Atenea | Spainrp Volkov.

Demonios. -32

"Y la princesa, harta de príncipes, se acercó al dragón y le dijo:
-Perdona, ¿tienes fuego? "

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Miré con el mayor odio posible a Jack, pensando en lo idiota que había sido por haberme dejado engañar por sus estupideces, estaba más que claro que él se divertía haciéndome pasar por todo esto.

La encargada de la tienda había estado llevándome de aquí para allá con cientos de vestidos en mis brazos, y ahora prácticamente me aventó hacia dentro del probador con la intención de que me probara cada uno de ellos.

Luego de lo que pareció media hora, pero que en realidad solo fueron quince minutos, ya que me las ingenié para descartar y esconder algunos vestidos, pude convencer a la chica de uno.

Debo admitir que tenía un millón de fallas técnicas, como por ejemplo que si algo ocurre, definitivamente no podré pelear sin quedar desnuda con esto.

Pero en general el dúo que tenía que cuidar no se metía en problemas que requieran más de un par de puñetazos.

Miré con atención cada uno de los detalles, como la abertura en la pierna derecha empezaba justamente donde la curva de mis caderas, observé y tantee las pequeñas cadenas que unían las dos partes.

También me entretuve acomodando el pliegue que se formaba en el escote, el cual agradecía profundamente que no fuera tan abierto.

Abrí la cortina poniéndome en el proceso los botines que había traído.

La chica se había ido por suerte para mí, por lo que los únicos ojos que había observándome eran los de mi amigo.

-Debería darte una buena golpiza por esto.

Él sonrió, tanteando su bolsillo, seguramente en busca de algún cigarrillo.

-Pero que va, si te ves de puta madre, venga, que tenemos que ir ya.

Asentí, agarrando la ropa que había traído puesta.

Al terminar de pagar salimos, con aun mi cambio de ropa en la mano.

Pude visualizar rápidamente el coche de encubierto de Jack, era un deportivo de color negro con detalles plateados, noté rápidamente que a pesar de que si era un buen vehículo, no era el mejor.

Antes de subir al coche me acerqué a la papelera más cercana y allí dejé la ropa con la que había llegado.

-Vuelve a explicarme que haremos concretamente.- solicité.

El chasqueó la lengua, como si le hiciera gracia lo que estábamos por hacer.

-Pues fue idea de Volkov, en realidad solo vamos a mezclarnos en una fiesta clandestina, ver si podemos descubrir el vendedor de drogas, y de paso observar a el par de anormales, que sospechamos que están metidos en algo extraño.

Alcé las cejas algo incrédula, ¿realmente todo este escándalo para una salida de mierda?

-¿Me estás diciendo que solo vamos a ir a cuidar a unos críos?

Sonrió de lado, mientras observaba para los costados de la carretera, para poder doblar.

-A veces hasta nosotros necesitamos descansar un poco.

Suspiré, esto era exactamente lo que me temía.

Me habían arrastrado a una maldita salida sin ningún propósito más que el de beber hasta caer.