OBSTINACY | t.s ✔️

d i e c i o c h o

"Todos aquí escondemos hasta los secretos más retorcidos y oscuros que puedas imaginar, y tú, tampoco eres la excepción"

Una semana aproximadamente había pasado desde que su mente a empezado a colapsar más de lo normal.

Por más que intento olvidar el secreto que había descubierto aquel día, por más que trato de pasar desapercibida con el castaño siempre que lo veía, como si nada de lo que vio hubiese pasado; no pudo. Realmente es difícil hacerlo cuando tu mente no deja de maquinar ideas, pensamientos del por qué de aquello. Estaba siendo difícil coexistir con una arma oculta en el mismo lugar donde ella estaba viviendo, como si fuera cualquier juguete inocente capaz de no hacer el más mínimo daño a alguien.

Y Seokjin lo noto. Noto el comportamiento extraño de Jisoo, pero aún así se abstenía a preguntarle qué era lo que pasaba. El también era capaz de sentir todo los abrumadores sucesos que están ocurriendo, y empezaba a tener la ligera sospecha de lo que se trataba. Se negaba tantas veces ante sus propias suposiciones, porque si así era, realmente era algo turbio, demasiado fuerte para un alma tan pura como la de Jisoo como muchas veces lo ha dicho.

Y aún que siempre tratará de mostrarse feliz, una persona libre de problemas ante la pelirroja, era todo lo contrario. Le dolía el tener que esconderle tantas cosas que no podía contarle a la ligera como si se tratar de cualquier otra cosa común en la vida. Le dolía tener que ocultarle tantas verdades por que hasta para el era algo difícil de sobrellevar.

Ahora mismo una pelirroja estaba con el tiempo contado lista para salir hacia su deber de todos los días, aún que bueno, todo se sentiría normal si no fuera por que la mirada insistente de Seokjin sobre ella siguiéndola a cualquier lado que caminara era, un tanto incómoda. Todo era ciertamente incómodo con el castaño desde aquel suceso extraño para Jisoo. Por eso ahora, además de que estaba evitando volver a llegar tarde a su trabajo, también estaba haciéndolo a Jin; evitándolo, el cual permanecía completamente desconcertado.

– Jisoo... – llamó en un susurro suficientemente alto para la pelirroja, y pese aún así lo hiciera veinte veces más, nunca le respondería y era lo que realmente quería saber – Por favor... sé que algo te ocurre y eso hace que no pueda estar tranquilo... solo me preocupo por ti...

¿Había hecho algo mal que enfadara a Jisoo? Si era así, verdaderamente pediría disculpas. Lo que menos le gustaría es convivir en un ambiente tan pesado como ese y mucho más; estar en un conflicto así con su mejor amiga.

– Jisoo, espera – el castaño espetó levantándose de golpe sobre la silla, deteniendo el cuerpo de la pelirroja justo frente a la puerta de salida. Suspiro largamente, harto de aquella situación. Jisoo ni siquiera había volteado su cuerpo, pero sabía perfectamente que lo estaba escuchando, así que prosiguió – ¿Puedo hablar unos momentos contigo?

– Voy tarde.

Tan hostil. Tan indiferente que le dolió tan solo su manera tan fría de responder.

– Aún quedan veinte minutos para que llegues, y en caso de que fueras tarde, no tardas ni cinco minutos por que la cafetería queda dos cuadras del lugar. Aún que aún así lo haces y eso es lo que me preocupa – farfulló el castaño, sin obtener una respuesta contradictoria de Jisoo, por que sabían que él tenía razón. Jin se alejó de la silla, con el propósito de acercarse un poco más a distancia de la pelirroja – Tan solo quiero saber que está ocurriendo... todo cambio drásticamente de la nada, ¿qué pasó con tu dulce sonrisa todas las mañanas? ¿Con tus ánimos divertidos subidos al cien siempre que nos veíamos? ¿Nuestras salidas sin que se interviniera nada malditamente extraño de por medio? Nada está siendo igual, y tú lo sabes...