Promesas. -39

1.3K 128 23
                                    

"No quiero andar con rodeos, creo que estoy enamorado de usted. " 

.........

Dejó caer la venda que anteriormente cubría mis ojos, permitiéndome ver todo lo que el había preparado para mí.

Me quedé pasmada sin poderme creer que todo esto lo había hecho solo en unas horas.

-Debo admitir que tuve ayuda de Horacio y Michelle...- murmuró parándose a mi lado.

Caminé con lentitud hacia la terraza, examinando cada uno de los detalles que el había puesto para mí.

Sonreí al ver como en una pequeña mesa había malvaviscos, chocolate y galletas, a la par que observaba hacia la derecha.

Una carpa bastante grande estaba decorada con algunas luces por dentro, también tenía un colchón inflable, y lo que parecía ser todas las colchas de la casa.

Encima de todo esto había almohadones rodeando las paredes de la carpa, apuesto que debía ser muy cómodo acostarse allí.

Volví mi mirada hacia la terraza nuevamente, él había puesto lo que parecía ser un toldo para cubrirnos de la lluvia, pero lo más bonito es que este era transparente, dejándonos ver el cielo estrellado.

Un nudo se estancó en mi garganta mientras me lo imaginaba colgando y poniendo todo en su lugar, pensando en compartir este lugar conmigo.

Maldición, donde ha quedado el ruso frio, este hace todo perfecto.

Me di la vuelta, enfrentándolo.

Él estaba con las manos metidas en sus bolsillos, pero estaba inquieto, lo delataba el constante golpe de su pie contra el suelo.

Tragué grueso, y caminé hacia él, agarrándolo por el cuello al llegar, estampando mis labios contra los suyos.

Sus manos se colaron hacia mi cintura, apretándome contra él, como si de un abrazo se tratara.

Gracias a la falta de aire nos separamos, por lo que apoyé mi cabeza en su pecho, escuchando sus latidos.

-Nunca he acampado en la cima de un edificio, pero apuesto que me lo voy a pasar bien...- susurré con una sonrisa en los labios.- contigo me la paso bien...- dije esto aún más bajo.

Él se tensó por unos segundos para luego alejarme, y mirarme directamente a los ojos.

Parecía indeciso, produciéndome inseguridad.

-Di lo que tengas que decir sin rodeos, que sabes que lo odio.

El rodó los ojos, para luego relamer sus labios, preparándose de cierta forma.

-Quiero que estemos juntos, quiero estar contigo todos los días.

Todo pareció detenerse para mí, el ruido de la ciudad se esfumó, la música que se escuchaba simplemente desapareció.

Solo escuchaba su respiración agitada, y mi silencio.

¿Qué debía responder?

¿Acaso estoy enamorada de él?

¿Esto podría suceder en mi vida?

Que sería lo siguiente, ¿vivir juntos?

¿Una familia?

¿En mi vida podría entrar una persona como él?

Esa era una pregunta estúpida, ya que Volkov ya se había entrometido en mi vida hace ya varios meses.

Atenea | Spainrp Volkov.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora