Atenea | Spainrp Volkov.

Ejercicio. -20

"Pues claro que hay más peces en el mar. Y también más tiburones."

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Me giré sobre la cama, quitando la almohada de debajo de la cabeza del chico.

Abrí los ojos, viendo la ancha espalda a mi lado, sonreí llevando mi mano a la misma, dando, por unos minúsculos segundos, una especie de caricia.

Pero, la sonrisa en mi rostro se amplió aún más, empujando con mi mano la espalda, haciendo que él se caiga de la cama de cara.

El ruido seco seguido del fuerte gruñido me hizo levantarme de un salto, buscando algún lugar donde esconderme, encontrando como único escondite, las largas cortinas.

Al ser estas blancas, se translucía lo que pasaba del otro lado, por lo que pude verlo levantarse, mirar un poco alrededor, y como una amplia sonrisa se implantó en su rostro.

-Voy a arrastrarte por toda la maldita casa.

Cubrí mi boca con la mano y asomé la cara por un lado de la cortina, sonriendo inocentemente para que no lo hiciera.

Caminó hacia mí rápidamente y agarró mi brazo, para tirarme con fuerza a la cama.

Una carcajada salió de mi boca al sentir sus manos en mi cintura, haciéndome cosquillas.

Le pegué una patada en el estómago, haciéndolo retroceder, bufando.

-Con que quieres pelea nena.

Me paré en la cama poniéndome en postura de pelea, pero el negando agarró su camisa blanca de la silla.

-Venga, que hoy tienes trabajo.

Suspiré fuertemente y bajé de la cama, pasándole su corbata.

-Cada vez más abuelo Jack.

Él se rió mientras caminaba al baño, mientras que sacaba algo de ropa del cajón que me reserve en su casa.

-Vas a tener que cuidar de mis muchachos hoy, que no quiero muertos.

-Que exagerado, solo serán algunos kilómetros.

Me puse el cargo negro y la polera del mismo color, para luego colgarme la pistolera oscura.

Al salir del baño él ya estaba completamente listo para que salgamos.

Antes de atravesar la puerta agarré el par de guantes que me faltaban y me encaminé al automóvil, conversando de cual era mi plan para el CNP con Conway.

-Ellos lo que necesitan es disciplina, entender quiénes son sus putos jefes, además de algo de competencia, por eso, haremos algunos juegos.

Veía que no se sentía completamente seguro de mi idea, pero, la aceptaba, ya que sabía que de cierta forma, yo tenía razón.

Al llegar a comisaria ya estaban todos en los vestidores, tal como se los indique por medio del mensaje colectivo.

Atravesé la puerta y algunos se hicieron a un lado, dejándome pasar.

-Bien nenas, hoy los voy a hacer cansarse tanto, que no tendrán energía para su gayola nocturna.- Dije viendo como todos dejaban un espacio en el medio para que pueda moverme con tranquilidad.

Leónidas se rió por lo bajo, y algún otro chico también.

-Bien, como saben, hoy están bajo mi supervisión, por lo que, considérenme Conway hoy.

Sonreí mientras volvía al centro, dando un vistazo atento a las expresiones de todos.

-El lugar donde competiremos está lejos, pero no iremos en los patrullas, sino caminando.