"Todo ángel necesita un demonio que le invite un poco de vodka."
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Las últimas tres semanas no habían hecho más que ponerme nerviosa, el ruso y yo apenas si nos habíamos cruzado luego de haberme despertado sola en la bañera.
Debo admitirlo, no fue una gran sorpresa, no esperaba que se despertara a mi lado y me diera cariño, pero vamos, ¿dejarme en el baño? Casi me agarro hipotermia, por suerte desperté alrededor de lo que supuse era una o dos horas después.
Quise preguntarle el porqué, pero conociéndolo solo iba a excusarse y huir.
Así que simplemente me había dedicado a hacerle favores al FBI, algunas misiones cortas, robar información, charlar con ciertas personas, amenazar a otras, cosas que no hacia hace un largo tiempo.
A Conway le vino muy bien mi repentino ataque, incluso me cuestionó un par de veces si todo estaba bien, a lo cual simplemente no contestaba.
No era yo quien debía decirle lo que sucedía.
Por otro lado, no me había dado cuenta hasta ahora de cuanto extrañaba mi vida, simplemente era yo, sin pensarme mucho las cosas, divirtiéndome sola, mientras hacía cumplir la ley.
Tal vez noté que me estaba perdiendo un poco.
Desde siempre había sido una persona muy independiente, con ganas de trabajar y ayudar a la causa, pero últimamente no hacía más que seguir órdenes que ni siquiera sentido tenían.
Suspiré, mirando el pequeño vaso en mis manos.
Llevaba alrededor de tres horas sentada en una de las ventanas del área desocupada del edificio del FBI, simplemente tomando tragos, mientras analizaba todo lo sucedido últimamente.
Apoyé mi cabeza en el marco, cerrando los ojos.
El viento se colaba sin problema hacia dentro, no me preocupaba, realmente no había nadie en esta parte, por lo que a nadie le molestaría.
La vista que tenía era una de las más mierdas de toda la ciudad probablemente, simplemente se veían los techos de algunos de los bajos edificios, y las largas ventanas de los más grandes.
Era la primera vez que venía aquí, ya le había echado un ojo hace unos días, pero estaba demasiado ocupada para tener un rato para mí.
Me reconfortaba saber que nadie vendría aquí, solo era yo, por algunas horas más.
Al principio había pensado traerme un cuaderno y dibujar, pero luego me olvidé de pasar por casa, por lo que simplemente deseché la idea, pasando por la licorería más cercana, en busca de un buen Whisky.
Había escuchado como mi celular estaba sonando hace un buen rato, pero no me preocupaba, hoy no había ningún trabajo para mí, era mi libre.
Sin embargo, por los últimos cinco minutos no había parado de molestar, y realmente estaba sacándome el rollo espiritual.
Estiré la mano hacia atrás, agarrando el pequeño aparato con algo de molestia.
Al abrirlo me encontré con varias llamadas perdidas de Conway, algunos mensajes de Horacio, y por último, algo que me sorprendió.
Un mensaje de Volkov.
Abrí el chat, sin saber realmente que esperarme.
-Envíame tu ubicación.
Alcé las cejas, que directo.
Tardé en contestar, ¿Realmente iba a desperdiciar esta calma momentánea solo por saber lo que tenía que decirme?
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Atenea | Spainrp Volkov.
Teen FictionTan fría e indiferente, pero de mirada de dulce, tan triste e indolente, pero de sentimientos puros. Con tantos misterios a cuestas, te escondes tras una careta, que solo usas para proteger, lo bello que hay en tu ser.