Diversas situaciones en las que el lindo Hyunjinnie se siente pequeño, y sólo desea hacer lo que todo bebé ama:
Jugar con sus peluchitos, tomar de su biberón, y recibir muchos abracitos por parte de sus compañeros, que, por cierto, lo miman demasiad...
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Christopher, quien estaba ordenando aburridas facturas e impuestos en el comedor, levantó la mirada tras oír los piecitos descalzos de su bebé sonar sobre la blanca cerámica que decoraba el suelo. Lo observó curioso desde su lugar, notando que este subía y bajaba las escaleras constantemente, llevando más peluches de lo normal a la sala; Hyunnie siempre solía jugar con dos o tres, pero hoy había llegado con cinco entre sus brazos y parecía tener las intenciones de buscar todos los que le faltaban.
"¿Qué haces, amor?" Preguntó entre suaves risas, al ver que al bebé se le iban cayendo los muñecos en el camino porque no le alcanzaban las manitos.
El travieso castaño no escuchó a papi a causa de lo entretenido que se encontraba, y lo ignoró sin querer. Cuidadosamente colocó a sus amiguitos de felpa en ronda y se sentó en un espacio que había dejado entre ellos, dedicándose a arreglarlos a todos y hablarles, agradeciéndoles por haber venido a su 'importante reunión'.
"¿Quieres un poco de té, Señor Bigotes?" Le preguntó a uno de sus peluches, tomando su cabecita para hacerlo asentir. "¿Sí? ¡Bueno! ¡Ya vengo! ¡Voy a hablar con el cocinero!"
Hyunnie sonrió contento y caminó "sigilosamente" hacia la cocina. "Sigilosamente", porque cuando Chan lo notó llegar, fingió no haberlo hecho; aunque cada tanto lo observaba de reojo, curioso ante sus acciones.
El niño no pudo evitar reír bajito. ¡Papi ni se había dado cuenta! ¡Qué tontito!
Haciendo mucho ruido por su torpeza, abrió uno de los muebles y sacó la cajita de cereales que tanto buscaba, luego de tomar entre sus brazos un bowl y un cartón de leche.
¡Las cosas se le estaban resbalando! A medida que avanzaba a través de la cocina, varios cerealitos se le caían al suelo. ¡Oops!
"¿Quién anda ahí?" Chris volteó juguetonamente, sorprendiendo a Hyunjinnie, quien dejó sus cosas en el piso y se tapó la carita con ambas manos, creyendo que aquello lo haría invisible. "¿Será que tenemos ratoncitos que nos roban la comida?"
"¡No, papi! ¡No hay nadie!" El menor chilló contento, moviéndose dulcemente hacia los lados, tratando de contener las carcajadas que buscaban escapar de su boca.
"¡Ah! Debo haber visto mal, entonces..." Murmuró, y sonrió al escuchar las risitas contagiosas de su bebé. Channie lo dejó escapar, haciéndose el desatento para darle tiempo a llegar a la sala "sin ser descubierto".
Hyunnie se burló del rubio. ¡Papi era un distraído!
Pensando en eso, volvió a sentarse con sus muñecos, reposando la comida a un lado de su cuerpecito mientras respiraba agitado tras la pequeña aventura que había tenido.
"Lo siento, Señor Bigotes. El menú de hoy es cereal con leche" Le comentó dulcemente a uno de sus amiguitos de felpa.
"¡Oh! ¡Pero qué injusticia!" Se respondió a él mismo con una voz más gruesa, dándole el poder del habla a su peluche.
