Jisung y La Fiesta De Té

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Hyunnie se encontraba balbuceando una canción, mientras utilizaba una de sus manitos para peinar a su conejito de peluche

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Hyunnie se encontraba balbuceando una canción, mientras utilizaba una de sus manitos para peinar a su conejito de peluche. Cada tanto, succionaba el chupete que llevaba en la boca y levantaba la mirada para observar a Christopher, quien estaba muy concentrado en la pantalla de su computadora, sosteniendo al niño sobre sus piernas; un brazo le rodeaba la pancita a su pequeño, y su mano libre, manipulaba el mouse, haciendo muchos clicks. El mayor no lo había retado por cantar porque tenía sus auriculares puestos y sólo escuchaba la pista en la que estaba trabajando, por lo que el chico se movía tranquilamente en su regazo, sin preocuparse por ser un bebé muy ruidoso.

El rubio les había dado un respiro a los pequeños; luego de un día tan agitado como el que había vivido con Minho y su ataque de pánico dentro de la cabina de grabación, supuso que debía intercalar el trabajo, con momentos de ocio para todos. Al fin y al cabo, los niños merecían tener un poco de tiempo para poder jugar y distraerse de las responsabilidades; Hyunjinnie había pasado el día anterior llorando porque no había recibido un biberón por la mañana, y su mentalidad no tan adulta lo llevó a creer que Christopher se estaba alejando de él; para su suerte, el mayor reaccionó al instante, disculpándose y mimándolo muchísimo. Hoy, prometió hacer las cosas de forma diferente; le dejó el biberón en la mesa, y juró no obligarlo a salir de su Little Space si él no se sentía listo para hacerlo.

Los pensamientos de Chan estaban completamente revueltos en su cabeza, y simplemente no podía dejar sus responsabilidades de lado. Para permitir momentos de descanso en una semana tan complicada, él debía esforzarse el doble y realizar las tareas de los demás, a fines de que ellos pudieran recuperar energías; tapaba sus angustias con actividades, y utilizaba los fragmentos de su roto corazón para reparar los de sus chicos. No quería ver a su familia sufrir, y si aquello implicaba perder todas sus horas de sueño y trabajar como esclavo, él lo haría con todo el amor del mundo, sin dudarlo ni un segundo.

Había perdido la cuenta de todas las veces en las que había llorado a altas horas de la noche, mientras el resto dormía; no quería preocupar a sus miembros, y no deseaba cargarlos con sus dolores.
Sus ojos estaban decorados por ojeras que denotaban una terrible falta de sueño, pero él aprovechaba su insomnio para ir al baño y cubrirlas con maquillaje. Se levantaba de su cama antes que todos, y mientras la luz del amanecer se colaba por la ventana sin que él hubiera podido siquiera cerrar los ojos, cantaba la canción de la intro de las Princesitas Encantadas y preparaba leche calentita en un biberón rosado, para esperar al pequeño Hyunnie y recibirlo entre sus brazos.

Estaba muy cansado, pero, ¡Ah! Ver a sus chicos con sonrisas en sus caritas, era la razón por la que él continuaba luchando.

¿Qué más daba si trabajaba todo el día?
¡Si al final del mismo, tenía la oportunidad de admirar a sus bebés, durmiendo tranquilamente a su lado como si en el mundo no existiera dolor ni cielos nublados, respirando lento, succionando sus chupetes, luciendo tan mágicamente etéreos como siempre!
Aquello era lo único que Christopher necesitaba para que su corazón latiera con fuerza, para sentirse malditamente vivo.

Hyunjinnie! - Stray Kids, Little Space! 🍼✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora