v e i n t e

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Secretos, mentiras y más secretos

A quien engañó.

Si lo llegaba a pensar más profundo, ¿existía la posibilidad de que alguien como yo salvara de las garras del rubio a sus presas? Por qué vamos, soy Park Jimin, un ser tan egoísta, arrogante de mierda que solo se interesa por sí mismo. Bien si podía advertir a los demás que mi loco amigo, había regresado de un viaje del pasado donde volvió con otro importante anfitrión de este peligroso juego.

Alguien que ya deseaba por mucho tiempo volver a salir a la luz, y había estado esperando todo ese momento para iniciar un juego del cual, estaba seguro que disfrutaría mucho.

¡Por qué vamos! si aquella personalidad tuvo que esperar años y años para volver en el preciso momento en que Taehyung se debilitó para poder vencerlo y dominarlo, fue por algo.

Si tan solo supiera que no vino por algo en especial, si no, por alguien en especifico.

Aveces los pensamientos e ideas que portas de alguien, cambian sin que te des cuenta, independientemente de quien se trate. Por que hasta de la persona menos esperada, surgen a existir hasta los sentimientos que nunca imaginaste, tan prohibidos y menos prudentes por ese alguien.

No era tonto y sabía jugar muy bien sus cartas a su favor, y alguien como yo, tenia muy en cuenta eso.

– ¿Sorprendido de verme de nuevo, Jimin-ssi?

No fue Taehyung quien poseía ese cuerpo, no era él quien me estaba hablando ahora, por qué tal vez y Kim estaba permaneciendo en lo más profundo de su mente, y si no hacía algo al respecto podría quedarse ahí, donde él se encargará de no salir por un buen tiempo.

O para siempre.

– ¿A que volviste? – ignore a toda costa la pregunta cínica que me interrogó, mientras él lo único que hacía era pasearse por toda la oficina observando cada libro de la estantería, deslizando sus largos dedos por la tela de cuero del sillón con tanta tranquilidad que exasperaba – Si algo se es que, si estás aquí de nuevo, no es meramente por antojo.

– Vaya, Jimin...– trataba de ignorar la sonrisa felina que adornaba su rostro por que realmente me irritaba, era tan jodidamente cínico que no me sorprendía – Me conoces muy bien como para no ser nada mío, por que efectivamente estás en todo lo correcto.

– ¿A que has venido?

– Tranquilo amigo, no entiendo tu afán de tratarme tan brusco – fingió una preocupación tan descarada mirándome a los ojos, cuando los míos lo único que destellaban era recelo – ¿Tan mal te caigo, Jimin-ssi?

– No me llames así, no eres mi amigo después de todo, y tampoco es como que me caes bien – objete con todo el desdén que podía, mientras él solo viró los ojos – ¿Que esperabas? ¿Que te recibiera con un gran abrazo diciéndote lo mucho que te extrañe?

– No me vendría mal que fueras el primero que me diera una bienvenida – se encogió de hombros demostrando lo mucho que le valía lo que estaba ocurriendo. Mis ojos siguieron con curiosidad los movimientos de sus manos al tomar un libro de la estantería, y hablo sin desviar su mirada de la portada – tal vez me quede por un buen tiempo afuera. Realmente me gusta tener el control.

– No puedes hacer eso – me exalte levemente sobre la silla sin llegar a ser brusco –, no tengo idea de las ideas retorcidas que tengas en mente, y tampoco quiero saberlo. Pero no puedes andar por la vida como si no estuvieras reteniendo en salir al verdadero dueño de ese cuerpo.

– ¿Y quien me va a detener...? – me miró a los ojos en un intervalo de segundos donde juré como sus orbes azabaches chispeaban un brillo para nada ingenuo. Taehyung a diferencia de él, poseía unos dulces orbes color miel, lo que me parecía insólito que cambiaran de color cada vez que hubiera un cambio entre la identidad principal y el – ¿Tu? No eres más que un tonto chico sintiéndose superior ante los demás solo porque sus inseguridades siempre están ahí, haciéndote la vida imposible.

OBSTINACY | t.s ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora