Atenea | Spainrp Volkov.

Furia. -29

" Mierda. He caído en el amor. "

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La sorpresa en el rostro de Volkov fue reemplazada por la incredulidad al ver quien era la persona que le había dado aquel puñetazo.

Y puedo decir que jamás había visto esa expresión en él.

Miedo, eso fue lo que vi segundos después de que le vio la cara.

El hombre definitivamente intimidaba, era flaco, pero con músculos difíciles de ocultar, alto, incluso más que el de cabello platinado, lo cual era casi inhumano; pero lo más escalofriante de todo esto, era su expresión, fría, decepcionada, y con un profundo enojo que parecía escaparse por cada poro de su cuerpo.

Menos mal que no era a mi quien me miraba así, porque aunque Volkov intentaba evitarlo, aquel hombre le daba cierto miedo.

-Que haces aquí.

Un escalofrió recorrió mi espina, haciendo que me acomode más hacia un lado, donde no se notara tanto mi nivel de cotilla.

La única persona en la sala que parecía saber quién era ese tipo además de Volkov era Jack, quien le había ordenado a los oficiales que se llevaran al chico a alguna sala de investigación y sacaran la maldita bomba.

Por el rostro de mi amigo, pude descubrir de inmediato que sea quien sea el tipo, no venía a nada bueno, y que su presencia no era algo que al comisario le beneficiara en lo absoluto.

-Vengo a dejarte este aviso.

Seguido de eso abrió el maletín, y sacó un sobre negro.

Ahora sí que esto se estaba volviendo extraño.

El rostro de Volkov se desencajó al ver aquello, y parecía incluso rendido, como si supiera exactamente lo que tenía que hacer, pero que no le agradaba la idea.

-¿No tengo otra opción?- preguntó, y por la forma en que lo hizo, desganada y con frialdad, supe que el incluso ya sabía la respuesta.

-No.

Seguido de eso el chico se giró, encontrándose de lleno con mi mirada, lo cual definitivamente causó algo en mí.

Ganas de salir corriendo de allí.

Su mirada se paseó desde mis piernas a mi rostro, achinando los ojos de una forma casi imperceptible.

La manera en que yo había captado su atención me asustaba, porque el definitivamente no se veía como el clásico tío que se detiene a mirar a chicas.

Vamos, que parecía que me iba a matar, o tal vez esa era la historia que yo me estaba inventando.

Me pregunté en ese momento de donde él conocía a Volkov, y por qué provocaba que él se pusiera de tal manera.

¿Será su padre?

Sea quien sea, estaba claro que no le importaba en lo absoluto Volkov.

Me examinó con detenimiento, y luego dio un vistazo hacia atrás.

-Estaré en la ciudad Viktor.

Salió por la puerta, teniendo incluso que agachar la cabeza.

Con que se quedará en la ciudad.

Innegable era el hecho de que la curiosidad en mi estaba creciendo a pasos agigantados.

Lo único que se escuchaba era la agitada respiración del ruso, y el cigarrillo de Jack prendiéndose.