" Si no vas por todo, ¿A qué vas? "..........
- Muevanse ya coño! - grité por la radio.
Estába evaluando a los agentes en acción, en este caso tenía delante de mí a Volkov, que también estaba observando a sus alumnos.
Ambos estábamos escondidos detrás de un gran muro, evitando que nos disparen.
Los oficiales estaban en el tiroteo, actuando, aunque algunos más lentos que otros.
- ¡Gregorio lo quiero en la parte izquierda, cubriendo a su compañero!
Rodeé los ojos ante la orden de Volkov, eso era una táctica defensiva, y lo que necesitábamos era que entraran
Me agache, y prendí la radio.
- De acuerdo, haremos esto, yo correré hacia allí, cuando no se escuchen tiros, empezaré a disparar al aire, distrayendo a los de dentro, y ahí entrarán.
Todos afirmaron, y Volkov solo me miró extrañado.
Prepare el arma y comencé a correr, algunos anunciaron mi entrada por la radio, y yo me coloque detrás de un pequeño muro en la pared de enfrente del badulaque.
Cuando se dejaron de escuchar tiros, sonreí y levanté el arma, para apretar el gatillo.
Por delante de mí avanzaron tres oficiales, y por el otro lado igual.
Y cinco minutos después, estábamos sacando a los abatidos, quienes solo se quejaban.
- Muy bien hecho Atenea.
Eleve mis cejas y lo miré con desdén
- Si hubiéramos hecho lo que tú dijiste, seguiríamos sin entrar, e incluso lo más probable es que nos abatieran a todos.- abrí la puerta del auto y me subí de piloto - esa es la diferencia que vengo a marcar Volkov, las cosas se hacen rápido, y jugándose la vida si es necesario.
Cerré la puerta y aceleré, dejándole con la palabra en la boca.
Conducir despejaba mi mente, y el patrulla alcanzaba muy buenas velocidades, por lo que preferí dar unas vueltas antes de volver a comisaría.
Era de noche ya, por lo que no había gente tocando los huevos en la sala principal.
Un mensaje llegó a mi casilla, era Jack.
- ¿Averiguaste algo del mecánico?
Carajo, me había olvidado.
Rodeé los ojos y fui al estacionamiento, buscando algún auto que me sirviera.
En cuanto lo vi, supe que era el indicado.
Un auto negro, deportivo, y muy brillante estaba en el estacionamiento policial, seguramente es de algún oficial, así que no lo dude y rompí la ventana.
Luego de hacer un par de trucos de magia sobre el auto, ya estaba en dirección al taller.
En mi camino una tienda de ropa de atravesó, así que decidí que lo mejor sería vestirme un poco mejor, porque tenía que conseguir la maldita atención de el tal Nadando de alguna forma.
Decidí ponerme una pollera de cuero negra, botines altos negros, y una polera negra.
Si no lo impresionaba con este martirio, lo iba a tener que secuestrar y se acababa esta mierda.
Me subí al deportivo nuevamente y conduci a alta velocidad hasta el taller.
Cuando llegué, vi a un par de tipos en el pequeño callejón iluminado con luces de colores.
Pude identificar al tal Emilio fuera, vestido de mecánico.
Curioso, no lo había visto aquí nunca.
Conduci hacia adentro y busque con la mirada a mi presa, pero solo me encontré con un chico de cabello rojo.
Cuando llegue a el baje la ventanilla, dándole un rápido vistazo.
- ¿Necesita algo señorita?- su acento me hizo fruncir el ceño, el no era de aquí, calculaba que por algún lado de Asia provenía.
- ¿Quiero que me atienda alguien en especial, puede ser?
Poner mi acento de estúpida, y mi táctica de los ojitos, funcionó de maravilla, ya que el me preguntó quién, y fue a buscarlo.
Poco después llegó el, arreglándose el mono rojo, que lo tenía abierto, y un poco el cabello.
- ¿Necesita algo señorita?
Sonreí y levanté la puerta del vehículo, para luego salir, ante su atenta mirada.
El me examinó y de arriba a abajo, reconociendo mi persona.
- Me gustaría que le haga un par de detalles al auto.- dije apoyándome en el capó.
Tragó grueso y asintió, comenzando a buscar una tableta en sus bolsillos.
- De acuerdo, dígame qué quiere.
Me hice la que pensaba mientras mordia mi labio, cosa que no pasó por alto el.
- Creo que me gustaría un poco de fuego en el auto- dije acercándome a él - ya sabe, alguna pegatina o así.
Aclaró su garganta y asintió, caminando hacia la estantería.
Sonreí y me arregle el cabello.
Lo que tenía que hacer por información.
- Bien, tenemos estas, ¿cual le gusta más?
Las miré fingiendo atención, mientras volvía a acercarme a el.
- No lo sé, dígame usted cual me recomendaría...
El relamio sus labios mirandolas y luego al auto.
- El tema es que usted debe elegirlas, no se me está permitido.
Sonreí y puse mi mano en su hombro, con delicadeza.
- Yo puedo permitirte lo que quieras.-dije coqueta.- Pero bueno, quiero este
El volvió a aclarar su garganta y siguió con su trabajo, dándome rápidos vistazos cuando podía, pensando que yo no me daba cuenta.
Perfecto, ya lo enganché.
- Muchas gracias- dije sacando el dinero de mi bolsillo.
El asintió y agarró el dinero.
Me subí al auto, y cuando pensé que ya había fracasado, el golpeó mi ventanilla.
Baje la misma con una sonrisa coqueta y lo miré, esperando que hable.
- Anote aquí su número, ya sabe, por si necesita ayuda nuevamente.- dijo extendiendo el block de notas.
Sonreí y agarré la lapicera que tenía en su bolsillo, para luego anotar mi número.
Cuando terminé, le guiñe un ojo y salí de allí cagando hostias.
Bueno, vamos avanzando.
Agarre mi celular y le envie un mensaje a Conway, informándole de todo.
Volví a la comisaría y estacione el vehículo, pero cuando estaba bajando, un Volkov muy enojado caminaba dando grandes zancadas hacia mi.
- ¿Que cojones haces?
Fruncí el ceño mirándolo, para despues mirar el auto y comprenderlo todo.
Era su puto auto.
Y ahora yo le había puesto un maldito fuego en el capó
- Hay una explicación Comisario.
El sonrió agarrando mi brazo con fuerza.
- Tendrá que darmela en una sala de interrogación.
Vaya mierda.
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Atenea | Spainrp Volkov.
Teen FictionTan fría e indiferente, pero de mirada de dulce, tan triste e indolente, pero de sentimientos puros. Con tantos misterios a cuestas, te escondes tras una careta, que solo usas para proteger, lo bello que hay en tu ser.