Diversas situaciones en las que el lindo Hyunjinnie se siente pequeño, y sólo desea hacer lo que todo bebé ama:
Jugar con sus peluchitos, tomar de su biberón, y recibir muchos abracitos por parte de sus compañeros, que, por cierto, lo miman demasiad...
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Minho gruñó por lo bajo, formando un puño con una de sus manos y golpeando el suelo en un intento de descargar toda su frustración. ¡Estaba perdiendo la paciencia y la cordura!
"¡F-Funciona, por favor!" Se gritó a sí mismo, ejerciendo bastante presión en ese autito que sostenía en su mano libre e hizo rodar hacia adelante. Al no lograr conseguir lo que deseaba y completamente poseído por el enojo, revoleó su juguete por los aires, haciéndolo impactar contra una de las paredes de la sala.
Vaya, él jamás había tenido comportamientos así de agresivos, pero ya no sabía qué hacer para que los monstruos mentales dejaran de molestarlo. ¡No se callaban!
"¡V-Vamos!" Tras otro chillido, cerró fuertemente sus ojos, introduciéndose un pulgar a su boca para succionar desesperadamente de él; no quería volver a tocar ese estúpido celular que había dejado caer minutos atrás, y moría por olvidarse de todo lo que había visto en él. Se limpió bruscamente una lágrima que resbaló por sus mejillitas, y su respiración se tornó increíblemente fuerte. ¡Se encontraba al borde de la locura!
Un sollozo se le escapó de los labios; estaba muy agitado y había comenzado a temblar a causa de la rabia al no poder conseguir lo que quería. A pesar de haberse forzado varias veces a entrar en su Little space, ¡Su cuerpo no estaba poniendo de su parte!
Cuando unos pasos se escucharon desde las escaleras, se abrazó a sí mismo, como si aquello pudiera hacerlo invisible para quien estuviera a punto de presenciar el manojo de nervios que él era en esos momentos. No quería que lo vieran tan jodidamente vulnerable, pero ya no era capaz de ocultar su angustia.
"¿Minho?" La suave voz de Changbin provocó que el pobre castaño llorara con más fuerza, dejando escapar algún que otro chillido. "Hey, ¿Qué sucede?"
"¡N-No me puedo deslizar! ¡N-No puedo!" Gritó al borde de un colapso. "¡Mi estúpida cabeza no coopera!"
El pelinegro terminó de bajar las escaleras rápidamente, sin saber qué hacer para ayudar al pobre muchachito, quien aún buscaba calmar sus emociones a través del dedo en su boca. Cuando fue rodeado entre los brazos del mayor, Minho gimoteó varias veces, hundiéndose en su amigo con muchísima necesidad.
"Ayúdame a sentirme pequeñito..." Rogó, incapaz de separarse de su compañero. "No quiero ser un niño grande, Binnie. P-Por favor..."
"¿Qué puedo hacer por ti, bebé?"
"N-No lo sé" Apenas podía conectar las palabras en una oración clara; se encontraba desesperado por entrar en su Little Space porque sus pensamientos lo estaban torturando demasiado. "¿Un biberón?"
"Voy a cargarte, ¿Sí?" Changbin le avisó dulcemente, deslizando sus manos hasta los lindos muslos del chico, afirmando su agarre en ellos para poder alzarlo despacito, sintiendo sus piernas rodearle la cintura y sus bracitos presionádole el cuello. "Tranquilo, Minnie. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que puedas sentirte pequeño, ¿Está bien?"
