo... ¿o sea que estás coqueteándome?

– ¡Unnie! – la pelinegra se quejó sonrojada de las mejillas como toda una niña pequeña y la pelirroja solo aumentó sus estruendosas risas con un ápice de ternura, y aún que para cualquiera parecía un par de locas con un tornillo faltante, ellas se sentían normales al pasar por las calles sin rumbo alguno.

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