Diversas situaciones en las que el lindo Hyunjinnie se siente pequeño, y sólo desea hacer lo que todo bebé ama:
Jugar con sus peluchitos, tomar de su biberón, y recibir muchos abracitos por parte de sus compañeros, que, por cierto, lo miman demasiad...
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"Gatito..." Murmuró Minho, quien estaba arrodillado casi al borde de su silla y se acercaba mucho a la hoja que se encontraba decorada por un conjunto de garabatos extraños de diferentes colores, ahora reposada sobre la mesa. El chiquito se veía precioso porque únicamente vestía un par de medias, una remerita corta y sus adorables pañales de animales. Además, estaba demasiado concentrado en su obra de arte, y cada tanto, sacaba su lengüita porque creía que aquello le daría más precisión a sus dibujitos.
Hyunnie se acercó para ver el trabajo de su hermanito y terminó riéndose justo en su cara, provocando que el pequeño lo mirara con molestia y desagrado.
"¿De qué te ríes?" Preguntó con cara de pocos amigos. ¿Qué era tan gracioso? ¡Él le había dedicado mucho amor a sus garabatos!
"¡Ese gatito está horrible, Know Know!"
Minho abrió su boquita, totalmente ofendido ante tal comentario. ¡Qué desubicado!
"¡Hyunnie horrible!" Contestó indignado, dejando su lápiz en la mesa porque simplemente estaba cargando con mucha indignación y no le quedaba espacio en sus manitas; quería tenerlas libres para poder abofetear al irrespetuoso que tenía por hermanito.
¿Cómo se atrevía a decir algo semejante sobre su increíble dibujito?
"¡Hey!" Se quejó tras oír las ofensas del pequeño.
"¡Fuiste malo con gatito!"
Minho ya se había molestado un montón. ¡Tanto esfuerzo para que Hyunnie le viniera a decir cosas feas!
Luego de un tiempo, el pequeño continuó pintando con una linda expresión de indignación que fue desapareciendo porque simplemente terminó olvidando que estaba enojado. Cuando pensaba en los detalles que le faltaban a sus dibujitos, se sentaba sobre sus piernitas flexionadas y llevaba alguno de sus deditos a su boca, ya que creía que estos lo ayudaban a encontrar inspiración.
"¡Me aburro, Hyunnie!" Exclamó cuando no se le ocurrió nada más que agregar a su hojita con garabatos.
"Uh, ¿Quieres que te lea un cuentito?" Le preguntó con una linda voz melosa, recibiendo un asentimiento por parte del contrario. "Ven, MinMin..."
Antes de llevarlo a la sala, Hyunjinnie se levantó para poder colocar sus obras de arte sobre la superficie del refrigerador; ¡Todos sus amigos verían lo lindas que estaban! ¡A excepción del feo gatito de Know Know!
Los minutos pasaron y Christopher pudo jurar que moriría de ternura a causa de sus bebés. Dentro de su cabeza, estaba gritando ante la adorable imagen que tenía frente a sus ojos:
Su lindo príncipe estaba sentadito sobre el sillón, y Minho se encontraba con su cabecita reposada sobre una de las piernas de su hermanito, mientras que la otra, sostenía el tan conocido cuento de ositos. El más pequeñito de ambos le daba sorbitos a la tibia leche de su biberón de forma vaga, escuchando la dulce voz del contrario.
