"Yo soy el gato y tú la curiosidad que ruego me mate a besos."
............- No entiendo que hago aquí Armando, no conozco a nadie aquí, y tú solo estas con esos tipos hablando.
Llevó su mano a mi pierna y acarició allí.
- Lo siento, pero necesito esto.
Suspiré mirando el suelo y volví a observarlos.
- ¿Quiénes son esos sujetos?
El no pareció contento con mi pregunta, pero aun así no retiro la mano.
- Solo es gente de mucho dinero, estoy haciendo tratos.
- ¿Del taller?
La demora en su respuesta me dio la razón a lo que la chica me había dicho, esto solo era una farsa, pero aun no entendía por qué traer a Jack aquí.
- Estas haciendo muchas preguntas bonita. - dijo parándose y mirándome completamente serio.
Trague grueso y él sonrió, subiendo su mano levantando mi vestido.
- Solo quiero saber que hago aquí...- susurré
Su mirada se había centrado en sus manos recorriendo mis piernas, hasta que ambas comenzaron a subir hacia mi cintura por encima de la tela, la actitud de el había cambiado, ahora se notaba más demandante, y sin duda serio.
- Estas aquí porque yo quiero que estés aquí.
Esa frase me hizo fruncir el ceño, porque, por alguna razón, parecía tener un doble sentido.
Ladeo la cabeza manteniendo su vista en sus manos, que una de ellas se acercaba a mi escote, para tirar de él, permitiéndole ver mi desnuda piel.
- Armando...
Mi voz había disminuido, el calor en mi cuerpo me sofocaba, el placer que este chico transmitía me estaba ahogando.
De repente, esa mano abandonó la fina tela, y fue hacia mi rostro, deteniéndose en mi labio.
Con ligeros movimientos, acarició el exterior, para luego adentrar el pulgar por ellos, elevando mi mentón en el proceso.
Parecía satisfecho al tenerme así, mirando mi rostro completo, y luego centrándose en mis labios.
- Sé que te excita saber hasta dónde llegaré.
Un suspiro involuntario se escapó por mis labios, haciendo que el saque su dedo lentamente, para después escabullirse a mi cuello, atrayéndome aún más a él.
Estaba inmersa en un trance del que era difícil salir, sus caricias y besos no me dejaban pensar del todo bien, pero entre suspiros entrecortados una imagen llegó a mi mente.
Y no era precisamente de la persona que me estaba tocando.
Cerré los ojos y tomando la decisión de que debía salir, iba a llevar las manos a su pecho, pero algo me interrumpió.
Él se había alejado, y comenzaba a caminar en dirección a la puerta.
Me dio un último vistazo, analizando con una sonrisa como me había dejado, y con su mano acomodando el bulto en su pantalón.
Así se fue, dejándome sentada, con las piernas abiertas, y la respiración acelerada.
Luego de lo que pareció un gran rato, me paré, acomodé mi vestido, y salí por la puerta, para caminar por el frio pasillo.
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Atenea | Spainrp Volkov.
Novela JuvenilTan fría e indiferente, pero de mirada de dulce, tan triste e indolente, pero de sentimientos puros. Con tantos misterios a cuestas, te escondes tras una careta, que solo usas para proteger, lo bello que hay en tu ser.