t r e i n t a

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"Un mal presentimiento"

Esa noche Jin parecía ansioso.

Eran justo la media noche cuando verifico la hora en la pantalla de su celular. Había llegado como siempre a casa, asegurándose de haber desecho todo tipo de prueba sospechosa en su apariencia después de terminar su jornada laboral, ya estaría pisando el suelo de su hogar con puntualidad.

Esa noche al salir del trabajo había decidió por comprar comida rápida, y el pollo frito fue su mejor opción. Quizás porque aquel día había sido más duro de lo normal, le había causado una alta hambruna apenas terminó con sus horas laborales.

El silencio sepulcral y la oscuridad sin fin fue quien lo recibió apenas cerró la puerta de su hogar tras quitarse también los zapatos y dejarlos aun lado. La sensación de extrañes no se esfumaba, y no entendía para nada de que rayos se trataba, se convencía a sí mismo que quizás era solo el estrés que generaba por el trabajo, y que nada fuera de lo normal estaba ocurriendo.

Su primer instinto fue caminar hasta la habitación de Jisoo, a pesar de que todas las noches después de llegar y checar que la pelirroja estuviese dormitando en su habitación era lo último que hacía antes de ir a dormir, despidiéndose de ella con un dulce beso en la frente sin que ella lo notara. Sin embargo esa vez, no supo porque caminaba a paso rápido con la creencia de que ya permanecía dormida plácidamente como era de costumbre para el.

No quería gritar por su nombres a medio camino, podría estar dormida y él no sería capaz de despertarla solo por sus locas y paranoicas suposiciones.

Pero no duró mucho, porque una vez que abrió la puerta de su habitación y ver lo perfectamente tendida que yacía su cama, las ventanas cerradas y el lugar oscuro, supo que debía preocuparse.

La busco múltiples veces recorriendo cada rincón de la casa, y efectivamente la pelirroja no se hallaba

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La busco múltiples veces recorriendo cada rincón de la casa, y efectivamente la pelirroja no se hallaba.

La preocupación presente no lo dejaba pensar con tranquilidad un solo segundo, había ocurrido una sola vez cuando Jisoo no había regresado a casa y él no sabía dónde se encontraba, y había sido suficiente una sola vez para que la pelirroja estuviera en peligro. 

Era absurdo, pero aveces comenzaba a creer que quizás las desgracias perseguían a Jisoo, y no decía eso solo por que si, él también había notado el cambio inusual de Jisoo desde hace meses, tanto como a su al rededor. Siempre intento entenderla pero nunca lo lograba cuando ella tampoco aportaba de su parte, los problemas que habían estado teniendo últimamente realmente lo ponían mal.

Odiaba tener que pasar a un lado de aquella pelirroja todas las mañanas y no poder recibirla con una sonrisa cálida de buenos días, o dirigirle la palabra y preguntarle cómo había estado mientras ellos no se habían visto, planear sus habituales salidas de cada semana como solía ser antes. Era agobiante tener que ignorarla cuando peleaban, sabiendo que  la primera reacción de Jin al ver a aquella pelirroja era abrasarla y jamás soltarla.

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