Diversas situaciones en las que el lindo Hyunjinnie se siente pequeño, y sólo desea hacer lo que todo bebé ama:
Jugar con sus peluchitos, tomar de su biberón, y recibir muchos abracitos por parte de sus compañeros, que, por cierto, lo miman demasiad...
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Felix se detuvo con sorpresa al cruzarse con Hyunnie en su camino. Él quería llevar la ropa sucia a la lavadora, pero tuvo que frenar a mitad de recorrido porque el pequeño estaba en medio del pasillo, impidiéndole el paso, pues se encontraba jugando tranquilamente con dos de sus peluchitos, justo frente a la puerta cerrada de la habitación de Chris. Sintió un poco de tristeza al verlo; había traído un juguete extra para el mayor, pero estaba solito.
"Channie no te deja entrar, ¿Cierto?" Le preguntó con ternura, notando la forma en la que Hyunjin levantaba su cabecita y asentía suavemente.
"Papi no quiere que me acerque porque dice que tiene muchos moquitos y le duele la cabeza" El bebé apretó a Copito contra su pecho, acariciándole las orejitas. "Lo extraño con todo mi corazoncito"
"Oh, sweetie..." El australiano le acomodó los pelitos al chiquito, pues estos se encontraban revueltos por haberse levantado de su terrible siesta; no había tenido al mayor a su lado, y en consecuencia, no había logrado descansar bien. "Chan está resfriado. Debe tener miedo de contagiarte..."
"Quiero cuidarlo, Lixie" Murmuró entre pucheritos, triste de no poder ayudar a papi de la misma manera en la que él lo hacía cuando la situación ocurría al revés.
"¿Te gustaría alcanzarle una aspirina para el dolor de cabeza, bebé?" Le ofreció al pequeño, como una excusa para que pudiera ver al rubio al menos por unos minutos; entendía las necesidades del pequeño: quería pasar tiempo con su cuidador.
Hyunnie se emocionó mucho ante la propuesta y comenzó a seguir al pecoso, dando saltitos cargados de inmensa alegría.
Al cruzar por la sala, se encontraron con un bonito Minho, comiendo galletitas sobre el regazo de Changbin. Sostenía el alimento entre ambas manos, y pequeños hilos de baba le mojaban los deditos porque ya llevaba varios minutos con una parte entre sus labios, intentando disolverla sin necesidad de usar sus dientitos. Sus mejillitas estaban manchadas a causa de las chispitas de chocolate, su cuello estaba decorado por un lindo babero, y un chupete colgaba del prendedor enganchado a su ropa infantil. El chico dentro de su Little Space era la cosita más linda del universo.
Mientras tanto, Felix dejó la ropa dentro de la lavadora, regresando más tarde para colocar un botiquín de primeros auxilios sobre la mesa. Comenzó a revolverlo suavemente, buscando la tableta de aspirinas.
"¿Qué hacen, Hyunnie?" Preguntó el castañito con curiosidad, sin prestarle atención al pedacito de galleta que se le cayó y terminó golpeando suavemente una de las piernas de Changbin.
"¡Voy a cuidar a papi porque está enfermito!"
"¿Qué tiene?" Minho estaba muy intrigado. Él no sabía que los niños grandes se podían enfermar.
"¡Moquitos!"
El otro bebé abrió su boquita con sorpresa. ¡Los moquitos eran lo peor del mundo!
