Diversas situaciones en las que el lindo Hyunjinnie se siente pequeño, y sólo desea hacer lo que todo bebé ama:
Jugar con sus peluchitos, tomar de su biberón, y recibir muchos abracitos por parte de sus compañeros, que, por cierto, lo miman demasiad...
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"Señor, hay mucha gente en la fila..." Le recordaron al rubio, quien estaba irónicamente hablando con todos los clientes que se encontraban detrás de él, pidiendo ayuda y opiniones.
¡Era una situación de vital importancia! ¡No podía tomársela a la ligera!
"Señor..."
"¡Sólo unos segundos más!" Christopher suplicó casi al borde de las lágrimas, dejando ir un suave puchero que lo hizo lucir levemente aniñado.
Sus manos temblaban mientras sostenía esos dos objetos que le estaban causando problemas. Quería llorar.
¿Y si elegía mal? ¿Y si no le gustaba? ¡Qué complicado!
El pobre muchacho soltó un jadeo, angustiado por toda la presión que se había puesto a sí mismo. Sin embargo, la emoción se disipó por el sobresalto que le provocó que unos dedos se posaran sobre su hombro, llamando su atención.
"¿Padre primerizo?" Una mujer le preguntó con una adorable sonrisa marcada en su rostro, con sus ojos apuntando a las cosas que él aún sostenía.
"Mi niño..." Christopher asintió tras respirar profundo, buscando calmarse y decidiendo confiar en la fémina que le ofrecía una mano, sintiendo cálido su pecho al descubrir que era la primera vez que se refería a Hyunjin como su chico. ¡Y qué bonito había sido pronunciar esas palabras! "M-Mi niño adora mucho su chupete, pero hace unos días se rompió y yo realmente quiero llevarle uno nuevo. Tengo miedo de que no le guste y me aterra decepcionarlo..."
La señora lo miró con ternura, devolviendo su mirada a las dos opciones que al rubio lo traían afligido.
"No debes estar asustado, cariño. Comprendo que ser padre es complicado, pero verás que tu pequeño te enseñará todo lo que necesitas saber..." Intentó tranquilizarlo. "¿Qué es lo que le gusta a tu bebé? ¿Hay algún color en especial que le atraiga por sobre el resto?"
Chris recordó que días atrás, luego de que su lindo Hyunjinnie llorara mucho porque su chupete de la infancia se había roto a causa del constante uso que le daba, él había aprendido que la mejor forma de calmarlo había sido el contacto físico, los mimitos, y aquel extraño programa que estaba repleto de princesas, brillitos, y mucho, mucho...
"¡Rosado!" Respondió sin siquiera dudarlo, abriendo sus lindos ojitos con sorpresa al darse cuenta que la mujer tenía razón. ¡Su nene realmente le enseñaba todo lo que él precisaba para cuidarlo correctamente!
Una hermosa sonrisita se le escapó a causa de la emoción, agitando sus manos hacia los lados y apretando dulcemente uno de los chupetes que había elegido entre sus opciones.
"¿Ves? Ahí tienes la respuesta. Debes llevarle ese..." Lo animó la mujer, sintiéndose contagiada de la alegría del chico, quien daba saltitos de emoción porque quería hacer feliz a su Little. "De hecho..."
