Diversas situaciones en las que el lindo Hyunjinnie se siente pequeño, y sólo desea hacer lo que todo bebé ama:
Jugar con sus peluchitos, tomar de su biberón, y recibir muchos abracitos por parte de sus compañeros, que, por cierto, lo miman demasiad...
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Para Chris, aquella mañana había sido terriblemente agotadora: Se había pasado seis horas trabajando frente a su computadora sin parar, y no veía el momento de regresar a casa con su familia del corazón.
Tras un suspiro pesado, dirigió sus ojos a la bonita foto que tenía enmarcada en un cuadro, que reposaba sobre su escritorio desde hace ya bastante tiempo; en ella, sus siete preciosos chicos posaban para la cámara, con unas adorables sonrisas en sus rostros; Él mismo había tomado esa imágen, y le había gustado tanto, que se la había llevado al estudio para utilizarla de motivación cada vez que estuviera cansado. Cuando se encontraba desmotivado, Chris simplemente admiraba a sus niños y recordaba la razón de su existir. ¡Se le iluminaban los ojos cuando pensaba en ellos!
Con una tierna sonrisita causada por su grupo, tomó una parte de su abrigo entre sus manos y lo acercó a su nariz, inhalando profundamente.
Aquel día, se había vestido con un hoodie de Hyunjinnie porque supo que lo extrañaría mucho durante la mañana. Se había colocado uno que el chico había usado recientemente, y por lo tanto, se encontraba impregnado con su precioso olorcito personal. Cuando lo echaba de menos, respiraba el aroma de su bebito a través de su ropita, y pensaba en él por un ratito. ¡Le hacía tanta falta!
¿Qué estaría haciendo en esos momentos? Se cuestionó mientras editaba una pista musical. ¿Estaría tomando la leche? ¿Mirando dibujitos animados? ¿Jugando a las princesas?
La curiosidad y necesidad de saber sobre su nene lo invadieron por completo, prácticamente obligándolo a tomar su celular y robándole un lindo pucherito cuando vio a su Little jugando con su peluchito favorito en su fondo de bloqueo. Creyendo que nada podría devastarlo más que eso, la vida le pegó muy duro cuando recordó que su pantalla de inicio estaba decorada por la imagen de una hojita llena de garabatos que el menor le había hecho con crayones alguna vez.
¡Ah! Channie era un papi triste en esos mismos momentos. Quería mimitos de su bebé y este estaba lejitos.
Aún con un suave puchero en el rostro, buscó a Felix entre sus contactos, preguntándole por el pequeño, y al poco tiempo recibió una fotito que le derritió el corazón. En ella, el hermoso chiquito dormía pacíficamente en la cama del pecoso, luciendo como un angelito, con todos sus pelitos revueltos y una cara de niño bueno que siempre mataba de amor a su cuidador; vestía un pijamita de conejitos que lo hacía ver increíblemente adorable, y su boquita estaba decorada por su chupete, que pendía vagamente de sus labios y pronto se perdería en las mantas, como solía suceder frecuentemente. Entre sus bracitos, Copito estaba siendo apretujado; ¡El pobre peluchito se encontraba sufriendo las consecuencias de la futura caída del objeto anteriormente mencionado! ¡Una de sus orejitas ya se estaba humedeciendo por la babita del bebé!
"Ah, eres un niño precioso, Hyunjinnie ..." Chris murmuró dulcemente al admirar la fotito que le habían enviado, sonriendo como el bobo enamorado que era. Feliz por haber tenido un poquito de información sobre su lobito, le agradeció a Felix y continuó trabajando, esta vez, más animado.
