Apodyopsis. -06

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El arte de desvestir mentalmente a una persona .

......................

Volví a comisaría cansada, nada últimamente salía como yo lo desearía, pero, no era una persona que se rindiera fácilmente, así que decidí ir y preguntarles a quienes suponía que me iban a dar una mano.

Vi al par sentados en los escalones de comisaría, claro, sin hacer nada.

Me paré delante de ellos mirándolos en forma de reprenda, ambos lo notaron y me sonrieron inocentes

- No sé lo diré al viejo si me ayudan con algo - fui yo quien ahora sonreía inocente

Ambos me miraron curiosos parándose, quedando, obviamente, a una altura muy lejana a la mía.

- Bien, les tengo que confesar que me atrae alguien.

Ambos elevaron la ceja y se interesaron aún más.

Se la estaban tragando toda.

- Pero, solo se su nombre y dónde trabaja.

- ¡Dinos ya quién es coño!- dijo Gustabo impaciente.

Sonreí y lo tranquilice

- Trabaja en el taller, se llama nadando, pero no sé nada más, y encerio me gusta.

Mi actuación de niñata desesperada estaba funcionando, ellos seguro averiguaran algo.

- Emilio trabaja allí no Gustabo, Seguro sabe algo de él.

El rubio sonrió y puso una mano en mi hombro.

- Averiguaremos todo de tu hombre, y te lo traeremos en bandeja .

Sonreí y comencé a caminar dentro de comisaría, había sido incluso más fácil de lo que me esperaba convencer al par.

Entré y pase por los vestuarios, para ver si Jack estaba allí

Pero, me encontré a alguien no tan diferente

Volkov estaba dado vuelta, no llevaba su clásica camisa, se estaba cambiando.

Sus pantalones no estaban del todo puestos, por lo que dejaba ver la línea de su boxer, su espalda estaba completamente descubierta, dejando ante mi, su piel clara, extremadamente clara diría mejor, algunas cicatrices habían en ella.

Su figura era tan extraña, no parecía una persona musculosa, pero, sin embargo por debajo de esas camisas aburridas, habían músculos y mucha historia.

Mi mirada viajó por todo su cuerpo, deteniéndome en las cicatrices, apuesto que dolieron mucho, parecen ser profundas.

Noté que el había notado que alguien lo estaba mirando, y comenzaba a darse vuelta, así que me corrí, cubriendome con la pared y salí casi corriendo de allí.

Escuché el ruido de la puerta, mierda, seguro hasta en China la habrían escuchado.

Me oculte en las escaleras de abajo, encontrándome con las celdas, y la mirada curiosa de Greco

Atenea | Spainrp Volkov.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora