OBSTINACY | t.s ✔️

c u a t r o

"Asechada"

Cerca de cuatro meses han pasado desde que aquella linda chica pelinegra vive bajo el mismo techo y dueño de su querido amigo.

Algo que tenía muy en cuenta era el como no quería verse como una completa mantenida, así que le propuso a SeokJin pagarle básicamente una renta mensual. Se negó bastantes veces hasta que se rindió y la dejo retribuirle lo suficiente. Sabía que solo había accedido por que pensaba que eso la haría sentir mejor y no se equivocaba. Lo que menos Jisoo quería era ser una carga para el castaño aun que se lo negara siempre.

Casi cuatro meses han sido desde su estadía en aquel hogar. Y sinceramente la pelinegra sentía que los días pasaban tan rápido que no se daba cuenta cuando ya habrá pasado la semana completa, además de que los días son menos aburridos cuando estaba SeokJin a su lado haciendo chistes malos que aún así la hacen reír. Definitivamente todo es más agradable junto a él.

La casa se mantiene la mayoría del tiempo sola gracias a que el pelinegro trabaja casi todo el día, y por parte de Jisoo, pudo conseguir un trabajo en una cafetería que quedaba algunas cuadras cerca de la casa del castaño. Ese último dato la beneficiaba mucho ya que por las noches al salir de trabajar, no tardaba tanto en llegar y resguardarse.

El tiempo realmente la mantenía tan ocupada que había olvidado algo que atormentó a su mente con remordimiento por muchas noches. Había olvidado casi por completo a aquel chico de rubios cabellos y sonrisa cuadrada.

TaeHyung.

¿Que será de él en este momento? ¿Estarán siendo feliz con alguien más? ¿Estará bien?

Jisoo nunca olvido el hecho de que TaeHyung venía de una familia adinerada, aún que el tiempo que compartió con el, aquello fue lo que menos le importó del rubio. Sin embargo nunca llego a tener una buena impresión de su familia, por ser una persona humilde y el de patrimonio adinerado.

Uno de los más grandes problemas que tuvieron que atravesar el tiempo que duró su relación. Lo único que deseaba ahora es que TaeHyung haya encontrado a alguien que lo estuviera haciendo feliz y su amor si sea correspondido por el resto de su vida. Y no alguien como ella que lo único que hizo fue dejarlo lastimado.

Miro una vez más el reloj en su muñeca. Marcaba apenas las ocho de la noche y la pelinegra ya quería irse de ese lugar. Resoplo fatigada y siguió pasando el trapo por aquella mesa limpiándola.

– ¿A qué hora termina tu turno, Jisoo?

La nombrada se volteó en el instante en que escuchó aquella voz, encontrándose con su compañera de trabajo y una pequeña sonrisa pasmada en su rostro.

– Aún me faltan veinte minutos.

– Deja eso – su compañera se acercó hasta ponerse frente a la pelinegra y recargarse sobre otra mesa con los brazos cruzados – Puedes irte, yo cerraré.

– ¿Que? No puedo irme antes de que termine mi turno, me descontarán el sueldo después.

– No lo harán – mencionó hablando totalmente segura de lo que decía y Jisoo solo frunció el ceño mirándola – La jefa sabe sobre tu buen desempeño en el trabajo. Nadie te dirá ni te descontará nada.

– Seulgi...

– No – la corto con un tono bastante severo, aún que Jisoo sabía que lo hacía solo para que aceptara – Vamos, cámbiate para que te vallas.