Diversas situaciones en las que el lindo Hyunjinnie se siente pequeño, y sólo desea hacer lo que todo bebé ama:
Jugar con sus peluchitos, tomar de su biberón, y recibir muchos abracitos por parte de sus compañeros, que, por cierto, lo miman demasiad...
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Cuando Hyunnie despertó por la mañana, no tardó en notar que no estaba en casa; primero, porque no reconocía la habitación en la que se encontraba, y segundo, porque no escuchaba los gritos de sus salvajes amigos, correteando por los pasillos y molestándose entre ellos.
Aún estaba en el hogar de los padres de Christopher; estos le habían colocado un colchón a un lado de la cama del rubio, y sin embargo, había preferido dormir con él, como solía hacerlo últimamente.
Se estiró como un pequeño gatito y se sentó justo a un lado de papi, quien aún parecía estar en el país de los sueños.
Tras unos cuantos minutos, la puerta se abrió con suavidad, y la mamá de Chan ingresó a paso lento al notar que uno de los chicos se había levantado, dedicándole una suave sonrisa.
"B-buenos días" El pequeño habló bajito, jugando tímidamente con Copito tras haberse quitado el chupete de la boca; aún no se sentía seguro utilizándolo frente a otras personas porque le asustaba la forma en la que podrían reaccionar al verlo; a Hyunnie le causaba terror el rechazo.
"Cariño, aún es muy temprano. ¿Por qué no intentas continuar durmiendo?"
El estómago del niño respondió por él, rugiendo a causa del hambre. Hyunjin se llevó ambas manitos a aquella zona y sonrió avergonzado.
"¡Silencio, pancita!" Susurró, mirando hacia abajo, logrando que la mamá de Chris, sintiera una extrema ternura.
"Ven, te prepararé algo para comer, dulzura..."
El castañito se negó a salir de la cama, específicamente porque se encontraba en ropita interior y no deseaba que lo vieran así; sólo sus amigos podían hacerlo. La mujer no tardó en notar aquel detalle cuando sus ojos se cruzaron con el overol del chico, reposado sobre la silla del escritorio; Chan se lo había quitado para que pudiera dormir más cómodo. Ella sonrió con ternura porque extrañaba tener niños pequeños en su casa, y su única reacción fue acercarse a la ropa del muchacho, para tomarla y dirigirse hacia el dueño de la misma.
Hyunnie se levantó con timidez, y a pesar de su regla de no ser visto por personas que no fueran sus amigos, permitió que ella lo vistiera, levantando sus piernitas para que el overol se deslizara por las mismas. Aunque estaba muriendo de vergüenza, él obedeció como el niño bueno que era. La mujer lo peinó con sus manos, y luego le ofreció una de ellas para llevarlo al comedor.
Sus ojitos se dirigieron a Chan.
"No te preocupes, ya despertará..." Respondió la mujer, comprendiendo esa linda mirada indecisa en Hyunjin.
¡Podía leerle la mente!
El pequeño asintió con inseguridad, dejándose llevar. Se sentó en una de las sillas y el padre de Chris colocó una taza con leche chocolatada sobre la mesa.
¡Una taza para niños grandes!
Hyunnie comenzó a temblar. Tenía miedo de que a causa de su Little Space, sin querer, se volcara la bebida sobre el cuerpito y lo miraran raro. Él estaba acostumbrado a tomar biberones, especialmente cuando se sentía tan chiquito, y el hecho de que Chan no estuviera cerca, lo hacía sentir aún más vulnerable.
