OBT | Una desconocida 𝐨𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢𝐨̂𝐧 que opaco completamente a un sentimiento de 𝐚𝐦𝐨𝐫 genuino y puro, jugarán los dos papeles más importantes de esta historia.
❝Una vez que comprendes porque aquello que tanto crees querer simplemente no está...
Y ahí estaba Jisoo una vez más, varada en donde menos creyó volver.
Frente a ella estaba el departamento en donde alguna vez Taehyung y ella vivieron como toda una pareja feliz de llena de ilusiones y felicidad que tiempo después de marchitaron.
Titubeaba en si entrar o no, peor fue cuando peleó en un dilema sobre si ir y ver de nuevo a Taehyung, creyendo que necesitaba hacerlo armo tanta fuerza de voluntad para ir y buscarlo. No iba a mentir, claro que estaba nerviosa, era Taehyung a quien planeaba ver y no era fácil después de todo por muchas cuestiones.
Suspiro atrayendo la calma que necesitaba para caminar y adentrarse a la recepción decidida.
– Disculpe, ¿necesitaba algo?
Sus ojos rápidamente encontraron a una chica que atrajo su atención, la recepcionista cargando alguna revista para matar el aburrimiento la observaba igual de hastiada.
– Si, disculpe, ¿se encuentra Kim Taehyung? – inquirió al caminar un poco más cerca.
La chica tecleó algo en la computadora que yacía depositada a su lateral.
– ¿Kim Taehyung? – inquirió ella y Jisoo asintió esperando – Mmmh no, el ya no decide aquí desde hace más de un mes.
Aquello había tomado de imprevisto a Jisoo, más no le sorprendía. Entendía que quizá no querría seguir más ahí, a sabiendas que si el estaba ahí, era solo porque vivía con Jisoo y no se atrevía a alejarse de su lado.
La pelirroja lo único que optó fue por asentir y reverenciar – Gracias.
Salió del lugar a paso lento, metida de nuevo en sus pensamientos y los posibles lugares a los que podría ir y buscarlo. Era un empeño ciego por encontrarlo, quería saber que ocurrió con el, porque reaccionó así con ella en esa llamada.
Hasta que una gran idea cruzo por su cabeza. Quizá si empezaba por ir a la empresa del padre de Taehyung podría brindarle algún tipo de información o algo que la ayudará con la situación. Sonaba fácil, pero las probabilidades eran pocas.
Cualquiera diría que empezará por su casa, más la cuestión era que Jisoo no sabía dónde estaba ubicada exactamente, a pesar que la visito varias veces, puesto que está se encuentra fuera de la cuidad en la cual llegas por una avenida que definitivamente Jisoo no recuerda.
No es como tuviera la culpa de que a los Kim les gustarán las mansiones alejados de la cuidad en medio de la nada.
En fin. Agradecía que, de las pocas cosas que recordaba era donde estaba una de las tantas empresas del padre de Kim, donde no dudó emprende camino hacia allá.
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– Padre.
– No hables.
El port imponente con el que cargaba su figura paternal caminaba frente a él, mientras que el pequeño Tae seguía sus pasos como un perro regañado. Hasta que los pasos de su padre cesaron y Tae casi choca contra su espalda. No se volteo, no se giró en ningún momento solo para que lo escuchara decir.
