"Los ojos no saben guardar secretos"
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-Joder....- murmuré apartando el pesado cuerpo de Volkov hacia un lado.
La luz me cegó por un instante, haciéndome llevar mis manos a la cara, sacando las lagañas de paso.
Me giré para ver si él se había despertado con el ruido, pero nada, cuando quería podía dormir como una marmota.
Por unos segundos me quedé observando su rostro tan perfilado, su piel parecía de porcelana, a pesar de ser áspera y fría.
Suspiré, dejándome llevar por la situación, y llevé mi mano a su mejilla, dejando una débil caricia allí.
Agarré su camisa del suelo al girarme, que, agradecí que me quedara un poco grande, ya que cubría todo lo que se debía.
Al salir de la habitación recorrí el pasillo en busca de la cocina, mi cuerpo me estaba suplicando un vaso de agua.
Por el camino me encontré con un espejo que cubría toda la pared, por lo que fue casi imposible no detenerme a examinarme.
El demente había dejado marcas que teñían casi todo mi torso de morado, las marcas bajaban hacia mis muslos, en donde había un par de ellas.
Negando con la cabeza até mi cabello en una coleta, y prendí los botones de la camisa, dejándome con un mejor aspecto que antes.
Por el rabillo del ojo pude percibir movimiento detrás, pero gracias a la lentitud que mi cerebro tiene por las mañanas, lo ignoré.
Segundos después, por detrás de mí apareció la imponente figura de Volkov, su rostro mostraba alivio.
¿Acaso creyó que me iba a ir?
Aún con la mirada puesta en el espejo, pasó sus manos por mi cintura, mientras su rostro se escondía en mi cuello.
Sus manos comenzaron a desprender cada uno de los botones con lentitud, mientras su cuerpo se pegaba a mi espalda.
Lo que el reflejo me mostraba me dejó sin aire.
La gran altura del hombre hacia que me viera muy pequeña, y eso combinado con lo marcado de sus músculos, parecía que podía cubrirme casi por completo.
Eso sumado al hecho de que sus frías manos ahora recorrían mi desnuda piel, haciendo un camino por las marcas con delicadas caricias.
Todo era jodidamente excitante.
Apoyé mi cabeza en su pecho, a la par que cerraba los ojos, dejándome llevar por lo bien que se sentía esto.
¿El será así siempre?
Pensé en lo bien que se sentía despertar a su lado, y como habían cambiado las cosas en poco tiempo.
-Deberías despertar aquí más seguido.- susurró en mi oído, con la voz más ronca que le había escuchado.
Sonreí abriendo los ojos.
Esta vez me miraba directo a los ojos, ansioso de una respuesta.
Esto me tomo desprevenida.
Él se estaba abriendo a mí, me estaba dejando ver algo muy importante.
Agarré con delicadeza sus manos en mi pecho, provocando que el abrazo sea más fuerte.
-Quiero despertarme a tu lado más seguido.
El solo mordió su labio inferior, para luego girarme.
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Atenea | Spainrp Volkov.
Teen FictionTan fría e indiferente, pero de mirada de dulce, tan triste e indolente, pero de sentimientos puros. Con tantos misterios a cuestas, te escondes tras una careta, que solo usas para proteger, lo bello que hay en tu ser.