Familiaridad. -24

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The beauty of silence.

............


- Ayúdame con esta mierda Jack, no puedo sacar el corset.

La desesperación me estaba agobiando, y sola no podía con esto, porque por el momento no me crecían brazos en la espalda.

El bufó mientras se levantaba con algo de pereza del sillón donde estaba tirado.

Ambos estábamos hechos un desastre, la fiesta nos había agotado totalmente, principalmente a mí, que tuve que disimular bailando todo el rato

Su corbata estaba encima de sus hombros, y los botones superiores de su camisa abiertos.

Caminó hacia mí, posicionándose detrás para comenzar a desatar las cuerdas, mientras largaba algún que otro bostezo

- Por dios, ¿estuviste así durante todo este tiempo?- exclamó indignado

Mientras que él se quejaba y hacia extraños sonidos, yo exclamaba aliviada, por sentir nuevamente el aire corriendo por mis pulmones.

Pocos segundos después cayó el corset en conjunto con la cuerda, dejándome únicamente en sujetador y bragas.

Sonreí y alejé aquella máquina de tortura de mí con el pie, en conjunto con el vestido.

La liberación que sentí fue la mejor, por fin mi piel respiraba tras tantas horas.

- ¿Qué fue lo que pasó allá arriba Nea?

Suspiré viéndolo sentarse a mi lado, mientras que cerraba los ojos, pasando los brazos por encima del respaldar del sillón.

- No tengo la menor idea.- susurré, mirando hacia la nada.

No habíamos prendido más que la luz de la cocina, que apenas alumbraba la sala, dejándonos ver nuestras siluetas.

Ambos nos sentíamos tan relajados y calmados que no hacían faltas las palabras que no fueran importantes de decir.

Así era nuestra relación, no nos hacía falta las charlas innecesarias, porque ninguno las quería.

- Tú miraste a Volkov.

Exhalé fuerte, frunciendo el ceño.

- Lo hice.- dije suave

El dejó su mano en mi muslo, dejando pequeñas caricias con su dedo.

- Volkov es un gran chico.

Cerré los ojos mientras apoyaba mi cara contra su hombro, sintiendo la pesadez del cansancio.

Realmente no tenía ni las ganas, ni el ánimo suficiente para hablar de mis sentimientos encontrados a esta hora.

- Tengo sueño.

Él se rió por lo bajo mientras hacía presión en mi muslo, ayudándose a pararse.

Estiró la mano hacia mí, con una sonrisa.

- Venga, vamos a la cama.

Asentí dejando caer mi mano en la suya con desgana, para que el sin problema me empujara guiándome hacia su cuarto, entre pequeñas risas y chistes sobre nuestro pésimo estado.

Me tiré sobre ella para moverme hacia la izquierda y taparme, sintiendo como él se acostaba a mi lado.

Jack para dormir es algo peculiar, parece que se va a quedar completamente quieto durante toda la noche, pero de repente te despiertas de madrugada con un manotazo de el en tu cara, y cuando te preparas para insultarlo te das cuenta de que está dormido.

Por eso siempre hago que pase su brazo por debajo de mi cabeza, hay que ser precavido, que no quería un puñetazo en toda la nariz.

Y así entre ronquidos caímos en el tan deseado sueño.

...

Volví mi mente a la realidad, concentrándome en el hecho de que debía ir a cambiarme para ver que cojones estaba sucediendo en esta ciudad.

Jack me había comentado que en el Yellow había demasiada gente constantemente, y que notaba movidas extrañas.

Así que aquí entraba yo, tenía que camuflarme un poco e ir hacia allí, para sacar algo de información.

Por lo que noté mientras me daba unas vueltas por allí es que la gente va de cuero, en motocicletas, y no hacen mucho más que dar por culo.

Al pasar por la tienda de ropa me decanté por lo clásico, top negro deportivo, y una chaqueta de cuero del mismo color.

El viejo me dejó una de las nuevas motocicletas negras, en un estacionamiento, y con ella las llaves.

Subí y comencé a conducir hacia el norte, inventándome una historia por si preguntaban algo.

Había un grupo de chicos sentados en el banco, otro, que eran mayormente chicas, hablaban sobre sus vehículos, y que debían arreglarlos.

Pasé de largo en dirección hacia dentro, sabía que debía hacer.

Había un chico bebiendo un trago en una esquina, y el que prepara las bebidas, ambos parecían estar en su propio mundo.

Me preocupaba pensar que a esta hora haya gente bebiendo aquí.

Rodee los ojos y volví a salir, deteniéndome por un segundo para analizar a quien hablarle.

Entonces lo vi, un chico parado contra uno de los pilares, que me estaba observando muy detenidamente, y no de una forma coqueta.

Caminé hacia el lentamente, dando pequeños vistazos hacia alrededor, verificando que nadie esté con él.

Mi celular vibró, llamando mi atención y haciendo que me fije en él, deteniéndome.

- Te cuido.

El mensaje de Jack me hizo sonreír de lado, haciéndome sentir un poco más asegurada, ya que no iba completamente sola a esto.

Suspiré, guardando el celular, y volviendo mi mirada hacia adelante.

- ¿Necesitas algo?- preguntó mirándome con las manos en los bolsillos.

Elevé el mentón caminando hacia su lado, cruzando los brazos para pararme a su lado.

- Necesito un par de favores, la pregunta es si tú puedes ayudarme.

Alzó las cejas, mirando de arriba a abajo mi cuerpo, chasqueando la lengua.

- No hago favores sexuales, gracias.

Me reí, mientras daba un par de pasos hacia atrás.

- Necesito un poco de información sobre cómo hacer algo de dinero fácil.

Asintió, mirando por detrás de mí.

Comenzó a caminar hacia un auto, mientras que yo lo seguía, algo indecisa si subirme allí sería lo mejor.

Realmente espero que el viejo me esté cuidando en serio, porque si no la iba a pasar muy mal con este tipo.

Cuando iba a abrir la puerta del copiloto, simplemente asomé la cabeza, para decirle

- Sé defenderme, no creas que vas a poder matarme sin pelear.

Él sonrió y me señaló que entrara.

Suspiré, algo nerviosa, para luego sentarme.


Atenea | Spainrp Volkov.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora