Diversas situaciones en las que el lindo Hyunjinnie se siente pequeño, y sólo desea hacer lo que todo bebé ama:
Jugar con sus peluchitos, tomar de su biberón, y recibir muchos abracitos por parte de sus compañeros, que, por cierto, lo miman demasiad...
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Minho estaba muy frustrado, y Hyunjin sólo quería estar con papi.
Los miembros restantes no podían culparlos; habían pasado varias semanas sin salir de su Little Space en ningún momento y no pretendían que fueran a hacerlo de un día para el otro, o al menos, sin secuelas como las que acababan de ocurrir.
Al llegar a casa, las cosas no mejoraron en lo absoluto. Minho no paraba de cambiar de humor, en su lucha por negarse a sus deseos de sentirse pequeñito. Había tropezado en el primer escalón al intentar ir a su habitación, y ahora sólo quería gatear, pero él era un niño grande. Él debía caminar.
Se obligó a pararse, agarrándose fuertemente del barandal, con sus ojos llenos de lágrimas a causa de la frustración. Tuvo que subir despacito y se enojó mucho consigo mismo cuando notó que inconscientemente se dirigió a la habitación de Changbin.
¡Los niños grandes no duermen con papi! Pero él quería hacerlo.
Minho comenzó a llorar sin remedio. ¡Se sentía horrible!
Para colmo, volvió a tropezar. Angustiado e intentando hacer el menor ruido posible, simplemente gateó hasta su habitación, sintiéndose humillado ante sus propias acciones.
Cuando se sentó en su cama, notó que sobre su almohada reposaba el lindo osito que Binnie le había regalado hace unos días.
"¿Y tú qué me miras?" Le preguntó enojado, dándole un golpe para que cayera al suelo.
"¡No quiero verte más!" Gritó entre lágrimas que caían rápidamente por sus mejillitas.
Estaba intentando ignorar al peluche, pues por alguna razón, este lograba deslizarlo dentro de su Little Space con facilidad y él no quería eso. Sin embargo, un gran impulso se apoderó de sus pensamientos.
Luego de mirarlo por un tiempo, se arrepintió totalmente y se levantó, corriendo en dirección a su amigo de felpa. No podía enojarse con él; lo quería muchísimo.
"L-Lo siento, osito..." Balbuceó con tristeza, dejándose caer de rodillas frente a él para abrazarlo fuertemente contra su pecho. "¡No estaba hablando en serio!"
Minho no podía dejar de llorar. ¿Por qué tenía que sentirse así? No lograba salirse de su Little Space, aunque lo quisiera con todas sus fuerzas.
Sus ojos se conectaron con los del osito.
"K-Know Know triste..." Murmuró bajito, utilizando aquel apodo con el que se percibía a sí mismo cuando su edad mental se encontraba baja. "Tiene que ser un niño grande..."
Sin poder controlar sus emociones, simplemente se dedicó a lagrimear, apretando a su peluchito con fuerza. Sus ojitos estaban cerrados y su cabeza hecha un lío.
"¿Lino? ¿Estás bien?" La voz de Christopher se oyó del otro lado de la puerta, y este no tardó mucho en abrirla para ingresar a socorrer al menor; había escuchado los sollozos y no fue capaz de quedarse quieto. ¡Todo su ser le pedía a gritos que se dejara llevar por sus instintos de cuidador! ¡Debía contener a su nene!
