Diversas situaciones en las que el lindo Hyunjinnie se siente pequeño, y sólo desea hacer lo que todo bebé ama:
Jugar con sus peluchitos, tomar de su biberón, y recibir muchos abracitos por parte de sus compañeros, que, por cierto, lo miman demasiad...
Ayuda me quedó re largo este capítulo, no terminaba más de escribir xd
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Christopher realmente quería un café calentito. Al terminar las prácticas, preguntó a su grupo si alguno quería que le trajera algo de la tienda, y tras recibir negaciones por parte de todos, simplemente salió de la empresa para poder dirigirse a la cafetería que se encontraba a unos pocos minutos de allí.
Hizo la fila mientras tarareaba suavemente la última canción que había bailado, y, finalmente atendido, sacó su billetera para poder pagar su compra. Sin embargo, cuando tomó un billete, este arrastró algo más que él atajó por inercia. Al agachar la mirada, se encontró con un papel doblado en varias partes que le robó una sonrisa que hasta se le contagió al empleado.
"Lo siento" Se disculpó por haber estado distraído. Luego, le mostró al muchacho la hojita que tenía entre sus manos.
"¡Woah! ¡Eso es una gran obra de arte! ¿Es de algún sobrino?"
"Mi pequeño me lo regaló hace unos meses..." Murmuró con una preciosa expresión de adoración, acariciando ese dibujito lleno de garabatos que su chico le había obsequiado.
"¿Tienes un hijo?" Le preguntaron. Un tono cargado de curiosidad tintando su voz. El empleado no podía creer lo que escuchaba: ¡Su cliente parecía tener unos 20 años!
"Bueno, tengo siete en total" Le explicó con orgullo. ¡No podía salir de su Daddy Space y siempre pensaba en los miembros de su grupo como unos chiquitos! ¡Sus chiquitos! "Dos bebés y cinco niños traviesos"
El contrario abrió su boca en señal de sorpresa. ¡Tan jovencito y con tantos hijitos!
"¡Vaya!"
Christopher rio bajito al notar el rostro del otro joven, mientras recibía su vaso de café y agradecía la atención.
A veces olvidaba que su familia era numerosa, y que si no especificaba que esta no era de sangre, sonaba como una total locura. ¡Pero él no mentía cuando decía que poseía siete nenes!
Pensando en eso, regresó a la empresa para continuar trabajando con unas pistas que estaba produciendo para terceros, cruzándose a Hyunjin y Changbin en su camino: ¡Iban a tomar aire fresco!
Se lo merecían. Habían estado la mañana entera ocupados y necesitaban descansar; una presentación en vivo se acercaba, por lo que el grupo entero debía poner de su parte para que todo saliera bien. Especialmente los pequeños, que no habían sido capaces de comportarse de forma infantil durante bastante tiempo y se habían esforzado el doble para reprimir sus necesidades más profundas durante la semana. Ahora que las cosas estaban encaminadas, se permitieron a sí mismos darse un respiro.
Changbin sonrió con ternura al ver a su compañero.
Hyunjin estaba sentado a su lado en aquel banquito del parque al que lo había llevado, realmente concentrado en esa hojita de árbol que había caído sobre una de sus piernas hace unos minutos. Ahora, sostenía aquel objeto entre sus manos y lo miraba como si fuese lo más curioso del universo. Lucía lindo.
