Diversas situaciones en las que el lindo Hyunjinnie se siente pequeño, y sólo desea hacer lo que todo bebé ama:
Jugar con sus peluchitos, tomar de su biberón, y recibir muchos abracitos por parte de sus compañeros, que, por cierto, lo miman demasiad...
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Hyunjin soltó un lindo suspiro mientras se estiraba sobre la cama de forma placentera, dejando ir un suave bostezo justo antes de acurrucarse nuevamente entre las mantas, hundiendo su nariz en ellas y disfrutando de tal acción. Respiró el perfume que desprendía la tela y sonrió; el olorcito personal de Channie se encontraba impregnado en la misma. ¡Le encantaba!
A pesar de no estar completamente dentro de su Little Space, el castaño había decidido dormir con Christopher porque disfrutaba hacerlo; le fascinaba el calorcito de su cuerpo junto al suyo y oír su suave respiración, que siempre lograba arrullarlo por las noches. La mera presencia del rubio era un calmante instantáneo para él; ¡Se sentía tan protegido estando cerquita de ese chico! Este incluso lo buscaba entre sueños y lo rodeaba amorosamente con sus brazos, permitiéndole asimismo, escuchar los latidos de su corazón.
Hyunjin era un fiel creyente de que Channie era su lugar en el mundo. Cuando estaba a su lado, los pensamientos negativos viajaban muy lejos, y el amor incondicional se traía las valijas para quedarse a vivir, allí, respirando el perfumito de Chris, tal y como él lo estaba haciendo en esos momentos a través de las mantas de su cama.
Gracias al hermoso rubio que tenía, Hyunjin había podido dormir muy bien, por lo que ahora estaba extremadamente relajado, disfrutando de la mañana. Además, ese día no tenía otra cosa que hacer, más que esperar a su cuidador, quien había salido de casa para hacer las compras. Despacito, arrastró una de sus manos hasta el control remoto que estaba a su lado y encendió la televisión, buscando los canales infantiles para ver si el programa de Las Princesitas Encantadas aparecía en alguno de ellos, chillando bajito cuando lo encontró.
Honestamente, Hyunjin no se encontraba del todo dentro de su Little Space, sin embargo, simplemente tenía ganas de realizar actividades propias del mismo. ¡Le gustaba sentirse lo suficientemente cómodo como para poder hacer todo lo que él quisiera, sin miedo a ser juzgado!
"¡Regresé!"
La voz de Chan se oyó fuerte y clara a pesar de provenir de la sala, y el castaño sonrió porque sabía que el rubio jamás era capaz de salirse de su rol de cuidador; había avisado que había vuelto a la casa con el fin de asegurarse de que Jinnie supiera que él estaba allí para darle una mano con cualquier cosa que necesitara, ¡Y probablemente le traería un biberón cuando fuera la hora de la merienda!
Se acurrucó un poco más entre las mantas en busca de una posición cómoda para dormir una siesta, pero aquella paz no le duró lo suficiente: ¡La puerta de la habitación fue abierta de manera brusca! Agitado, se levantó para ver qué pasaba.
"¡Deslízate!" Un muy hiperactivo Minho le ordenó repentinamente mientras se acercaba a paso rápido.
"¿P-Por qué me pides eso?" El contrario no entendía nada; era la primera vez en semanas que él había conseguido salir de su Little Space y su amigo le estaba demandando que entrara nuevamente.
