Coqueta. -9

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"Quién necesita disfraz si el hecho de ser uno mismo ya asusta a cualquiera."

.............

No me había sentido tan nerviosa desde la maldita guerra.

Y eso que la situación no era para nada parecida, en lo absoluto. 

Ahora me encuentro en una maldita tienda de disfraces, desesperada por elegir un disfraz adecuado.

Horacio había organizado una fiesta de disfraces en su nueva casa, invitando a todo tipo de gente, tanto como del cnp, y algunas otras personas de la ciudad. 

Y por mi cabeza solo rondaba la pregunta de; ¿Cual de todos los disfraces compraría?

Mi vista viajó por toda la pared, disfraces de animales, dinosaurios, enfermeras, maestra...

y me detuve en el indicado.

Perfecto, te tengo.

Agarré el vestuario y lo metí al carro, junto a algunas otras cosas.

Encerio espero no encontrarme a Jack en la fiesta.

Días habían pasado desde el accidente con el comisario Volkov.

Aunque, la incomodidad entre ambos no había cesado.

Volví un par de veces a comisaría, principalmente a esperar a Conway para salir a por unos tragos, pero cada vez que lo cruzaba, el me daba un rápido vistazo, y se iba rápido

Me subí al auto, y decidida a seguir con mi trabajo, conduci por la ruta un buen rato, hasta que no había nada más que naturaleza a mi alrededor.

Bajé con una sonrisa, apagué el motor, y caminé con seguridad hasta las ruedas de atrás.

Como no quería ser demasiado obvia, pinché con delicadeza una de las ruedas de atrás, para que no se notará que fue a proposito .

Seguí escuchando la canción que sonaba por mi celular, y me apoye contra el capó del auto.

Marqué el número del taller, y comencé la llamada.

- ¿Hola?

- ¿Si señorita necesita algo?

Maldeci cuando descubrí que esa no era la voz de el chico que buscaba.

- Disculpa, ¿podrías comunicarme con Armando?

- Claro, déjeme ver si está por aquí.

Asentí con mi cabeza, dando un vistazo por los alrededores fijándome que nadie pasara.

Poco después se escucharon murmullos, y a alguien aclarando su garganta.

- Buenas?

Sonreí al escuchar ahora sí su voz, y comencé con mi actuación.

- ¿Armando?

- ¿Si? ¿Quien habla?

Fruncí los labios, el hecho de que no reconociera mi voz no era bueno.

- Soy Atenea, te acuerdas? Te di mi número pero tu no me diste el tuyo.

Hubo unos segundos de silencio, pero luego habló

- Claro, si, ¿necesitas algo?

- Si, escucha, se pinchó mi rueda y no sé dónde mierda estoy, ¿podrías ayudarme con este problema?

El se aclaro la garganta, algo incomodo, pero me pidió la ubicación y en unos diez minutos estaría aquí.

Ahora solo me quedaba encontrar la pose más llamativa y casual que pueda.

Decidida me senté en el capó, pasando una pierna por encima de la otra, casual.

Si, sobre todo.

Agarré el celular de nuevo y le envié lo que estaba sucediendo a Jack.

El ruido de una camioneta se podía oír a lo lejos, así que me acomode un poco nerviosa.

Lo que hay que hacer por el puto Conway.

La camioneta blanca del taller apareció a mi lado, y de ella bajó Armando.

Y aunque esto fuera una misión, no había que negar que el tipo estaba como debía, traía la parte de arriba del mono abierta, y amarrada en la cintura, lo único que cubría su pecho era una musculosa blanca algo sucia.

Su cabello estaba peinado hacia atrás, y su barba parecía tener algunos días de más.

Parecía sorprendido con la situación, y con una sonrisa ladeada me dio un vistazo completo.

- Vas a derretirte si sigues al sol.

Mordí mi labio y me bajé del capó.

- ¿Me estás diciendo bombón?

El ladeó su cabeza y sonrió aún más.

- También, pero venga, dime qué le pasó al auto.

Sonreí coqueta y fingí no saber nada.

- Ni idea, simplemente iba conduciendo, y me dijo un chico que mi rueda estaba pinchada

El frunció el ceño y se acercó a la rueda de delante, para luego seguir con todas las demás, hasta encontrar la rota.

- Aquí está el problema, en un segundo lo arreglo.

- Vale....

Me hice la tonta, abrí la ventanilla sin meterme, y fingí buscar algo dentro, dejando medio cuerpo fuera.

De un pequeño vistazo pude ver que el se había detenido unos segundos, mirándome.

Sonreí y salí, fingiendo no haberme dado cuenta.

Lo vi trabajar, se notaba que llevaba ya tiempo haciéndolo, puesto que solo en algunos movimientos ya había cambiado la rueda.

Poco después ya estaba levantándose y viniendo hacia mi, con un papel.

Sonreí y saqué la billetera del bolsillo.

- ¿Como quieres que te pague?- dije guiñando un ojo en su dirección.

Claramente el captó la indirecta, y sonrió, apoyándose contra el vehículo.

Se relamio los labios y miró al auto, y luego a mi.

- Podría pedirte muchas cosas como pago, pero por el momento no me prostituyo.

Me reí sinceramente y saqué el dinero de una vez por todas, metiéndolo en su bolsillo, acercándome.

Me acerqué a su oído, aún con la mano en el bolsillo del traje, y susurré

- Entonces te lo tendré que pagar fuera del trabajo.

Lo escuché tragar grueso, y luego sentí su mano en mi cintura, pegándome a el.

- Luego te hablo, y podríamos salir a algún sitio

Sonreí, satisfecha, y dejé un beso en su comisura, para luego subirme a mi coche y arrancar en dirección a la ciudad nuevamente.

Trabajo completado.

Mientras conducía di un vistazo al disfraz a mi lado, pensando seriamente si debía ir a la fiesta de la noche.

Pero bueno, con ese disfraz lo más seguro era que no pasaría por desapercibido.

Atenea | Spainrp Volkov.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora