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Luego de que ambos por fin se separaran, JungKook huyó al baño para poder lavarse la cara, no sin antes decirle a Kim que se pusiera cómodo.

Una vez en su rostro no hubieron rastros de que había llorado, se secó con una toalla y regresó a la sala, viendo como el mayor se había quitado el saco y ahora miraba su celular.

Se sentó a su lado y TaeHyung, al darse cuenta de su presencia, apagó el celular y toda su atención fue directamente al más bajo.

—¿Ya estás bien?

Koo asintió, nuevamente abrazando al mayor, quien pasó uno de sus brazos sobre sus hombros.

—JungKookie...

El mencionado alzó la vista, encontrándose con el rostro de TaeHyung increíblemente cerca; aquello hizo que sus mejillas tomaran un color carmín leve.

El castaño bajó la mirada a sus labios, alzando su mano para pasar el pulgar por el inferior.

—¿Te gustaría ser mí novio?

—¿Y-ya no lo somos? —preguntó en un susurro.

—No fue especial.

—Me gustaría... Ser tu novio.

Y TaeHyung tomó su barbilla para acercarlo aún más.

Entonces sucedió.

Sus labios se tocaron, un roce hizo que ambos cerrarán los ojos para disfrutar de la cercanía del otro.

TaeHyung comenzó un ligero movimiento que Jeon se esforzó por seguir, sus labios encajando a la perfección como si se complementaran entre sí.

Pero entonces unas llaves sonaron detrás de la puerta.

—Puta madre.

Kim reprimió una risa ante el insulto e iba a decir algo de no ser porque su, ahora novio, lo interrumpió.

—Sube a mí habitación, es la última puerta del pasillo. —soltó sin pensar. — Y no hagas ruido.

El castaño asintió y tomó su saco para correr escaleras arriba, se sentía como cuando iba a la secundaria y se escondía de las mamás furiosas de sus novias.

Quiso soltar una risa ante el pensamiento, pero se la tragó y se concentró en llegar al cuarto del menor.

No fue muy difícil, su puerta estaba llena de fotos de cualquier cosa que toda persona de su edad amaba.

Pero al entrar confirmó que esa era su habitación.

Fotos y fotos de él mismo regadas por todo lado. Dios, nunca había visto su propia cara tantas veces. Y al mismo tiempo.

Nuevamente la puerta fue abierta y giró a ver al menor.

—Te falta imprimir las dos que te mandé. —soltó una risa.

Y JungKook sintió la vergüenza recorriendo todo su ser.

¿A qué hora se le había ocurrido tener tanta foto de su ídolo?

...

gentp, les amo 😔

- Sofia ReFus.

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