Atenea | Spainrp Volkov.

Raro. -33

"El lobo cuenta que desde entonces no olvida a caperucita."

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Luego de lo que pareció una eternidad, por fin el patrulla de Volkov se estaciono paró frente a mí, escuchaba el ruido del motor hace ya un buen rato, se notaba que venía apurado.

Al bajarse del coche, se me quedó mirando por encima del techo del auto, como si temiera confrontarme.

No entendía el porqué.

¿Acaso el sabrá que su hermano me conoce y salvó mi vida?

A mi cuerpo llegó la sensación de estar desnuda, y que él estuviera viendo prácticamente mi alma, como si conociera cada uno de mis secretos.

Nos mirábamos fijo, y en completo silencio, no eran miradas amables, sino, miedosas.

-Que te dijo.

Relamí mis labios, para después levantarme del suelo, y apoyarme en el otro lado del coche.

-Que eres su hermano.- al instante en que dije eso, su expresión pareció tranquilizarse, no era eso lo que le molestaba o temía.

-Sube, te llevaré a casa.

Asentí, abriendo la puerta y metiéndome.

Pasados algunos minutos, donde el silencio reinó el coche, y solo se escuchaba el ruido del mismo poniéndose en marcha.

-Yo sabía de ti antes de que aparezcas aquí.- susurró, sin quitar la vista de la carretera, erizándome la piel, porque sabía perfectamente hacia donde iba esta conversación.- Aunque en realidad no sabía cómo te veías, o quien eras exactamente, Conway ya me había comentado sobre ti en otras ocasiones, él quería llamarte cada vez que las cosas se complicaban, pero siempre intentaba resaltar yo, solucionando las cosas.

Fruncí el ceño, sintiéndome confundida.

-De cierta manera, e inconscientemente, cree una competencia contigo, pero cuando llegaste, simplemente creí que no merecías la forma en que él te alababa; él te consideraba superior, pero yo solo veía una chica algo retorcida.

Apreté mis puños, conteniendo las recientes ganas de golpearlo.

-Poco a poco te conocí, o eso creo, pero siempre tienes sorpresas para el resto, como saber que tú fuiste parte de esa misión.-Comentó- Recuerdo que cuando los llamaron para eso, yo iba a concurrir, incluso estaba en la lista, pero algo ocurrió, y uno de los dos debía quedarse en Rusia.

¿Me estás diciendo que podría haber conocido a Volkov hace años, pero por una pequeña cosa se quedó en Rusia?

No me quejo, la verdad me alegra ligeramente, en esa época no tenía ojos para nada más que para la milicia, estaba obsesionada, creo que ni siquiera hubiera puesto mi atención en él.

-¿Por qué siempre terminamos hablando de cosas tristes ruso?- Pregunté

El frunció el ceño, mirándome por unos segundos.

Luego pareció comprender a que me refería, por lo que bajó la velocidad, ya que estábamos entrando a la ciudad.

-No tengo muchas cosas de las que hablar de mi situación actual Nea, sinceramente, no hay mucho que comentar.

Su respuesta me bastó, estaba claro que ninguno vivía una vida alocada, ni que hacíamos muchas relaciones fuera del CNP, a ambos nos gustaba esta vida, nos bastaba con la acción policial.

-Veo un progreso en tus oficiales

Observé como en sus ojos pareció dibujarse una mueca de orgullo, estaba claro que mejor que hace unos meses estaban, eso era obvio.